La verdad es que no
es esto lo que yo pretendía al iniciar, hace muchos años, mi andadura por estos
blogs, en los que he encontrado lectores, amigos y personas de bien que me han
ido enseñando a manejarme por este intrincado mundo que no conocía.
En contra de mis
principios de libertad, he decidido moderar los comentarios para evitar casos
como el que os explicaba y publicaré cuando algo que merezca la pena se me
ocurra, (lo que significa que será de tarde en tarde).
Me mueve a no
cerrar el blog, vuestros comentarios que agradezco y el comprobar que la interfecta
en cuestión, no me tiene una particular inquina, ya que sus víctimas, son
variadas y numerosas. Por lo que barrunto que es su sistema, para ganar
lectores, lo que seguramente consigue con esas argucias propias de
politicastros de medio pelo, de las "fake news" y otras
mentiras.
Me había hecho el
propósito de mantener el blog, hasta los 90 años. Aunque se hace difícil; que
la imaginación se cansa y lo que es peor, es muy posible que me repita y a eso
sí que le temo.
Además las palabras
cada vez se me esconden más hondo, en los extraños recovecos de la memoria y la
poesía se basa en la palabra justa y sin tapujos.
A pesar de todo
ello, vuestros comentarios, además de balsámicos, me han convencido y no
abandono.
Vuestro afecto, ha
podido más que las taimadas argucias de alguien que, sinceramente, me da pena.
No se puede llegar tan bajo, por conseguir un seguidor.
Lo que no logro
entender, (y bastantes más, conmigo), es cómo podemos estar tan desprotegidos,
ante los insultos, las mentiras y las descerebradas ocurrencias de alguien cuya
moralidad y decencia está bajo mínimos.
A pesar de todo, tras
este invierno que me pesa en las entrañas, me dispongo a recibir, como merece,
a una vivificadora primavera.
Sinceramente:
¡¡¡Gracias, amigos!!!