miércoles, 17 de mayo de 2017

REMEMORANDO


Quisiera mostraros con mi verso,
aquel lugar tranquilo de mi infancia.
Aquel lugar al sol de las promesas
que morían apenas iniciadas.

Aquel lugar donde la lluvia,
siempre tan tacaña,
mojaba la tersura de sueños incompletos.

Hoy quiero saber,
con un temblor renovado de certezas,
que fue de aquellas trenzas rubias
que despertaban mis sueños,
con campanas de gloria.

¿Que fue de aquel compañero,
que en secos páramos de luz y piedra,
soñaba conmigo mundos similares,
mientras pájaros volaban
con alegres aleteos de ángeles arcadios?

¿Qué fue de la alondra y la hormiga.
del gusano de seda y la hoja de morera?
¿Qué fue de aquella lagartija
que en las tapias de la siesta,
reptaba y se movía en un vals de pervivencia?

¿Qué fueron de las risas,
del picor de las  espigas,
de los mostosos racimos,
del Guerrero del Antifaz,
de las manchas de tinta en los dedos,
del plumier y el tintero,
de la higuera en el patio de Fernando?

¿Qué fue del “trenillo”
y los “novillos” al sol?,
¿Que fueron de aquellas esperanzas
 apenas renovadas?

Ahora, que la vida se borda,
con cañamazos de ausencias y recuerdos,
ahora compruebo, que alguien, no sé quien
le cambio los latidos al corazón del tiempo.








miércoles, 10 de mayo de 2017

VERSOS EN EL MERCADILLO DE LOS JUEVES




VERSOS EN EL MERCADILLO

Como todos los jueves, el poeta montaba su tenderete en el mercadillo.  Lo solía poner al final, cerca del puesto del churrero, aprovechando la poco poblada sombra de un pequeño árbol que tristemente había dejado de crecer.

Una mesa, unos libros, cuadernos y un cartelón donde se podía leer: “SE VENDEN VERSOS.  PRECIO: UNA SONRISA”.

De vez en cuando, alguna mujer, con la cesta llena de verduras, camisetas y zapatillas, se paraba ante el poeta, decía su nombre y este le dedicaba unos versos.

La cliente sonreía y marchaba ufana, mientras metáforas, ripios y disonancias, se mezclaban con las lechugas, pares de bragas y  gafas de sol para los nenes.

El “negocio” iba bien, hasta que un día, se presentó la autoridad del municipio, instando al poeta a abandonar ese espacio, ya que carecía de permiso, no estaba dado de alta como comerciante y además, si no cerraba de inmediato, se le denunciaría por traficar con divisas no autorizadas.

El poeta, trató de rebajar la tensión, ofreciéndose a leer un poema gratis sin pagar, o lo que es lo mismo sin necesidad de que el gesto adusto del agente tuviese que cambiar.

El policía, se lo llevo detenido, acusándolo, además, de tratar de sobornar a la autoridad competente.

Las cesta de la compra se sienten vacías de metáforas mostrando el peso exacto de una vida repetida.

Se acabaron, además, las sonrisas y solo se oyen las voces de los mercaderes.

Enfermo de tristeza, el pequeño árbol de exigua sombra, terminó suicidándose del todo, esnifando con fruición, los humos de la churrería.



martes, 2 de mayo de 2017

MENTIRAS


MENTIRAS

Odio los flases que alumbran imágenes vacías,
 las burbujas de los brindis amañados.


Detesto los acentos que remarcan ditirambos,
las palabras huecas de las notas necrológicas,
que nunca se dijeron cuando eran necesarias.


Detesto el picante olor a pólvora,
incluso de la que se gasta en salvas
que no salvan a nadie.


El verdadero vino de honor,
es el que se toma con el amigo de siempre,
sin discursos ni medallas.


Me gustaría que las armas se rindieran para siempre
sin necesidad de banderas y desfiles
y que los saludos militares,
 no tuvieran taconazos ni músicas castrenses.



Detesto los poemas que se hacen
buscando ajadas flores naturales y premios en metálico,
con versos que son tan alquilados
como el  raido esmoquin del poeta.

Venero solo las estatuas
que tiene como base un pedestal de sentimientos,
con sólidos cimientos de trabajo y sacrificio.


No sé de santorales, de novenas, ni triduos.
Solo entiendo de hombres que luchan cada día
por aprender a ser mejores.

Odio cualquier mentira
por mucho celofán que lleve en su envoltorio.