PREMONICIONES
De su vieja biblioteca, cada día
desaparecían más libros.
Cuando el hambre acecha, el espíritu se
achica y el ruido de las tripas, acalla todos los argumentos, hay que tomar medidas drásticas y dolorosas.
Primero fue “Cien años de soledad”, un
libro de poemas de Vicente Alexandre y “La
fiesta del chivo” de Vargas Llosa.
El premio fue escaso, apenas
media hogaza, un trozo de bacalao reseco y un cuarto de aceitunas.
Otro
día malvendió un lote de libros, con ejemplares de Allan Poe, Oscar Wilde,
Bukowski y “Las flores del mal” de Baudelaire.
Recordando
una de las partes de este libro de poemas, llamada “El vino”, entró en una taberna y en dos copas, unas aceitunas y un trozo de queso, se dejó
el dinero conseguido.
Cuando
no pudo más, empaquetó los últimos libros que quedaban,(Stefan Zweig, Yukio Mishima, Virginia Wolf y “El Viejo y el mar “
de Hemingway) y consiguió venderlos.
Con
lo que le dieron, compró una soga y se suicidó.
Qué poco valor se le da a la cultura. Y ya se sabe, los libros no dan para vivir, salvo a unos pocos privilegiados.
ResponderEliminarMe dolería en el alma tener que vender (peor aún malvender) los míos.
La imagen me encanta.
Besos, Juan
¡Vaya final!
ResponderEliminarMe ha dejado sobrecogida, no me lo esperaba, pero una vez que lo sé, entiendo esa venta de libros, ¡pobre hombre, estaba loco! Porque todos los autores y obras que se citan, son tan especiales... Y me han aportado tanto... Que te podría dar una y mil razones para no deshacerme de ellos.
La imagen espectacular ¿sabes qué? Al ver esos libros, en esas estanterías... Olvidados... He recuperado mis ganas de leer que se fueron con el confinamiento. Muchas gracias, creí que nunca las recuperaría y se ha producido el milagro, de nuevo gracias porque un verano sin libros,,,
Besos lectores y agradecidos.
Uf, me ha encantado, esa deriva hacia abajo, ese sacarse libros para meterse hogazas de pan. Muy bueno, el final es excelente.Y las imagen, divina
ResponderEliminarUn abrazo y pásalo bien, con tu biblioteca:-) y con photoshop
No estaba loco, estaba desesperado, lo que tenia más a mano para superar el trance eran los libros y lo superó.
ResponderEliminarUn abrazo.
Qué historia tan triste. Un beso
ResponderEliminarUna historia bien dura.
ResponderEliminarUn abrazo.
Solo le faltó vender su Alma al diablo y al final lo hizo.
ResponderEliminarUn final desesperado.
Abrazos.
Nos has contado una historia paso a paso, dándonos pistas, detalles de una muerte anunciada, la del alma. Cambió la cultura del espíritu por "la materia caduca"que sujeta al cuerpo por unas horas, sin darse cuenta que su mente se iba negando a la vida, al ir deshaciéndose de la imaginación,de la creatividad, de la esperanza, que nos deparan las letras...Precioso relato, hilado con destreza y claridad. La cultura nos da vida y dignidad humana.
ResponderEliminarMi felicitación y mi abrazo, Juan.
Los libros, siempre los libros. Dan para mucho, hasta para morir.
ResponderEliminarExcelente relato e ilustración.
Uf!!!
ResponderEliminarSin palabras. Tan drástico como factible. Mi padre cambiaba sus libros por hogazas de pan, menos mal que no llegó a ese extremo, tan solo era un niño. Me ha parecido muy buena exposición tu relato.
ResponderEliminarMil besitos y feliz tarde, Juan. (felicidades con retraso)
ohhhhh trágico destino para alguien que no supo aplicar lo leído de forma más positiva! Muy dura tu historia Juan.
ResponderEliminarTengo la mayoría de esos libros, son mi tesoro. Nos traes un relato que impacta tanto como entristece...
