sábado, 18 de marzo de 2023

A UN DESCONOCIDO


 

Cuando va acabando el tiempo

y sigues pensando en sembrar,

un mamporrero sin alma

conjuga el verbo emporcar.

 

Te enredas con la poesía,

poniendo a la vida ilusión

y un ente que no conoces

te niega su bendición.

 

Me acuerdo de aquellos tiempos

en los que escribir solo era

palabras y sentimientos

que alumbraban primaveras.

 

Que pena me da pensar.

que un poema con su ritmo,

pueda caer en las manos

de alguien llamado algoritmo.


lunes, 13 de marzo de 2023

CONTESTACIÓN A SIETE CORREOS DE BLOGGER


 

Los he leído y repasado más de veinte veces y no soy capaz de entenderlo.

Lo malo de ser viejo, (y que nadie intente que cambie la palabra, que eso es lo que soy y mi trabajo me ha costado llegar hasta aquí y no admito subterfugios), lo malo de ser viejo, decía, es que uno se extraña de que cosas, que en el paso de los años se creían superadas, vuelven impolutas, como si el tiempo no hubiese pasado por ellas.

No quiero mantener el clímax y voy directamente a los hechos: he recibido de Blogger, 7 correos electrónicos en los que se me dice que el contenido de esas siete entradas, a las que periódicamente llamé “Casa de citas”, vulnera su política de actividades ilegales.

Se trataba de versos de poetas actuales y pasados a los que siempre cité en dichas entradas.

Como no tenéis la oportunidad de volver a verlas os las cito en su totalidad:

.-Se amaban, inventaban de nuevo la razón de existir. (Joaquín Marco).

.-Un libro abierto es un cerebro que habla; cerrado, un amigo que espera, olvidado un alma que perdonó; destruido, un corazón que llora. (Poeta hindú desconocido).

.-Yo iba perdido, naufrago por mares de deseos, cegado por la bruma suave de tu pelo. (Pablo García Baena).

.-Una Octava real de Carolina Colorado al que solo, y siendo muy retorcido, puedo encontrar: No estéril ha de ser el dulce riego, que hoy brota en melancólico murmullo; nueva generación, ora en capullo, crecerá, se alzará, brillará al fuego, del maternal amor….

.- Soy la palabra por decir, la rosa que no se atreve a decir su primavera. (Leopoldo de Luis)

.- El otoño se acerca con muy poco ruido: apagadas cigarras, unos grillos apenas, defienden el reducto de un verano obstinado en perpetuarse, cuya suntuosa cola aún brilla hacia el oeste. (Ángel González)

 

Y un final que pueda, siquiera remotamente, ser útil para estos nuevos inquisidores:

.- ¿pero existe el invierno?, ¿y es tan crudo su rigor? Si es así, ¿qué mejor manta para tu desnudez, que yo desnudo? (Alfonso Canales)

Ah, se me olvidaba, se me hace esta advertencia:

  “Te recomendamos revisar el contenido completo de tus entradas para asegurarte de que cumplen nuestros estándares y no existe ninguna infracción adicional que pueda dar lugar a la eliminación de tu blog”.

Si no han tenido la imaginación suficiente, como para entender que en esa “Casa de citas” solo se demuestra el amor a la poesía y tal parecen que echan de menos aquellas casas de lenocinio en las que previo pago se amaba, no pienso acceder a este chantaje.

O vuelven a publicar lo quitado, o soy otro de los muchos damnificados de su política de no atender peticiones y les dejo hueco para otro.

A mí, nadie me manda revisar lo que escribo y publico. Y menos admito hojas de parra para tapar obscenidades que solo están en la mente de lectores retorcidos.

 ¡¡¡Estaría bueno, a estas alturas!!!


P/D.- ¿Alguien sabe de qué manera contactar con algún responsable de Blogger?

 

 


sábado, 11 de marzo de 2023

CAMINO


 

Se empieza a enmohecer la fantasía

que siempre habitaba por mi mente,

me empieza a resultar indiferente

este devenir de realidad sombría.

 

Si pudiera desandar me ofrecería,

a pasar de esta vida decadente,

a vivir de manera diferente

y darle una ocasión a la alegría.

 

Este jardín que muere en el olvido,

al que le falta un riego de ternura,

solo queda patente en la memoria.

 

Le queda el recuerdo de haber sido

la busca de un camino a la aventura,

andando entre la pena y sin la gloria.


lunes, 6 de marzo de 2023

LECCIÓN DE GRAMATICA


 

Estos puntos suspensivos que como laboriosas hormigas no dejan de caminar entre dudosas interrogaciones sin respuesta, acentuadas palabras de quejidos, raros paréntesis de claridades y cuantiosos signos de exclamación omitidos, para enmarcar seguras preguntas sin respuesta, esos puntos suspensivos, digo, se dirigen imperturbables a un seguro y malhadado punto final.

A no ser que entre corchetes de afectos, perdure entrecomillado en el recuerdo de aquellos que me quieren.


jueves, 2 de marzo de 2023

ÁRBOL GENEALÓGICO


En esta otra noche, en el que el sueño ha vuelto a ausentarse sin mediar explicaciones, me ha dado en pensar en los abuelos que no conocí.

