martes, 29 de mayo de 2018

VOCES ARISCAS





Tras leer la sugerente entrada “500 palabras para parecer más culto”, en el blog “Ex Libris” de mi querida paisana Mayte Lorenzo, me vinieron a la mente algunas palabras, que seguro ella también conoce y que son el motivo de esta entrada.

Siguiendo las directrices de Juan Alcaide Sánchez,   mi poeta de cabecera, maestro de letras “hondas”, y culpable de esta locura sin sentido de mis letras,  las llamaré,  (como el hizo), “Voces ariscas”.

CHILANCO.- No viene en el diccionario. Lo más parecido que nos muestra la RAE es “cilanco”: charco que deja un río en la orilla al retirar sus aguas, o en el fondo donde se ha secado.

En las bodegas, el chilanco solía estar al lado del  jaraíz y era un foso donde se guardaba el hollejo, las “cascas” de las uvas una vez molturadas.

En mi Valdepeñas, cuando uno todavía no había podido deshacerse del todo de los efluvios del vino, y se encontraba “ajumado”, “mamado”, “calamocano”, “pedo” o “azumbrado”, se le decía, tras llevarse la mano a la nariz, “hueles a chilanco”.

Poeticemos el vocablo, y quien mejor para ello que el propio poeta Alcaide:

CHILANCO
Este es mi corazón; mas no te asomes.
Tiene tufo, y es malo
que quieras asomarte a ver si encuentras.
mi infancia está, en fermento, en lo más bajo.

¿Para qué remover, mirada ansiosa?
Puede matarte el vaho.

Dos cauces, ¡qué difícil
que puedan ir cogidos de las manos!
Hay quien llega hasta el mar, y hay quien se clava
con la sed boca arriba, suplicando.

Tuyo es mi corazón; mas no te asomes:
¡tiene tufo de muerte mi chilanco!


BARJA.-  Tampoco os molestéis en buscar en el diccionario, sus preclaros componentes no han dudado en incluir “toballa”, pero no han tenido tiempo de indagar el nombre de esta especie de bolsa o zurrón de esparto muy usado por los pescadores y por los campesinos de la Mancha.


BARJA

Salir al campo mío.
Respirar la esperanza del sembrado
que toma de mi sangre el mejor río.
Dar mi obrada con fe, yendo ayudado
de la brizna, del ave, del rocío…
Parar. Sorber tonel y echar bocado.
Registrar por la barja, a mi albedrío…
¡ Y hallarme con mis libros de Machado!


QUIÑON.- Hemos tenido suerte. Esta vez sí, el diccionario ha cumplido con su obligación: “porción de tierra de cultivo, de dimensión variable según los usos locales”.

Como yo lo recuerdo, el quiñón  es un pedazo de tierra yerma situado en las afueras, sin propiedad conocida, donde iban a parar todo aquello que no se quería.

Bien es verdad, que hay otra acepción de la RAE que dice: “parte que alguien tiene con otros en una cosa productiva, especialmente una tierra que se reparte para sembrar.”

Volvamos al poeta:

QUIÑÓN

Las afueras del alma!...
Allí, donde la carne
tiene un algo celeste todavía.
Allí, la dura mano en la mancera,
quiebra el gañan la costra de sus días.

¡Oh, gañán del Deber, mayoral trágico
que rayas la besana conmovida!
¡Quiñón del corazón, gleba amorosa
de basura y de luz, casi infinita!
¡Gañán de la difícil peonada,
de la pobre ganancia sin salida!...
¡Gañán: dale a la boca, surco al cielo,
pan de altar y mantel, lumbre de espigas!


Seguiré, siempre que viejas palabras, poco usadas, me vengan al caletre.



No esperéis mucho, que cada vez me funciona menos la mollera y si no es por lo cerros de Úbeda, termino por acabar en el cerro de  Las Aguzaderas, por donde los viejos ángeles de plomo suelen perder las alas.


miércoles, 23 de mayo de 2018

ME MEREZCO...



Me merezco ser un poco,
todavía.
Dejar de conformarme,
con esta febril, abisal y temerosa
soledad que petrifica.


Merezco rellenar este silencio,
compañero del desierto que me abruma,
con pájaros y auroras,
campanas al vuelo y gotas de rocío en la ventana.


