La
noche, lívida de tiempo inútil, desviste los tic-tac sigilosos de los relojes.
Un
vaho de desesperanza emborrona los espejos, mientras un triste saxofón regala
sonidos de ceniza remarcando soledades.
La
chica, acodada en la barra del puti-club, recuenta los posos que manchan de
tristeza el fondo de la copa.
A
su lado, muchachas como ella, soportan la repentina fiebre de los que son
incapaces de mirar fijamente a los ojos de una mujer que está dispuesta vender
su piel por el módico precio de una consumición.
El
bar-man rescata de sus pensamientos a la chica solitaria.
.-
Anahita, un cliente quiere tomar una copa contigo. Te
espera en la mesa 5.
(Anahita,
nombre griego elegido por la muchacha para preservar su nombre y para dejar
constancia de su deseo de vivir “sin macula”)
.- ¿Lo conoces?
.-
No. Solo sé que le llaman el Demiurgo.
.-
¡Vaya! Un creador.
Al
poco tiempo, mientras el saxofón ensaya, sonidos de ternura y el güisqui viejo
aviva las caricias y calienta los deseos, Anahita y el Demiurgo salen a la
noche dispuestos a robarle brillos a las estrellas.
Sus
cuerpos tienen ya olor a madrugada, la luna decrece entre dos luces y un arco
de lluvia les dedica ese barrendero que les ha visto besarse.
Anahita,
deja de ser. Su creador le regala, con un beso, su viejo nombre, para una nueva
vida.
¡Mara
Laira!
En
el viejo puti club, hasta las bombillas pierden intensidad y se avergüenzan los
pétalos de las flores de papel que
adornan las macetas.
Ahora
empieza el tiempo de la felicidad. Pigmalión sabe moldear día tras día a su
perfecta Galatea.
Más noticias sobre Mara Laira, en el blog del Demiurgo
Me ha encantado tu relato, es más con una poca de imaginación podría ser el principio del mío. ¡Qué bueno!
ResponderEliminarPodemos montar una pareja para escribir historias, jajajajaja
Este es un relato digno de leer un jueves por la madrugada..es mas, no es un relato..es pura poesía..es una Oda..es una oración de esperanza por esas personas que piensan han tocado fondo pero siempre hay un saxofón que suena invitando a resurgir de los abismos...Siempre existirá un Demiurgo salvando princesas y recreando sus historias..
ResponderEliminarComo siempre, es un delicioso placer leer tus entradas..y salidas,,jjeje...Feliz d{ia compañero juevero
Muy bueno tu relato. Puede ser que así empezara la aventura de Demiurgo con Mara Laira, no estaría mal.
ResponderEliminarUn abrazo
Me ha encantado el clima de bohemia que le has puesto al relato, Juan, un bello texto donde se narra el momento en que el inefable Demiurgo rescata del pozo a nuestra entrañable y mítica Mara. Un placer leerlo!
ResponderEliminarUn abrazo
Un hecho imaginario pero dolorosamente real. Sobre todo magníficamente relatado.
ResponderEliminarCómo me ha gustado tu relato, qué sorpresa me he llevado al ver a Demiurgo en tu relato, he ido imaginando las escenas, y ahí estaba Demiurgo en carne y hueso, en ese ambiente que has transmitido con tu texto, y así es, un creador, y esto viendo las escenas, esos sorbos de guisqui entre caricias, y el sonido del saxofon... el olor de ambos cuerpos, el de Demiurgo y Anahita... a madrugada.
ResponderEliminar¡Qué manera más bella de crear a Mara! ¡¡¡excelente, Juan!!!! ¡¡¡¡maravilloso tu texto!!!!
Un beso.
A pesar de sentir la tristeza por todas aquellas almas que estarán pasando por estas circunstancias, debo decirte que me ha encantado la trama, la nueva personalidad que le distes a Mara Laira a través del Demiurgo. ¡Simplemente genial! =)
ResponderEliminarBeso
Que forma de encarar este jueves mas bella! Todo un homenaje a aquellas mujeres que viven al amparo de la noche, que estan pero no estan....me gusta como el Demiurgo le rescata y le da una identidad nueva. Preciosa historia, besos.
ResponderEliminarQue forma de encarar este jueves mas bella! Todo un homenaje a aquellas mujeres que viven al amparo de la noche, que estan pero no estan....me gusta como el Demiurgo le rescata y le da una identidad nueva. Preciosa historia, besos.
ResponderEliminar¡MUY BUENAS TARDES, maese Juan! Leyendo tu relato casi he visto al mismo Humphrey Bogart, en aquellos tugurios con atmósfera de humo y Whisky, rescatando de la penumbra a la protagonista Srta. Laira. Y lo cierto es que ha estado vos brillante, como si se tratara de un muy buen guión cinematográfico. ¡Sí señor!
ResponderEliminarAbrazos
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ResponderEliminarQue notable relato. Y meterme a una versión mejorada de mí, como el Pigmalión de Galatea. Tiene razón Diva de la noche. Y agrego que he llegado a visualizar tu relato. Magistral.
ResponderEliminarSaludos.
Buenas tardes, Juan:
ResponderEliminarEnhorabuena por tu relato, me ha avivado la imaginación con su sugerente descripción onírica de esas escenas tan irreales como costumbristas.
Feliz tarde, Juan..
Bien podría ser una canción de Ella Fitzgerald por el ambiente creado. Incluso he visiualizado la escena en blanco y negro... y he visto hasta el humo de tabaco (bueno, esto es imaginación).
ResponderEliminarDigna escena.
Un beso enorme.