De siempre había
presumido de conocer el mar. Sabía de sus latidos nocturnos con toses de espuma
y del blanco crepuscular de la luna sola bañándose en la playa.
Sabía de sus cuitas y
secretos, del largo monologo de la brisa, empujando con cariño el agua hasta la
arena.
Con solo mirar el
horizonte y los blancos reflejos de la luna intuía bonanzas y claridades o la
tos furiosa de un viejo atormentado.
Observando brillos
plateados en la tersura del agua, era capaz de calcular el volumen de los
pecios y la calidad de la pesca.
Era conocedor de las
mil historias de amor que nacían en su orilla y guardaba en su memoria todos
los corazones en la arena que eran capaces de resistir todas las resacas.
Es por ello, que
enamorado, elige el día en primavera en que ella venga hasta la orilla, para
enseñarles los entresijos de ese mar envolvente y ligero, mientras sella en su
joven cuerpo, con besos de salitre, una larga pleamar de caricias.
Todo está preparado.
El día nace saturado
de luces y presagios. El sol se pavonea ante el inmenso espejo azul, haciendo
guiños al horizonte.
La tibia arena ofrece
su colchón de espuma y algas y la brisa ensaya una suave canción que habla de
besos y caricias, como alevines del plata.
Solo una nube imprevista,
empieza a robarle el sitio a las claridades.
La brisa se descifra
en viento y unas gotas de lluvia primeriza comienzan a emborronar el paisaje.
Parece como si a la
primavera le quedase es sus costuras un resquicio del pasado invierno.
El mar rompe a hervir
con gotas de lluvia y le empiezan a salir pecas a la rubia arena, antes tersa e
inmaculada.
Las gaviotas
desaparecen del paisaje y la playa se queda vacía y sola.
Suena la melodía del
móvil:
.- Si
.- Han fallado tus
previsiones. Mejor lo dejamos para otro día.
Con los pies y el alma
mojados, pasea entre la espuma, sin encontrar justificación a este extraño día
de primavera.
Bajo una barca
abandonada, la caracola que pensaba regalar se ha quedado sin sonidos.
Más relatos sobre primavera en el blog de LUCÍA "Sintiendo en la piel"
Más relatos sobre
primavera en el blog de LUCÏA “Sintiendo
en la piel”
Que bello es este texto. Juan L. Trujillo: Con qué delicadeza nos cuentas todas las variaciones de un dia de primevera, que amanece espléndido y se vuelve revoltoso, y hace que los enamorado no se puedan encontrar. Perfeto! Sublime! Felicidades!!!
ResponderEliminarLa primavera está en tu corazón sin lugar a dudas.
ResponderEliminarUna nube que llora puede estropear un día de primavera para hacer algo previsto, pero no por ello es un día maldito porque ya vendrán otros días soleados.
ResponderEliminarMe ha encantado tu entrada, amigo Juan, es un deleite leerte.
Un beso.
Una nube que llora puede estropear un día de primavera para hacer algo previsto, pero no por ello es un día maldito porque ya vendrán otros días soleados.
ResponderEliminarMe ha encantado tu entrada, amigo Juan, es un deleite leerte.
Un beso.
Tus letras son como el palpitar de la primavera que enamora y convierten los poros de la piel en tentáculos que desean acaparar cada palabra..cada imagen de ese mar,...cada latir de ese corazón desafortunado que no pudo concretar su cita... Odiosa nube celosa...
ResponderEliminarMas que placentero tu relato..Bss
Belleza en el texto, belleza por doquier...
ResponderEliminarUn abrazo.
Es lo que tiene la primavera. Un día soleado queda estropeado por una nube rompecorazones; pero quedan muchos días para volverse a encontrar.
ResponderEliminarUn abrazo
Me sorprendió el final, y yo que esperaba que ese día elegido todo fuera salir de maravilla. La nube muy egoísta, no soporta a la hermosa primavera, dejando al protagonista compungido. Encantador relato. =)
ResponderEliminarBeso
Me sorprendió el final, y yo que esperaba que ese día elegido todo fuera salir de maravilla. La nube muy egoísta, no soporta a la hermosa primavera, dejando al protagonista compungido. Encantador relato. =)
ResponderEliminarBeso
Enhorabuena Juan L.! Tu relato me ha parecido genial, he sentido en mi piel el dolor por la ausencia de su amada, no se yo si ella le merece...es mejor mojarse y saltar por los charcos de felicidad, que quedarse en casa por miedo al mal tiempo. Qué pena la caracola que dejó de sonar...Es como si el corazón de el dejase de latir por la soledad en que quedó.
ResponderEliminarAbrazos querido amigo.
La Madre Naturaleza siempre nos sorprende y en tu relato casi melodía describes muy bien, de la Primavera uno de sus sorprendentes días. Gracias por compartir amigo Juan
ResponderEliminarHabrá otros días más propicios, pero a no desesperar, que el mar es también muy hermoso cuando llueve
ResponderEliminarUn abrazo!
Y en esa ausencia, la espera traerá un mejor final cuando llegue el momento, me ha encantado tu relato, es maravillosa la forma en que te expresas de la sedosidad del mar y todo lo que lo envuelve, incluido el amor
ResponderEliminarMi beso, Juan
Nunca he leído una foto tan viva. Preciosa.
ResponderEliminarMe ha encantado lo de "las pecas en la rubia arena"...Todo el texto destila belleza. Es una pena que al final la muchacha no acudiera a la cita por la lluvia, eso es que no estaba muy interesada de lo contrario hubiera ido igual.
ResponderEliminarMuy bonita la foto!
Un beso
Podría destacar mil cosas pero no sé por qué, me quedo con esta frase, Juan:
ResponderEliminar"Bajo una barca abandonada, la caracola que pensaba regalar se ha quedado sin sonidos."
Supongo que es el culmen a ese extraño día, tan extraño como la imagen. O así lo veo yo.
Pero jamás la lluvia debe impedir nada. A mí la lluvia me motiva. Yo hubiera ido sobre todo porque en primavera la lluvia es hermosa.
Un beso enorme.
Tu entrada refleja un profundo enamoramiento del mar y sus playas. Me ha gustado mucho la prosa poética que desarrollas en ella. Aunque pienso como algunos compañeros que la lluvia nunca debería constituir un obstáculo para el amor. Creo que fué una excusa y así debería haberla visto tu protgonista.
ResponderEliminarUn fuerte abrazo.
Que belleza en tu escrito, has desperado en mi toda una añoranza de mar. Has mezclado sentimientos de amor, primavera, mar, olas, lluvia.....para mi una mezcla preciosa para un dia de amor, no sabe lo que se ha perdido tu protagonista. Besos.
ResponderEliminarQue belleza en tu escrito, has desperado en mi toda una añoranza de mar. Has mezclado sentimientos de amor, primavera, mar, olas, lluvia.....para mi una mezcla preciosa para un dia de amor, no sabe lo que se ha perdido tu protagonista. Besos.
ResponderEliminarAinssssssss con lo que me gusta el mar a mí me nace del Alma decir "ella se lo perdió!" ...es super romántico la lluvia en la playa, esa arena que inicia a mojarse ...bueno, yo soy de las locas que se mete a nadar!
ResponderEliminarMe encantó no, lo siguiente... un beso Juan.
Menuda jugarreta le gastó Mamá Natura, al pobre.
ResponderEliminarLo cierto es que es espectacular ver el mar y pasearse por la orilla cuando llueve. Llegas a casa con sabor a mar, saladito, saladito :)
Un abrazo de cuatro, amigo.
Me encanta el mar cuando llueve. Bonito relato. Un saludo Juan
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