miércoles, 27 de septiembre de 2017

EL DÍA QUE APRENDAMOS




El día que aprendamos
que la vida es una constante compañía.

El día que sepamos
que convencen más los sentimientos que las consignas.

El día que amanezca el mundo
irisando la poesía de las cosas
y la suave fortaleza del abrazo.

El día que el sol
y los latidos se acompasen  para todos.

Ese día.
las sonrisas y las flores,
las fuentes y las olas
y todo corazón desenmordazado,
nos harán sentir la música posible
de la libertad y la vida.

Y ese día, seguro,
las urnas se llenarán de “síes” y claveles,
sobrarán todas las banderas
y es muy posible
que se borren las líneas de los mapas.

Y todas las diagonales confluirán
en un necesario mañana de libertad y concordia.


10 comentarios:

  1. Precioso me ha encantado; ese canto a la libertad, a la paz, al amor y a ese mundo sin fronteras, ni límites ni guerras. Algo difícil de conseguir, pero con la buena voluntad de los mandatarios el mundo mejoraría mucho; pero ellos que tienen el poder y los medios, no están por la labor.

    Abrazo Juan.

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  2. Desde luego ese día nos lo merecemos pero parece que no nos dejan, y es que muchos prefieren ser cabeza de ratón que cola de león. Un abrazo

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  3. Muy idealista te veo. Mejor para ti!!

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  4. Me has emocionado porque pienso igual que tú, pero más burdamente: Las banderas? trapos, ¿las fronteras pa qué?

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  5. Que se llenen las urnas de "sies" o "noes" es lo de menos, lo importante es que exista libertad y concordia.

    Un abrazo.

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  6. Cómo me gustaría ver estos días todas las calles de este país cubiertas de pancartas con estos textos tuyos, Juan... Un abrazo apretao.

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  7. Estoy en tu linea, Juan. No se me ocurre nada más expresivo.
    Un beso.

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  8. Tu poema es para aprendérselo de memoria, para que no se olvide, para grabarlo en mármol más que en efímeras pancartas pero...desgraciadamente demasiada gente ni sabe leer esta clase de canto ni tiene ganas de aprender... y eso es lo peor :(
    Un abrazote grandegrande, Juan, amigo en las letras.

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  9. ¡Ojalá llegue ese día, Juan! Mientras tanto no llega, aprendamos al menos a no dejarnos pisar por quienes no consienten la simple existencia del vecino. Y no necesariamente la existencia física (que desgraciadamente, también), sino aquellas normas básicas de convivencia (las leyes) que, hoy por hoy y hasta que la Arcadia de tu magnífico poema se concrete, evitan que esto sea la Selva.

    Y otro abrazo de nuestra parte!!!

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