Espero
que no vuelva a pasar y lo que aconteció durante este largo, para mí, fin de
semana, sea la última vez que ocurra.
Y
lo digo porque a la edad que tengo, los artilugios que compras, seguro que no
se hacen viejos a pesar de la célebre “obsolescencia programada”.
Viene
esto a cuento, porque el pasado viernes, mi viejo móvil, que ya tenía 5 años,
empezó a dar señales inequívocas de que su vida útil llegaba a su fin.
Entenderéis
que no soy de esa secta que hace cola ante los almacenes para conseguir, antes
que nadie, el último modelo de “Smartphone”, que sale de cualquier garaje
olvidado de California (USA), o en las febriles y mal pagadas fábricas del
oeste asiático.
Resumiendo
que busque en Internet la manera de solucionar el problema y encontré lo que me
convenía en unos conocidos almacenes, a los que me llevó una de mis hijas en su
coche, pues no sé por qué extraña manía, suelen situarse en el extrarradio de
las ciudades.
A
media mañana del sábado, ya tenía en mi poder una cajita con el nuevo teléfono
y también la ilusión de iniciar lo nuevo y desconocido.
Mi
hija, bastante lógica y coherente, me propuso que el domingo antes de irnos a
comer, se pasaría por casa junto con mi nieta Macarena, y me lo pondrían en
marcha, sin problemas.
Debo
decir, en honor de la verdad, que con una cierta candidez petulante, le dije
que vinieran a la hora de siempre, que ya me encargaba yo de ponerlo en marcha,
que no sería tan difícil.
Ese
fue mi castigo y mi condena. Cinco años en estos inventores de telefonía, son
casi una era para mis limitados conocimientos.
El
Manual de instalación viene en el mismo teléfono y hasta que no eres capaz de
insertar el microchip, dentro de una mini bandejita, donde va otro
compartimiento para otro chip, para un segundo número y otro, un poco más
grande, para archivos.
Como
el teléfono es todo pantalla y viene sin botones, que son programables.
Como
en la pantalla puedes pulsar, pulsar largamente, mover, pulsar dos veces y
hasta “pellizcar”.
Como
te da la posibilidad de “sugerencias de gestos”,
reconocimiento facial y de huellas y hasta una educada señorita de nombre raro
que dice quererme ayudar, pero que es incapaz de conocer mi voz, por mucho que
me empeñe.
Como
además debí insertar mal la “micro
tarjetita de los cohooones” , me tuve que tragar mi petulancia, durante todo
el domingo.
Por cierto, todas estas cosas problemáticas
suelen pasar en sábado, cuando la solución tarda en llegar al menos dos días.
Esta
mañana de lunes, cuando escribo, he tenido que ir a una tienda especializada,
que ha sabido “desfacer el entuerto”
y por unos módicos euros y no mucho tiempo, no solo ha solucionado el problema,
sino que además me ha pasado todos los datos del viejo al nuevo, que ahora
funciona de maravilla.
Que
conste que no me quejo, que necesario es y mucho, pero está claro que uno no
está hecho para estos menesteres.
Sin
ánimo de señalar, mi móvil no se ahogó en el inodoro del baño, pero si temí
perder por la atarjea de los gastos imprevistos, una cantidad no esperada, pero
necesaria.
Las nuevos artilugios y su tecnología nos desbordan.
ResponderEliminarUn abrazo.
jaja, qué inventos más traviesos. Pero la ciencia avanza, la tecnología a ritmo de correcaminos :-)
ResponderEliminarQue lo disfrutes. Un abrazo
jajaja a mi también cuando compro un móvil me lo tiene que "echar a andar" mi hijo y es que he llegado a mi tope de aprendizajes tecnológicos, me niego a aprender más.
ResponderEliminarSeguro que ahora ya no te acuerdas del viejo teléfono, ahora podrás hacer muchas más cosas con el nuevo.
ResponderEliminarUn cálido saludo Juan
Mal de muchos... no, no sigo con el dicho porque cambiar de móvil y más de marca nos cuesta a todos, menos a los que ya han nacido pulsando botoncitos hasta en el biberón.
ResponderEliminarLo mismo pasa con los ordenadores.
Disfrútalo con una berenjena de Almagro, si te gustan.
Ja ja ja ja !!!
ResponderEliminarY luego hablan de la Inteligencia Artificial y resulta que los condenados chismes, no se entienden ni ellos mismos.
Anécdota:
Mi teléfono de vez en cuando se dispara solo en eso del "Ok Google" sin que yo le diga nada:
_En que puedo ayudarte?
Harto, le digo: ¿Porque no te vas a la mierda?
Contestación: _"Tendré que hablar seriamente con tu madre"_
Jajajaja...!!