Me merezco ser un poco,
todavía.
Para que los sueños no se derrumben
y sean posibles nuevas primaveras
y los días florezcan blancos,
 como los lirios y las espumas.


Me merezco un poco de esa rabia,
todavía.
Para que nuevas gargantas renacidas
se olviden del silencio,
derrumben con su protesta y con su luz
la mentira de los que quieren
que la suerte siga cayendo al mismo lado.


No quiero morir, quedándome a solas
con ese silencio triste
del ciprés y la ceniza.


Necesito vuestro grito
para poner de moda la memoria
y para que nadie tenga el derecho
de poder cortar el hilo de los sueños.


No ser caminantes en silencio,
dejar que ladre el viento y rujan tempestades
y fecundar con vuestra mejor sonrisa
cantos que nos llenen de esperanza.


Me merezco ser un poco,
todavía,
una rabia que acompañe
por los siglos de los siglos.




lunes, 14 de mayo de 2018

BUSCANDO UN NOMBRE




Por no sé qué extrañas razones, este poema que creía publicado en mi blog, ha desaparecido.
O los duendes del ordenador, me han hecho una mala jugada, que ella no merece, o por el contrario ha sido mi memoria-ya caduca- la que me ha hecho creer lo que no es.
De cualquier manera, nunca es repetirse, cuando el amor es el que escribe.




BUSCANDO UN NOMBRE


No supe cómo llamarte.

Busqué palabras esdrújulas en todos los diccionarios

y todas estaban faltas de latido.

Me hice minero en busca de una veta

que imitase en algo tu sonrisa

y salí con silicosis en el alma.


Les pregunté a los poetas,

pero todos andaban en sus propias soledades.


Le hablé al mar de tu presencia

y los mensajes de las botellas

solo traían promesas sin sentido.


El aire no supo decirme

como suenan los suspiros

que rezan los enamorados.


Le pregunté

a la ternura dormida que habita en las caricias

y no supo desentrañar

la exacta textura que modula tu piel.


Gasté noches, coleccioné auroras,

recorrí las intrincadas calles

donde las esquinas esconden abrazos.


Empujé a la inspiración

con golpes de alcohol y humo.


Indagué en las músicas

que ponen piel de temblores

con sus ignotos arpegios.


Hurgué en las paletas

manchando mis dedos con colores de ansias,

sin encontrar el pigmento

que diera sentido a tu retrato.



Perdido por los rincones del desanimo

sigo sin saber que nombre darle

a lo que significas en mi vida.



Tendré que volver a la palabra primigenia

que amaneció aquel día

cuando con nerviosa ignorancia

los labios y los pulsos aprendieron a temblar.



Te llamaré, tan solo: ¡Amor mío ¡




jueves, 10 de mayo de 2018

NOS HACE FALTA OTRO JOSÉ MENESE

Portada de Moreno Galván


NOS HACE FALTA OTRO JOSÉ MENESE

            Para Emilio Manuel, otro “disconforme”,
               con la certeza de que esto “le suena”.

                         
Hubo un tiempo en el que maldecíamos a los tiranos. Días tristes, llenos de historias de pájaros sin alas, de amaneceres color ceniza, de penas frías sepultadas en el pecho hasta la empuñadura.

Era un tiempo gris y con aristas, en el que cada pedazo de pan costaba ríos de sudor y cada libertad un bastante de sangre y sacrificio.

Tiempo de tapias manchadas de rojo, de cunetas sobradas de cardos y faltas de epitafios. Un tiempo negro de cipreses, amordazado y turbio, con la turbiedad avinagrada de una resaca de sal y calaveras.

Hasta las flores ofrecían su color y su perfume, con la mansedumbre del que nada espera y nada tiene y la luna se rompía en sangre cuando el día vomitaba madrugadas.

En este tiempo de que hablo, ni siquiera nos quedaban los poetas. Estaban amordazados, mudos, silenciosos  a falta de la preciada rima de la libertad.

A mediados de los años 60, cuando todavía las rejas estaban faltas de claveles y sobradas de puños, un hijo de zapatero y un poeta y pintor de Cazalla de la Sierra, dijeron, ¡basta ya! , enseñando al mundo la triste realidad de una España edificada con muros de cal viva y sangre.

