martes, 22 de noviembre de 2016

OYENDO CAMPANAS



OYENDO CAMPANAS

De una lejana espadaña,
con repiques de nostalgias
oigo sonar las campanas
que recuerdo de mi infancia.

Huelo a mi niñez perdida,
a mañanas en los patios,
al vivo rumor de casa
y a domingo sin zapatos.

Por un ocaso dorado
y sin poder remediarlo,
camino por los recuerdos
que van marcando los pasos.

Voy señalando caminos
con migas de desencanto,
por si bañadas de luna
las picotean los pájaros.

Hay un muro de misterio
con mis dudas levantado
y me da miedo saber
que me encuentro al otro lado.

Iré coleccionando espigas
y flores de los linderos,
mientras la noche se acerca
con su manto de silencio.
                                                

                                                      Otoño, 2016


10 comentarios:

  1. Las fotos extraordinarias.
    El poema precioso.
    La sensación que queda es de que esta tarde de lluvia ha merecido la pena.
    Un abrazo.

    ResponderEliminar
  2. Lo verdaderamente importante de los recuerdos no se encuentra en el hecho de recordar con agrado sino en la emoción qué su recuerdo genera en el individuo. Esa es la verdadera riqueza, el tesoro que la vida nos ofrece como bien has dejado reflejado en esta entrada.

    ResponderEliminar
  3. El tañer de las campanas tiene un tremendo poder evocador que has reflejado magníficamente en tu poesía.

    ResponderEliminar
  4. Lo verdaderamente valioso es la sensación que produjo y al recordando sigue sucediendo, muy bello, Juan
    Beso

    ResponderEliminar
  5. Nostálgicos y sentidos versos, Juan... Pero la noche y su manto tendrán que esperar, aún nos quedan muchas primaveras :) Abrazo.

    ResponderEliminar
  6. Y la imagen maravillosa Juan. Su música ha viajado hasta esta mañana luminosa de otoño con dorados, eternos, que ya pronto pasan.

    Saludos.

    ResponderEliminar
  7. Es cierto que las campanas suenan a nostalgia cuando cae la noche; y tú lo plasmas en unos versos bien bonitos, Juan. Pero algunas también repican alegres en las mañanas soleadas ¿verdad?
    Un abrazote.

    ResponderEliminar
  8. MUY BUENAS TARDES-NOCHES, Juan, que encima son semilluviosas lo cual las embellece más si cabe. Leyendo tu magnífico poema me viene a la memoria aquello que pronunciara Gandalf el blanco (gran mago y mejor persona), y era algo así: "...no nos toca a nosotros decidir qué tiempo vivir, sólo podemos elegir qué hacer con el tiempo que se nos ha dado" Es decir, aprovecha hasta el último picosegundo que se nos ha otorgado, y hacerlo justo en aquello que importa de veras.

    Saludos

    ResponderEliminar
  9. Si no fuera por los recuerdos qué poco sentido tendría la vida. Cuántas migas de desengaño vamos dejando en el camino y aún así seguimos andando, nos resistimos a parar porque eso significaría renunciar.

    Un abrazo.

    ResponderEliminar
  10. Si no fuera por los recuerdos qué poco sentido tendría la vida. Cuántas migas de desengaño vamos dejando en el camino y aún así seguimos andando, nos resistimos a parar porque eso significaría renunciar.

    Un abrazo.

    ResponderEliminar