Hace unos días leía a
Manuela Fernández del blog “La dama de agua", una
entrada donde se recogían las palabras más sonoras y bellas del castellano y
eso me hizo recordar un soneto escrito hace bastante tiempo, con motivo de una
iniciativa periodística que trataba de encontrar esa palabra.
Me atrevo a repetirlo:
Hace tiempo alguien me pedía
optar por la palabra más hermosa:
difícil decisión si digo rosa,
lo mismo que si elijo algarabía.
La primera palabra bien podría
hacer valer su fama de olorosa,
pero la otra también saldría airosa
mostrando el sonar de su alegría.
Y qué decir de abrazo y armonía,
amor, libertad, amistad y
vida,
mar, amanecer, susurro, aurora.
Todas saben a paz y epifanía,
ninguna tiene olor a despedida
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