José Menese con su cante poderoso y Francisco Moreno Galván con sus letras reivindicativas,  supieron alzar sentimientos y  voz flamenca, donde lo normal era el silencio.
El cantaor, sabiendo de lo que hablaba: a un tío suyo los nacionales se lo llevaron “de paseo”, por esa triste avenida de donde nunca se vuelve.

Ya habían dao las doce
cuando lo sacaron,
ya no son blancas las blancas paeres
donde lo mataron.

José Menese, un grande del flamenco,  fue el primero en llevar este cante al Olimpia de Paris y el que supo “revolucionar” las Aulas de las Universidades y los Colegios Mayores, gritando con “quejios” de dolor y rabia la triste realidad de un país sin futuro ni esperanza.

Los tiempos han cambiado, pero no tanto como creíamos.
Ahora tratan de quitarnos algunas cosas que creíamos inamovibles y hemos vuelto a un hambre cierta y subterránea que no pueden disimular ni las encuestas ni los anuncios coloristas de la tele.

Mi pare y mi hermano Diego,
zapateros como yo.
Y en casa de zapatero,
descalcitos andamos tós.

Las lindes del olivá
son anchas pa los Don Mucho
y estrechas pa los Don Ná.

¿No estaremos necesitando de nuevo que flamencos y cantautores, vuelvan a removernos las conciencias y empecemos a barbotar palabras de rabia y ansias de justicia?

Que la Virgen nos ampare,
que ahora cuidan el rebaño,
con los mismitos, mismitos collares,
los mismos perros de antaño.





martes, 8 de mayo de 2018

SONETO A TRACY EN EL DÍA DE SU CUMPLEAÑOS





No sé del devenir de las estrellas,
y menos preguntarle por sus años,
(ellas  no necesiten los engaños),
no saben de medidas, siguen bellas.

Te encargas que yo inicie con mi vuelo,
en el día que apenas ha nacido,
un viaje que me lleve hasta ese cielo
de alegrías, apenas presentido.

Amiga de las teclas, compañera
del sur, el bien decir y la sonrisa,
no sé dónde acaban los destinos

ni el perfume que mana de tu risa.
No pretendo abdicar de esta quimera,
siendo tu seguidor, Corre Caminos.







jueves, 3 de mayo de 2018

AL RABO DE TORO




Hacía tiempo que no escribía un soneto y siendo consecuente con mi entrada sobre la poética, me impuse esa tarea.

Este domingo pasado en un restaurante amigo, nos ofrecieron “Rabo de Toro” y debo decir que no le envidiaba su elaboración a la de los conocidos chefs cordobeses.

También me acordé de Pepe de “Desgranado Momentos” que publicó dos sonetos: uno sobre el Salmorejo y otro sobre los Flamenquines. En mi comentario le dije que faltaba el del Rabo de Toro.

Nada más lejos de mis pretensiones que comparar este “divertimento”, con los sonetos del buen poeta y gran escritor cordobés.

Espero que me sepa perdonar por mi injerencia. Lo que le falta de enjundia a lo que publico le sobra de respeto hacia la calidad literaria de todo lo que escribe.

Es una forma más de sumarme a las fiestas cordobesas de este mes.


AL RABO DE TORO

Te salvaste !oh rabo!, de la gloria
y llegas a este fogón ya desollado
dispuesto a convertirte en un bocado
que deje su sabor  en la memoria.


Cebolla, pimienta y sal y zanahoria,
pimiento rojo y laurel, bien cocinado,
con un poco de harina rebozado,
caldo y vino español. Esta es la historia


de tu enhiesto mástil de bravura,
que vino de la plaza a nuestro plato
desoyendo abanicos y claveles.


Abdicaste del calor y la tortura
y supiste cambiar todo el maltrato
por ser el triunfador en los manteles.










martes, 1 de mayo de 2018

EL TIEMPO







EL TIEMPO

No es una rareza:
cuando el tiempo se acaba
hay tiempo para todo,
si te pones al relente del latido.

Cuando la memoria falla
y todos los recuerdos son vacío,
cuando los días se construyen
con herrumbre de suspiros
y la ilusión de los veleros
naufraga en las orillas,
no es una rareza,
pero la vida empieza a deshabitarse
haciéndote inquilino del frío y de la pena.

A no ser que olvides los relojes,
se vacíen de nostalgia los minutos
y se deje de pensar en epitafios.