En el paraíso, se ha hecho de noche.
Una nube de cenizas
ha teñido de negro
la alegre paleta de colores
de una naturaleza maternal y exuberante.
Una lluvia de meteoritos incandescentes,
ladera abajo,
incendian las palomas
y dejan humeantes los octubres venideros.
El sonido loco e irreverente
de un percusionista sin partitura,
hacen que se olviden todas las folías.
Donde verdeaban los plátanos
y daban sombras las tabaibas,
un dios inmisericorde,
olvidando el sufrimiento de aquellos que creó,
nos deja un malpaís estéril,
allí donde el verde y las canciones,
eran siempre una alegre sinfonía.
Hasta el mar dejó de latir y
olvidando su historia ,
se hizo cementerio,
enfriando en su seno la mala lava,
en el lugar exacto donde tienen el santuario,
anémonas, caballitos de mar y caracolas.
Este escribidor propone,
que en todos los carnavales sucesivos,
(la alegría es siempre necesaria),
se supriman los miércoles de ceniza.
Las sardinas agradecerán
que los gastos de sus entierros,
sirvan para recobrar nuevos bosques
y perdidas sonrisas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.