domingo, 26 de junio de 2011

VOLVER A LAS ANDADAS




VOLVER A LAS ANDADAS

Tenemos que aprender a vivirnos cada día.
A cantar viejas canciones
que nos hablan de la infamia.

Tenemos que aprender
a sentirnos elegidos del sol y las estrellas.
Tenemos que rezar ante el espejo
las nuevas oraciones que ordenan los poetas.

Tenemos que  volver
al definitivo ejercicio de la rabia.
A nuestra vieja y saludable condición de fieras.
Aunque solo sea
para  que ardan las jaimas de los dictadores,
para que se acabe la certeza ganancial de los de siempre.

Aunque solo sea.
para orear de claridades
los escondidos crepúsculos
donde medran y engordan tiburones.

Aunque solo sea,
para robar los cálices
a los egoístas de ritos fastuosos
y que un orfebre justiciero
reparta pan de oro a los frágiles y hambrientos.

Para dejar de ser la cifra del rebaño
con un voto pegado a la conciencia.

O llenamos de preguntas los pasquines,
poniendo en su sitio las sonrisas,
o tenemos que volver a las andadas.

lunes, 13 de junio de 2011

CUANTO ROTO DOLOR



Cuanto roto dolor, cuanto quejido
se escapa por la entraña de mi vida.
Como duele esta marcha sin partida
y este ansia sin brote y sin latido.



Cuanto perdido aliento, si he querido,
encontrar de mi cárcel la salida.
La última ilusión, de luz transida,
se murió sin reflejo y sin sentido.


¡Cuántas lunas sin luz y sin llegada,
corriendo por los ríos de mis venas
alumbraron mi sangre ilusionada!


¡Cuánto lirico anhelo repetido
fue el trágico minero de mis penas!
¡!!Cuantos sueños ahogados en olvido!!!

lunes, 6 de junio de 2011

CUANDO AMANECE GRIS EN PRIMAVERA


Foto del autor

Cuando amanece gris en primavera
se trastocan pulsos y canciones.
La alondra
olvida su canto en madrugada
y se llenan de ceniza los estanques.
Los pájaros
olvidan todos los trayectos,
aparcando sus alas en las ramas.
La brisa
desordena el pelo de las olas
y un amago de tristeza
pone freno
a las nuevas singladuras.

Cuando amanece gris en primavera
los sueños se resecan en la arena
y nadie responde a las sonrisas.
Un silencio de niebla
aplaca los juegos de los niños
y un rocío de desidia
enmohece el color de las violetas.

Cuando amanece gris en primavera
se oxidan las coronas de los dioses
y los laureles se marchitan con el tedio.

Cuando amanece gris en primavera
solo un beso de sol
vuelve a darle sentido a todos los perfumes
y devuelve el latido necesario
a los aletargados corazones.