LOS
PECES DE COLORES
(Microrrelato)
Aquel nieto era
insaciable de palabras. Nada de televisión. Nada de juguetes ya manoseados.
Nada de jugar en la era del pueblo manchego donde vivía.
Solo quería escuchar
los cuentos del abuelo, aquel hombre al que siempre podía encontrar arrellanado
en su viejo sillón de cuero ajado.
Lo que el niño no
sabía es que aquel joven con maletín que
lo visitó hacía ya unos meses, le había dicho a sus padres, una frase que
terminaba con algo parecido a “locura senil”.
Desde aquel día, el
niño empezó a notar que el cuento del abuelo, con ligeras variantes, era siempre el mismo.
Hablaba de un viejo
pescador que solo buscaba peces de escamas plateadas y de colores vistosos.
Un día el abuelo fue
solo silencio, vacío y total oscuridad. Se acabaron los cuentos.
El niño creció, trabajó y sudó en esa Mancha
alejada y profunda.
Hoy escribe cuentos,
vive junto al mar y sigue soñando, como el abuelo, en peces de colores.
Qué bonito!!!!!
ResponderEliminarUn abrazo.
A los niños les gusta la seguridad de los cuentos que siempre repiten los mismos viajes bonitos con las mismas palabras inventadas exclusivamente para ellos ;)
ResponderEliminarY a mí, tus pececillos de colores siempre brillantes. :)
Un abrazo, Juan y sigue soñando. Yo lo hago cada día más. :)
Y que sigas soñando con esos peces de colores, y escribiendo estos maravillosos cuentos. Esa locura senil de niño, te han convertido en lo que ahora eres, una gran persona y un hombre con amplios conocimientos.
ResponderEliminarAbrazo JUAN.
Precioso relato y homenaje a esos abuelos, de La Mancha, por qué no, que era la diversión preferida del abuelo, a través de los cuentos. Ese de los peces de colores, que cuando la demencia avanzaba iba siendo el único cuento, seguro que representa algo de su vida que no quiere perder en el laberinto del olvido.
ResponderEliminarDe verdad, es difícil hacer este relato sobre abuelos y nietos sin caer en la cursilería, y lo has logrado. Un abrazo
Juan ¡¡eres la hostia!!.
ResponderEliminarUn abrazo.
Que suerte tuvo de haber conocido al abuelo y haber escuchado sus cuentos. A mi me has emocionado tu historia es didáctica como hermosa. Un abrazo
ResponderEliminarQué preciosidad, Juan. Es un cuento muy emotivo.
ResponderEliminarHe podido jugar en la era manchega y mis abuelos me han contado un montón de historias que guardo en mi corazón...
Te felicito por el relato. Besossss
Precioso... A mi me ha emocionado, me ha tocado el alma...
ResponderEliminarUn beso grande, Juan.
Eres genial escribiendo, Juan
ResponderEliminarUn beso
¡Los abuelos! Todo el mundo debería tenerlos...
ResponderEliminar¡¡¡PRECIOSO!!!
Besos.
Hola: No sé como te lo montas pero tu simpre llegas al alma.
ResponderEliminarEres un hombre sabio sin duda alguna. Muchos abrazos y felicidades por el micro
Una preciosidad. Estremece.
ResponderEliminarEnhorabuena, tus relatos son tan buenos como tus poemas :)
Y no me dejo aparte tus composiciones fotográficas; todas son ideales para el asunto que describen.
Besos :)
Me gustan tus relatos. Hacer hermoso un tema a menudo rodeado de tristeza y sordidez además de llegar al corazón es doblemente un acierto. Cómo me gustaría que mis padres (ancianos prematuros desde la cuarentena) se parecieran en algo al protagonista de tu relato. Buen domingo con chanclas.
ResponderEliminarMe has emocionado, pero bien.
ResponderEliminarVerdades de la vida dichas con suavidad. Un abuelo que se va y un nieto que hereda. Una narración breve y concisa, sin artilugios, que va directa al grano. Me ha gustado.
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