RECUERDOS DE JAZZ
En alguna entrada antigua, os he hablado de Whisky Jazz Club, un desparecido templo del jazz en el viejo Madrid de mi juventud.
En la calle Marqués de Villamagna, un viejo local de ladrillo visto, falsas columnas de madera, y techo abovedado, este joven pueblerino que de música americana solo conocía las grandes orquestas de algunas películas (Glenn Miller, Benny Goldman, Tommy Dorsey y algún otro que no recuerdo), conoció, entre denso humo de tabaco rubio de contrabando, whisky de desconocida procedencia y una cierta candidez de neófito, lo que terminaría por ser, (junto con el flamenco), esa ternura amarga y esa alegría risueña que nos permite seguir creyendo en lo vivido y enseñar a través del sonido, los milagros que no pueden contarse con palabras.
Allí supe de Tete Montoliú, de Pedro Iturralde, de una jovencisima Donna Hayhtower, del poco conocido y muy aclamado Regolí, sensacional batería nacido en Alcoy, que de haber nacido en EEUU, tendría seguro una lugar en la historia de los grandes percusionistas y otros músicos de los que no recuerdo su nombre, que ya la memoria me flaquea.
Recuerdo una noche en la que pude vivi una verdadera “jamssesión” con el cuarteto de Pedro Iturralde, cuando ya solo quedábamos “los cabales”. No creo que vuelva disfrutar lo de que aquella noche disfrute. Canciones infantiles de todos conocidas y sus variaciones con el saxo, piano, contrabajo y batería, compitiendo en nuevas formas y sonidos, sin perder la melodía primigenia.
Os he dejado algunos videos de estos personajes que fueron los primeros en hacerme sentir esta clase de música.
Como ahora hay tiempo, os invito a escuchar estos vídeos.
Alguno entenderá ese saxo con vocación de cisne de Iturralde.
Donna Hayhtower, con su voz desgarrada y vibrante, de la os pongo un pequeño video de aquel tiempo grabado en el mítico Whisky Jazz, donde podéis ver a un jovencísimo pianista ciego que no es otro que el mismo
Tete Montoliú, al que alguien le dijo, con toda la razón, que “perecía un pianista negro” a lo que contestó, “que sobre todo cuando se miraba al espejo”,
y Enrique Llácer, Regolí, un batería y percusionista que, entre otros muchos honores, terminó por ser condecorado con la Medalla de Honor de las Bellas Artes.
¡Vaya entrada que te has marcado! Te la agradezco un montón porque además de estar el día gris, también lo está mi cuerpo enfriado, me imagino que por el agua que me cayó el otro día.
ResponderEliminarOiré tu música a lo largo del día como se hace con el buen vino.
El Jazz para mí es eso una botella de buen vino para descorchar la solx o en buena compañía.
Muchas gracias por haberme arreglado el día y muchos besos jazzísticos.
Creo que Whisky Jazz fue la pista de aterrizaje de Tete, procedente del Jamboree de Barcelona. Creo que son las dos míticos templos del jazz en nuestro país. Veo que ya tenemos otra más en común Juan. Me chifla el jazz aunque con los años he ido dejándome llevar hacia el smooth.
ResponderEliminarGracias por este regalito. Fantástico el Regolí, que bateria más limpia!
A ti te pasó con el Jazz lo que a mi con el flamenco, hasta que no participé en una audición cuando quedamos los cabales, no empecé a amar esa música.
ResponderEliminarUn abrazo.
Todo un mundo desaparecido entre brumas de humos perfumados de alcohol, pero cuyo sonido aún podemos disfrutar aunque de otro modo en las viejas grabaciones.
ResponderEliminarMe recordaste muchas noches de jazz en vivo bien emborrachado ;)
Un abrazo.
Vaya post Juan, ya iré revisando esos vídeos aunque no soy muy inclinada al jazz pero nunca está demás aprender algo.
ResponderEliminarTe dejo un beso grande al alma y que tengas un maravilloso día.