ResponderEliminarQuerido Juan, con fecha del día de tu onomástica tienes una entrada dedicada a tí, me temía que no la verías, yo escribo según puedo y me apetece, no tengo reglas fijas...
Un besote.
Mira! Igualico que los maltratadores; después de la canallada, van y se suicidan. Podrían hacerlo antes ¿no?
ResponderEliminarYa es duro tener que elegir entre alimentar el cuerpo o el espíritu...duro pero muy bueno. Besos.
ResponderEliminarComo los libros no tienen precio, pagan cualquier cosa por ellos.
ResponderEliminarBuenísimo el desenlace.
Un abrazo.
Conocí a una mujer que nunca compraba bisutería ni copias, me contó que en un momento tenia muchas piezas de oro y con su venta pudo regresar a España; tu protagonista ha tenido que vender su tesoro, pero no ha sido suficiente, para empezar una vida nueva y se quito la vieja. Un abrazo
ResponderEliminarVuelvo porque no me resigno a dejar de preguntarte el porqué del títlo de la entrada, me dejó un poco rara.
ResponderEliminarNo tienes que contestar si no quieres, pero yo tenía que preguntar.
Besos
Lo contrario, me alegra que me hagas esta pregunta, ya que hasta se me había ocurrido dar una explicación aparte.
EliminarY me alegra ya que has sido la única que ha reparado en ello entre todos los comentarios.
Observarás que, en la "primer venta, cito a tres autores que han conseguido el premio Nobel, mientras a mi protagonista ese "premio" solo le dá para un poco de pan, un trozo de bacalao y una aceitunas.
En la segunda venta, lo poco que consigue se lo gasta en una taberna, después de haber vendido unos libros de famosos autores amantes del alcohol.
Y por último, la venta de cuatro libros de autores que se suicidaron, consiguió dinero par comprarse una cuerda para ahorcarse.
¿Te parecen pocas premoniciones?.
Me alegra que tu olfato haya detectado algo que no encajaba y me alegra poder explicartelo.
Besos.
Gracias, me quedo mucho más tranquila, no se me había ocurrido darle esa explicación, y el caso es que desde que te escribí el comentario a media mañana hasta que me decidí a hacerte la pregunta pasaron muchas horas, dándole vueltas a la pelota, pero se comoce que estaba un poquito "espesa" y decidí, no darle más vueltas y preguntártelo directamente al autor,para una vez que lo tengo a mano, es un decir. y podías sacarme de dudas, me decidí a hacerlo.
EliminarMuchísimas gracias y muchísimos besos.
¿Hola buenas noches todo bien? Soy brasileño y quiero hacer nuevos amigos. ¿Aceptan uno siguiendo el blog del otro? No hay distancia para la amistad y la asociación entre nuestros blogs. https://viagenspelobrasilerio.blogspot.com/?m=1
ResponderEliminarPero los podia vender; si era necesario; y despues los recuperaba.... pobre un triste final.. ..
ResponderEliminarBesos Juan!!
Me quedo pensando en mi biblioteca y en ese final. Saludos amigo Juan.
ResponderEliminarUffff ! Pobre hombre y escalofriante forma de contarlo .
ResponderEliminarMe ha encantado la aclaracion del título.
Un abrazo
Comprensible y drastica decisión. Saludos!!!
ResponderEliminarBoa tarde Juan. Obrigado por seguir o meu blogue. Comecei a seguir o seu também. Muito obrigado e bom final de semana.
ResponderEliminarTus obras me llegan- Tienen el perfume de esos libros que hace mucho que no abris- donde habias guardado las flores que en zaguán de la vida nos habían regalado Tu pintura es arte.Lo que lográs llega más que las palabras
ResponderEliminarLas palabras se van .El arte se queda en un rincón de la memoria
Boa noite Juan. Obrigado pelo texto.
ResponderEliminarUn micro muy buneo. Impactante...
ResponderEliminarEso sí... a Stefan Zweig me lo tenías que haber salvado, aunque no le llegara a tu hombre para la soga. (Me apasiona, ja, ja.)
La fotocomposición es preciosa.
Un abrazo (y gracias por tu delicadeza tan grande al comentar mi última entrada) :)