Has cometido dos graves errores, el primero: comprar un móvil en fin de semana y segundo error, ponerte a trastearlo sin saber o sin esperar que tu nieta lo iniciara. He trabajado 40 años en eso de la telefonía y hoy le digo a mi nieto, con 14 años, que sea el que me haga cualquier modificación, pera ellos es como caminar, para nosotros un sufrimiento. Me alegro que todo esté bien, has hecho lo mismo que mi mujer con el suyo, de mi no se fía y lo llevó a un profesional que le hizo virguerías.
ResponderEliminarUn abrazo.
Me pasa lo mismo, Juan. A ciertas edades comienzas a correr detrás de la tecnología y, cuando al fin alcanzas la de ayer, ya está obsoleta porque nació la de mañana, qué cruz. Menos mal que existen nietos, como la tuya y la de Emilio, que solucionan el problema en un pispás. Lo malo es que nos acaban perdiendo el respeto... (¡trae acá, abuelo, que eres un inútil!) Mi móvil ya tiene cinco años y, aunque renquea de vez en cuando, aún funciona. A ver lo que tardo en llamar a Mateo...
ResponderEliminarUn abrazo, Juan.
Cinco años, no está mal no suelen aguantar tanto, y te diré que no eres muy original lo que te ha pasado nos ocurre a un montón de personas, a mi me ha pasado con la tele. La culpa no es nuestra, ni de la edad, es de que la inteligencia moderna no es tan lista. Un abrazo
ResponderEliminarYo hice el cambio de móvil en diciembre (lo necesitaba ya) y si me pagaran por el tiempo que tardé en configurarlo sacaría un buen pellizco.
ResponderEliminarMe acordé de eso de la ciencia avanza que es una barbaridad (¿es de una zarzuela?)
Besos
Jaaaaaaaaa, bueno el mío tiene mucho tiempo, mientras no se "muera" no lo cambio, después ya veremos cómo hago para ponerlo en marcha, siempre me quedará el servicio de urgencias de mi hijo, no ni ná.
ResponderEliminarBesos.
No sabes cómo te comprendo!!!! Pasé por eso hace poco y aún tengo secretos que descubrir de el móvil nuevo, que no hay manera. Desde luego yo soy muy torpe para la tecnología, imagina que al leer tu entrada de hoy, cuando estabas explicando lo de las mini bandejitas, lo de los microchjps, lo de insertar... me ha dado ansiedad y he pensado: pobrecillo mi amigo Juan que mal lo estará pasando y le he pedido a Sta Rita, abogada de los imposibles, que te eche una mano, pero que la otra no me la quite a mí de mi móvil.
ResponderEliminarBesos sin obsolescencia.
Me alegro que vuelvas a estar tranquilo y acompañado con tu móvil, que tanto nos sirve hoy día. En noviembre lo cambié también, después de cinco años. Con él hablo con mis hijos y los veo por el mundo, cosa que agradezco infinitamente.
ResponderEliminarMi abrazo y mi ánimo siempre, Juan.
Ja ja ja ¡Las risas que me he echado contigo!!
ResponderEliminarMañana he quedado con mi cuñada para cambiarle el teléfono que lo tiene en la caja desde el Viernes Negro, allá en noviembre. Iré con cuidado, aunque seguro que tendré la respiración de mi hijo detrás mío.
Soy analógica, y la tecnología avanza a pasos agigantados. Espero que le saques partido a tu móvil nuevo.
Besossss
Yo prefiero que mis hijos me ayuden en eso, soy muy ignorante con muchas cosas que vienen en los nuevos móviles. Saludos.
ResponderEliminarJoder, cómo me identifico contigo :-)
ResponderEliminarJajaja Me has arrancado una carcajada pues me he visto muy retratada en cada una de tus reflexiones jajaja
ResponderEliminarPero para nuestra tranquilidad y para no pensar que somos nosotros los obsoletos, te diré que mi marido, informático de profesión de toda la vida, a veces se encuentra desconcertado con la llamada "tecnología punta" (que él llama de otra forma como lo puedes imaginar jajaja) y tiene (tenemos) que recurrir a nuestro hijo para entender el lenguaje de estos chismes que a veces hablan tan raro.
Con un poco de suerte, ya estás tranquilo para otros cinco años. ¡Disfrútalo!
Upppsss ...Esto me hace pensar que el mío está a punto de cumplirlos...
Abrazo y sonrisas :)))
Jajaja,Juan,cómo me he reido contigo!!!
ResponderEliminarDebes de haber comprado un móvil de última generación!!
EL mío no trae reconocimiento de rostro y tiene casi dos años!
Estos inteligentes creadores cada día lo ponen más difícil,y encima tienes que ir a que te lo solucionen y te vuelven a cobrar...
Bueno,el caso es que ya lo tienes y veo que lo dominas muy bien!!
No te creas, que hay gente mucho más joven que no sabe ni usarlo
Besucos y felicidades!!Me encantó cómo lo has contado!!
Gó
Me has hecho reír un montón ¡¡¡¡
ResponderEliminarhas estado genial!!! me quedo por aqui !!saludpos
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