Gracias por esos recuerdos.
ResponderEliminarUn abrazo.
Tete Montoliu tenía una magia especial, dicen que mala leche también tenía, eso dicho por quien le conocía, pero mira.. a veces un poco de acritud va bien
ResponderEliminarQué bonitos recuerdos. Gracias por traerlos aquí. Un abrazo
Tenía un humor muy especial y destilaba muy mala leche.
EliminarY qué grande se nos parece el mundo cuando se sale del pueblo o de la pequeña provincia. Descubrir el arte en estas dimensiones es todo un placer. Gracias por compartir, Juan.
ResponderEliminarMil besitos y feliz tarde.
Estuvo bueno este paseo musical. He pasado un ratito muy agradable en tu blog, Juan, aunque el primero no pude escucharlo (supongo que un tema de derechos por países).
ResponderEliminarBesos
Qué estupenda selección de música, Juan. Yo no conozco el lugar, pero mi marido que es un forofo del Jazz, si lo conoció cuando vivió en Madrid.
ResponderEliminarUna música de lujo!!
Un abrazo.
Pedazo entrada nos has dejado hoy Juan... Te cuento que soy una apasionada del jazz y en mis noches antes de dormir es la música que escucho ya que me relaja muchísimo.
ResponderEliminarGracias por este buen recorrido.
Besitos y abrazos cariñosos.
Qué grande!!Es un bonito paseo por la experiencia de esa música que no todos entienden o gustan
ResponderEliminara mi,aunque soy del Norte,me encanta el flamenco,el buen flamenco.EL Jazz,lo he oído menos pero entiendo que haya muchos seguidores.Dicen que tiene duende.
Besucos
Gó
Me encanta el jazz y que bello lo que compartes- Saludos amigo Juan.
ResponderEliminarNo soy de música, y menos de jazz. Me hubiese encantado serlo, pero parece que no coincidí nunca en esos ambientes. Pero me ha gustado escuchar estos vídeos. Gracias.
ResponderEliminarAbrazos Juan.
Impresionado me has dejado.
ResponderEliminarQué maravilla, qué recuerdos.
Un abrazo.
El jazz puro y mezclado con el flamenco. La voz de una gran cantante, que a todos nos llega y nos mueve el alma.La música siempre es inspiradora. El jazz toca el instante y va contando el tiempo interior, que aparece con su mezcla de sentires. Gracias por todo ello, Juan. Los buenos recuerdos son siempre vida viva.
ResponderEliminarMi abrazo y feliz finde.
Si bien me gusta la musica en este momento estoy en el hoy de la música
ResponderEliminarme has hecho pasar un momento diferente en mi dia
gracias
¡Madre mía! Cómo entiendo tu disfrute, me alegra saber que te gusta el jazz.
ResponderEliminarNunca estuve en el club que comentas, pero sí y mucho en el Jamboree de Barcelona, que aún sigue. Y sigue gustándome, ahora también con las fusiones latinas y de flamenco.
Me has provocado muchos recuerdos. Saludos y gracias por el regalo.
¡¡Qué buena música!!!
ResponderEliminarMe encanta tu entrada.
Mil gracias, Juan...
Besos
La verdad es que no soy muy de jazz. Bueno Nina Simone si me gusta y el soul también lo canta muy bien. Seguro que el jazz como suena bien es en un garito donde solo quedan "los cabales", cosa de la que no he disfrutado.
ResponderEliminarAbrazos.
Qué agradable sorpresa esta entrada suya. No conocí el Whisky Jazz Club, pero sí supe de su existencia porque unos de los primeros discos de este género que compré, hace ya muchos años, en una tienda de compraventa de discos, cuando los vinilos estaban ya de capa caída fue uno de la Canal Street Jazz Band, orquesta "New Orleans" del Whisky Club, con su batería, el citado "Regolí", entre otros. Compré el disco por curiosidad, y me abrió las puertas de una música que hasta entonces apenas conocía por algún título de las grandes bandas americanas.
ResponderEliminarSaludos.