sábado, 11 de febrero de 2023

LA TIERRA DONDE VIVO


 

La tierra donde nací,

se ha desintegrado en la nostalgia,

ha naufragado en los recuerdos

y ha terminado ahogándose

en un mar de despedidas,

donde brilla una luna de ausencias

y racimos de estrellas

destilan lágrimas de sal y sentimientos.

Aquello que fue

un presagio de azules y blancos,

al frescor de una patio emparrado,

donde los cantos de los sueños apenas se escuchaban

en los tristes días grises de temor y desespero.

Había que tener la calma de la espiga,

que no se estremece con el viento,

para aguantar la certeza

de que las horas y los sueños eran

un quedarse sin voz y sin latidos,

mientras el hastío trepaba por las enredaderas.

 

Menos mal que al fondo me esperaba

un renacer de brisas,

una erupción de azules,

la esperanza verde de una vida nueva,

como un reencontrado paraíso.

 

… y se hicieron posibles los deseos,

 y la vida se fue reinventando

a golpes de tareas y de versos.

De nuevo nacieron las sonrisas

y oreamos al sol nuestra ganas de vida.

 

A la sombra alargada de palmeras,

encontré la libertad que perseguía.

Y fue un milagro conjugado a cuatro voces.

 

Ahora la existencia es,

una canción que entiendo,

y cuando se van quebrando los calendarios,

le doy gracias a la vida

y a este mar que me cuida y  que me abraza.

 

 

 


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