¡Otra vez el pasado y este manifiesto de ausencias que inclemente me acosa!

Antes, cuando casi todo era el vacío y las estrellas apenas refulgían, mi abuelo paterno amanecía con el surco, desbrozando hierbas, agavillando sarmientos, destripando terrones como si fuesen irrealizables sueños.

Solo acompañado por el silencio, el sudor y la mirada perdida y esa terrible seguridad de saber, que seguirá con la desagradable humillación de una existencia baldía y de intuir qué por siempre, tendrá que soportar en sus espaldas, la fatiga y la vergüenza de no aportar lo necesario, para que al menos los sábados se llenaran de pan y risas, a la sombra fresca de la parra.

¡Otro mártir, clavado en el marrón horizonte de la llanura!

Mientras, mi abuela repartía mendrugos adobados con lágrimas, rezaba interminables rosarios, se quemaba las manos con el jabón hecho con sosa caustica y ceniza, pero eso sí, nunca se atrevió a pedir explicaciones a ese dios con el que tanto platicaba y nunca respondía.

 

MI abuelo materno, era carretero. Y mi abuela, al igual que luego mi madre y mis tres tías se dedicaron a servir en casa ajena. El único hijo, desde que dejo la niñez, tuvo bastante con ayudar a su padre en las cansadas labores de la carretería.

A una de las hermanas de mi madre, no llegué a conocerla y siempre me ha extrañado que nadie me hablara de ella.

Un silencio, pesado y gris, como entonces era la vida, daba vueltas al extraño universo de la mesa camilla y apenas susurros eran las conversaciones de las largas tardes de tedio, en las que a veces las miradas decían más que lo que ocultaban las palabras.

Después supe que no pudo resistir que un amor incipiente, que además eligió mal el bando de las ideas, duró solo lo que tarda un chivatazo, en ser un proyecto cercenado por el odio y la muerte.

Esa muerte en la que también ella, encontró la solución.

Un reseco árbol, sin apenas raíces y con ramas retorcidas e implorantes, al que le faltan el verdor esperanzado de las hojas

 

Como veréis, pocos himnos, blasones y victorias, pero eso es la vida y así hay que afrontarla, salir de la oscuridad en busca de la luz y cuando no se encuentra, chocar piedras, encender hojarasca, buscar reflejos de amaneceres, acunarse en el amor que todo lo aclara, escuchar las luminosas palabras de los poetas, hacer que la música nos ilumine y saber que hasta las aves carroñeras tienen alas.

No conocí a mis abuelos y ni siquiera tengo el recuerdo de alguna rayada y sepia fotografía que me los enseñe estáticos, sentada ellas con velo en una silla moldeada, y envarados ellos, de pie mientras se apoyan en el respaldo de la silla.

No puedo presumir de pedigrí, y mi currículo es mas bien escaso, pero no me quejo, que vivir nunca suele ser fácil.

 

El sueño no llega.

Salgo a comprobar si siguen dando luces las estrellas.

 

La oscuridad se ceba con la noche y los recuerdos, aunque espero una feliz amanecida.

Pasadas unas horas, nos llegan las sonrisas necesarias para que la claridad se encienda.

Mis nietas, que andan por esos mundos, felices y ocupadas, nos hacen el esperado y seguro Face Time, de todas las semanas.

 

 

 

viernes, 24 de febrero de 2023

SEGURO RELOJ DE ARENA


 

Compruebo

que la vida se acaba

como la espuma

que besa

triste

la

a

r

e

n

a

mientras

espero la caricia

de otra ola que llega



sábado, 18 de febrero de 2023

UTOPÍA


 

Era tan fantaseador que quiso hacer un mundo nuevo con retazos de sueños guardados en un viejo baúl de ropa usada.

Ante la falta de ingredientes para la pócima milagrosa, no tuvo más remedio que utilizar el brillo de una estrella, la sonrisa de un joven, el canto de una alondra, el ala de una golondrina, el sol que calienta en los trascachos.

A pesar de los esfuerzos de nuestro imaginativo protagonista, aquella alquimia no funcionaba.

Afanado en su utopía, no se daba cuenta de que los sueños guardados en el baúl, se los había terminado por comer las polillas, la estrella se había cansado de brillar ahogada por la polución, los jóvenes escondían sus sonrisas, por la angustia de un futuro pintado de miedos, la alondra dejaba de cantar, harta de no aparecer en la lista de Spotify, la golondrina dejaba de aletear cansada de tantas fronteras y alambradas y el sol, tan mayor y sensiblero, había decidido ausentarse, mientras se ponían de acuerdo las antiguas y seguras cuatro estaciones.

Nuestro visionario, ante este vacío lleno de soledades, se olvidó del lenguaje de la luz y los latidos, se hizo sombra y se dedicó a garabatear palabras inconexas.

Estaba convencido que al final, ante la mudez de un cielo sin sentido, no tendría que peregrinar para encontrar las puertas del infierno, siempre que ese concepto, como tantos aprendidos, fuese real.

El GPS de su existencia le acabó por marcar las coordenadas geográficas y la situación exacta para tan desagradable final.

Aunque, pensándolo bien, no necesitaba para nada el infierno, ya tenía bastante con su propia soledad.