POR FIN, EL MAR
Hoy he llegado hasta donde el mar
empieza y mirando a su final que nunca acaba, he podido saludar a la eternidad.
La mañana derramaba perlas sobre la
tersura de sus aguas, irisando su quietud, de luz estremecida.
Ahora que se ha firmado un tratado de
paz entre su azul y mis deseos, le he hablado de mis ganas de abrazo, del siseo
salobre de su brisa, de la mojada huella de mis pies en sus arenas.
Le he confesado que a pesar de su
llamada, no he podido acercarme hasta su esencia y lo único salobre que he
tenido, ha sido algún que otro conato de lágrima.
Pero ya estoy aquí. Todavía no es el
tiempo del bautismo y le quedan sacrificios al abrazo.
Tu que todo lo intuyes, sabrás que he
soñado contigo tras la ventana y he visto tu azul reflejado en el cielo tras la
reja.
Estoy seguro, que en esas noches
solitarias y brillantes, has oído los consejos de la luna y has renovado tu
armario de espumas y has planchado con mimo la tersura de tus aguas.
Ni siquiera la música que es capaz de
poner nombre a lo desconocido, ha podido llenar los momentos en los que te he
soñado y no te he tenido.
Escribo a vuela pluma, con las
sensaciones y las luces llenándome los ojos, mientras un temblor de espumas
humedecen los recuerdos.
Te traigo también, oh mar de los
deseos, un recuerdo emocionado de los que tanto te necesitan y añoran.
Ellos esperan oír tu canción, mirarse
en el cambiante espejo de tus aguas, ellos te esperan ansiosos, porque saben
que tú no les mientes, y sabes acunarlos como una madre solícita y conocedora
de sus más íntimas inquietudes.
Como esas barcas que han pasado un
invierno al socaire de una triste palmera, que las ha salvado de un virus de
ausencias, esos amigos de los que hablo, están ansiosos de poder surcar con la
quilla de sus cuerpos esa agua vivificadora y fresca, que pronto será una
realidad de risas y temblores.
Consciente de lo deslavazado y caótico de esto que escribo, empiezo a entender, que a pesar de todos los presagios y
todas las asechanzas, la vida vuelve a ser como solía.
Debemos aprender de esa lección de esperanza, entre verdes y azules, que el mar ofrece.
Las fotos publicadas, son hechas por el autor ayer mismo. La gente, al menos en las hora que yo estuve, se comportó debidamente y solo unos pocos paseabamos por el paseo marítimo, mientras las playas estaban vacías.
A poco más de 60 Km de distancia de ese mar, me resulta una distancia insalvable, tengo mono de salvar esa franja y admirar los colores que es mar nos muestra de forma gratuita.
ResponderEliminarUn abrazo
Lo tengo lo suficientemente cerca, como para poder ir incluso andando si se tercia a saludarlo. Pero el hecho de ver los miles de personas que lo hacen, me espanta.
ResponderEliminarUn abrazo.
...la vida vuelve a ser como solía
ResponderEliminarY lo será mucho más todavía. Como repite siempre mi hija: "de mica en mica s'omple la pica" (poco a poco se llena la pica del lavabo).
Hoy ha cambiado el tono de tu escrito y me alegra mucho.
¿Deslavazado, dices? Ojalá cuando mis escritos me salieran hilvanados estuvieran como los tuyos cuando dices que están deslavazados.
ResponderEliminarPreciosas tus palabras al mar.
Un abrazo.
Pues aprendamos, a valorar, sobre todo, el azul del mar y de las playas, su placidez y acompamiento
ResponderEliminarUn abrazo y por el mar, ese que nos nutre la mirada
Me ha gustado mucho como has descrito tu acercamiento al mar. He podido "acercarme", a esa sensación tan bien descrita por tus palabras. El mar, la mar, está ahí esperándonos y recordándonos que pronto podremos volver a sentirla. Ella no falla nuca.
ResponderEliminarUn escrito precioso.
Un abrazo!
Que sirvan estos momentos para acercarnos de nuevo al mar de manera más humilde.
ResponderEliminarUn abrazo.
Me he emocionado mientras te veía contemplando el mar y leía la descripción de tus sensaciones. Llevo una temporada con lágrima fácil, pero eso no me ha impedido
ResponderEliminaralegrarme por ti, aunque pensando en los 140 kms. y las fases que me quedan para hacerme una foto similar a la tuya.
