Lo difícil es, saber vivir todos los días.
Llega un momento, en el que se deja de ser,
aquel que reverdecía con brotes de esperanza
para ser la ceniza que sobra del sarmiento.
Me obsesiono con aquello que perdí
y termino por ser esa tristeza que queda
entre el llanto y la palabra.
Empiezo a ser el perpetuo fracaso,
el héroe anónimo que nunca ganó nada,
aquél que no supo leer las profecías.
Viviendo entre dos siglos,
sigo sin saber,
de que plata están hechas las estrellas,
cuantas luces caben
en la bella conjunción de una gota de lluvia,
donde va a parar la gasa de la espuma.
Y lo que es peor, nadie me explica,
por qué rendijas del pasado,
por qué oscuros sumideros,
se perdieron, aquellos sueños
que le dieron color a mi existencia.
Muchas veces me he sentido como en tu poema, y me sigo sintiendo, así hasta que me quemé los pies andando por las estrellas.
ResponderEliminarUn gran abrazo.
Difícil respuesta tiene tu incógnita.
ResponderEliminarUn abrazo
P.D.
Me gusta la imagen
Me ha parecido una reflexión perfecta. No hay resquicios, los vivido se fue, porque ya lo vivimos. Seguramente es la gracia de esto que llamamos vida.
ResponderEliminarUn abrazo y por una tarde sin nostalgias.
Hola Juan!! Me ha emocionado mucho tu poema, es una realidad que a veces cuesta asumir. Gracias por compartir.
ResponderEliminarUn abrazo.
Tus letras nos dan que pensar, todo un dilema que nos deja la vida, ser o no ser...un placer siempre poder disfrutarlas al igual que tus artísticas imágenes.
ResponderEliminarBesos otoñales!!
Todos podríamos suscribir tu reflexión, lo raro es vivir y saber que vivimos. Abrazos
ResponderEliminarJuan... ¿otra vez con la bajona?
ResponderEliminarUn poema precioso, pero yo también estoy de aquella manera así es que otro día te leeré con más detenimiento, de momento a estas horas de la noche te digo con todo el cariño de que soy capaz: "cartucho que no te escucho", espero que comprendas en el contexto que te escribo esa frase.
Que no te quiero triste, ¡ea!
Juan, perdona, creo que me he pasao cien pueblos y aunque lo hice guiada por el cariño que te tengo, debí estarme callada que seguro estoy más guapa.
ResponderEliminarEs difícil saber vivir cada día, pero cada es una lección por aprender.
ResponderEliminarGracias por tu comentario.
Ahora sí puedo comentarte.
Mil besos
Emocionante meditación
ResponderEliminarNo profundices más allá de lo que la vida ha sido,porque lo fué ya.EL presente es tu horizonte( y el de todos)
La vida te ha dado el don de escribir poemas,de acercar emociones,sentimientos..con los demás
Sé que tu existencia ha tenido y tiene un porqué?La respuesta tal vez sólo lo sepamos el último día
Besucos y ánimos
Hay una edad en la que ya nos vemos como acabados,pero no lo estamos.SOMOS y por tanto hay mucho en nosotros que merece la pena
Gó
Este poema me llega al alma y aqui me quedo entre sus letras atrapada reflexionando....... Saludos.
ResponderEliminar¡¡Cojones!!, triste pero expuesto de forma hermosa.
ResponderEliminarUn abrazo
Vivir es lo corriente, Juan; sobrevivir es seguir luchando. Y para mí, quien sigue teniendo preguntas es un luchador. Aunque no se obtengan todas las respuestas (nadie las consigue), las preguntas son la vida.
ResponderEliminarAbrazo grande y...otro.
Me quedo con la belleza de las palabras más allá de las difíciles cuestiones que planteas.
ResponderEliminarUn abrazo.
Dificil pero el sentir que aún quedan preguntas son un halo de esperanza. Aunque con su chispita de tristeza es un escrito lleno de belleza. Besos.
ResponderEliminarLa tristeza también se viste de hermosura y sentimientos. Juan, la vida nos va deparando etapas, pero nos trae otras. El sobrevivir es el reto. En tu larga vida tienes que almacenar más, y más, aunque puede que estés en un bache, Adaptado a las circunstancias que vamos teniendo en el recorrer de los años, pero seguir adelante, siempre adelante, te lo digo por experiencia...
ResponderEliminarCon todo mi cariño, te dejo un fuerte abrazo y un saco de besos.
Hermoso. Voy caminando hacia ese estado, dándome cuenta que mis sueños si quedarán entre las estrellas, el resto, es vida...
ResponderEliminarEl caracol es también el rastro que va dejando sobre la hoja cuando avanza lentamente. Tú has dejado y dejas muchos rastros, amigo Juan, no son sumideros oscuros, están llenos de luz. Un abrazo.
ResponderEliminarTus preguntas seguro que podría responderlas tu estrella, la tuya propia.
ResponderEliminarAquella que tantas veces te acompañó cuando forjabas sueños.
Saludos, JL
Creo que todos tenemos preguntas sin respuestas, sueños incumplidos, pero nunca tenemos que dejar de soñar!!
ResponderEliminarUn abrazo Juan!! y te vendré a visitar mas seguido, con tu permiso!!
Un gran reflexión y una muy buena forma de decirlo. Un abrazo
ResponderEliminarVaya amigo... Iba a comunicarme contigo en privado pero veo que no hay medio. Ni correo ni otra forma.
ResponderEliminarVa por aquí pues. Empecé un comentario a tu texto de hoy, impresionante reflexión, pero que según iba escribiendo, y por su extensión y temática, he acabado haciendo una nueva entrada para mi blog...
Y lo que quería era solicitar tu permiso para publicar tu poema y mi texto. ¿Es posible?
Espero tu Ok, o no.
Abrazos Juan.
¡Gracias!
ResponderEliminarCierto que cuando nos paramos a reflexionar somos consciente del paso del tiempo, que no volverá, y de los planes que aún nos quedan por hacer. Melancólicas palabras para decirlo.
ResponderEliminarBss.
Juan, tu poema nos muestra la lucha de cada día por vivir con ilusión y ánimo. El tiempo se nos escapa y con él nuestros deseos y sueños. Pero, la vida nos ha regalado el sol de cada día y las letras para seguir luchando y comunicando con el alma. Y tú lo haces con belleza y humildad, amigo.
ResponderEliminarMi felicitación y mi abrazo en este otoño inspirador.