Estoy tan lejos de todo lo que me hace feliz...
No pasa nada, resistiré si el virus me lo permite, y mientras tanto me imaginaré que estoy mirándolo como tú lo miras en esa playa que por cierto, es muy parecida a la de mi Fuengi.
Gracias por tu entrada, no sabes cuánto te la agradezco y lo que me va a servir para soñar que mi zambullida está a la vuelta de la esquina.
Un fuerte abrazo.
Qué maravilla el mar, a mí me queda más lejos.
ResponderEliminarSAludos
A mí también me has acercado a mí Cantábrico, llegará el día que me cale los pies en la orilla y juegue con la espuma y sus conchas.
ResponderEliminarPrecioso escrito, Juan, precioso y emocionante.
Un abrazo,
Enhorabuena por esa visita al mar, al fin se hizo realidad.
ResponderEliminarFelicitaciones, preciosas fotos.
Besos al alma y que tengas un maravilloso domingo.
Juan,aunque no soy de mar y si de llanura manchega, puedo entenderte. He leído un par de veces tu texto, mientras miraba tus fotos...He visto que tratas al mar como hijo y como amante. El mar concentra en si todos los amores, quizá porque en él está el misterio y la esencia de la Creación...Después de leerte, siento que el mar juega y revolotea con la llanura manchega, los dos son grandes, soñadores infinitos con vocación de eternidad.
ResponderEliminarTe felicito por el ejercicio de entrega y profundidad,que nos regalas.
Mi abrazo de espigas y amapolas.
Poco a poco, Juan. Me alegro mucho de ese encuentro, a partir de ahora serán más y mejores. Bellas palabras nacidas desde tu sentir hacia ese azul líquido que nos roba la mirada. Gracias por las fotos, son bellísimas.
ResponderEliminarMil besitos para tu tarde.
Ese encuentro con tu mar cada vez se hará más asiduo del que poder disfrutar.
ResponderEliminarBesitos.
Qué lejos veo el momento de mi reencuentro con el mar!... Gracias por acercárnoslo con tus palabras.
ResponderEliminarDisfruta de esta libertad recuperada que te ha devuelto el mar que soñabas tras las ventanas.
Yo de momento ampliaré el territorio de mis andadas serranas, verdes y azules también.
Un abrazo, poeta Juan. Y una sonrisa pensando en tu mar :)
¡¡Me alegro mucho, Juan, que te hayas acercado al mar! Y agradezco que me lo hayas enseñado por esta ventana.
ResponderEliminarGracias por tus emotivas letras.
Besos
Juan,sólo al leer el título,se me escapó una sonrisa cómplice porque sabía lo que te gusta el mar.LAs ganas que tenías de estar cerca ,de mirarle "a los ojos"de oler la brisa ,de contarle tus momentos..Y se los has contado con todo el amor del mundo hecho poesía,porque tu prosa son versos encadenados.
ResponderEliminarNO sabes cómo me alegro de que hayas tenido ese regalo .Te lo mereces y la mar...también
Besucos desde otro lugar de playa
Gó
Me alegra verte salir de vacaciones en la playa. Siempre saludable,Juan. Por cierto, mirando fotos de la playa ... También quiero poder tomarme unas vacaciones en la playa, pero la ubicación de la playa está muy lejos de donde vivo.
ResponderEliminarEstas ahí, frente a ese mar de tus sueños y eso es lo importante.... Saludos amigo Juan.
ResponderEliminarEl mar siempre nos espera, Juan, sigue ahí. Y seguro que le has hablando de tu otra pasión, tu tierra manchega. Nunca se conocerán, solo les une tu pensamiento (que no es poco)
ResponderEliminarUn abrazo, amigo.
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ResponderEliminarHola Juan, ha debido ser algo muy especial al verla de nuevo. Yo aún no he ido a Cádiz y la añoro mucho...cierro los ojos y la "veo", además , me has acercado a ella tus palabras, plenas de sentimientos...disfruta de todas las horas que puedas contemplarla, sentirla y embriagarte de toda su belleza...
ResponderEliminarAbrazos marineros.
l mar y las olas el sonido del mar
ResponderEliminarme maravillo a solas en la orilla poder caminar
"Hombre libre, siempre amarás el mar" escribió Baudelaire. Tú has podido disfrutar de tu mar y nos lo brindas a quienes lo tenemos un poco más lejos. Saludos salinos.
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