Queridos Reyes Magos:
ahora qué vais a empezar vuestra hermosa tarea quiero daros las gracias. Como
todos los años, repetís el milagro de
poner sonrisas en las caras de los niños. Como siempre, conseguís que sus
miradas nos enseñen ese candor autentico que solo habita en los corazones
puros.
Al principio, trataba
de recoger los momentos de mis nietas en las mañanas del 6 de enero, con una
cámara fotográfica. Al poco, desistí. Era un momento mágico e irrepetible que
no podía meterse en las estrecheces técnicas de un visor.
Gracias también porque
a pesar de mis muchos años, sigo emocionándome en estas mañanas con olor a
chocolate, cadencia de sonidos nuevos, paletas de colores brillantes, gritos de
alegría y besos emocionados.
Gracias, repito.
* * *
Haced un alto en
vuestro iniciado camino. Quiero contaros una cosa.
Veréis: la Valdepeñas
que me vio dar mis pasos de niño, es una ciudad famosa por sus vinos. Seguro
que habréis oído hablar de ella. Bien.
Después de las faenas
de la vendimia, es decir de la recolección de las vides, cuando ya todo ha
terminado y los lagares están repletos de uva para molturar y el epicentro del
trabajo ha pasado de los majuelos a la bodega. Cuando el campo se queda
huérfano de cantos, suspiros, cansancios y sudores, entonces, es cuando empieza
“la rebusca”.
Es entonces cuando los
que nada tienen, los que solo son visitados por el hambre, van a los campos y
recogen los racimos perdidos, los olvidados y mustios, la pobre resaca que va
quedando rezagada después de la opulencia y la plenitud. Los racimos que se han
caído de las “capachas” con el traquetear de los tractores, los que han quedado
en la cepa escondidos de la vista del presuroso vendimiador, el que se quedó a
medio camino entre saciar el hambre y la mirada del manijero.
Pues bien, queridos
magos de oriente, con esa paupérrima cosecha de advenedizos, hay familias que
pueden dar de comer a sus hijos durante unos días.
Os preguntareis a
cuento de qué viene esta historia. Os lo explico.
Nadie más consciente
que vosotros mismos, de que vuestro trabajo, a pesar de desprendido y brillante
no llega a todos los niños. Diría yo que son más los que se quedan sin la
alegría de vuestra visita que los afortunados. Y no creo que esto sea justo.
Cuando lleguéis de
vuelta a vuestros almacenes, después de un merecido descanso, mirar por todos
los rincones, hacer una rebusca, con la cual puedan sonreír más niños de los
que lo hacen.
Vender el oro, que es
solo sirve como representación de vuestro poder, pero no como respaldo de
vuestra magnanimidad. Rebuscar en las cámaras, seguro que encontráis tesoros de
incalculable valor, bajo una pátina de polvo e indiferencia. Cerrar esos
faraónicos templos donde es imposible el recogimiento y usar el incienso para
que purifique la casa de los que no tienen.
Quitar el oro y las
piedras preciosas de todos los costosos ropajes que hacen más pequeño y
empobrecido al que necesita de pan y cariño.
Rebuscar en los
templos, en los palacios, en las cajas fuertes, en las catedrales, en ese
centro mismo de esa cristiandad que adoráis y seguro que podéis hacer otra
ronda de donaciones a esos niños que no solo necesitan regalos, sino los
necesarios alimentos para seguir subsistiendo.
Vosotros que tenéis el
don de la ubicuidad, rebuscar en los salones de los consejos de administración,
arrebañad lo que podáis de los presupuestos para la guerra y el odio, estad ojo
avizor en los consejos de ministros y vigilad el Ibex 35, el Nasdaq, el Dow
Jones, el Nikei, el Cac 40, todos esos índices que siempre señalan a favor de
los poderosos. Usad de verdad vuestra magia.
No sé si vosotros
tendréis la potestad para hacer lo que pido, pero al menos intentarlo.
Lo hago por egoísmo.
Siempre que disfruto con las sonrisas de mis nietas al abrir sus regalos, se me
congela la felicidad pensando en aquellos que no tienen nada.
A pesar de que yo ya
he hecho mi rebusca, he podido comprobar que no ha servido para mucho.
Es por eso por lo que
os pido ayuda. Vosotros, con vuestra magia y amor sí que podéis conseguirlo.
Este cuento de Reyes lo publiqué en este mismo blog
en el año 2.013, para un reto ideado por Mos, (un desaparecido blog), y que
recuerdo ahora, fue ganado por la inolvidable Mª Carmen Nazer.
Es una carta emotiva de un pedido que debe ser escuchado por todos.
ResponderEliminarLo que yo hago es, comprar obsequios, así como roscas individuales y chocolate caliente y ayudada por otras personas repartirlo, no en un lugar específico, en el camino.
😘
Hola Juan, cuanta verdad hay en tu carta y bello sentimiento.
ResponderEliminarEsperemos que este año los reyes tomen nota de tu comanda, y en lo tocante a ti
Decirte, que pases una feliz noche de reyes con toda tu familia y nietos y los veas sonreir
Y te sigas emocionando, te deseo una feliz noche de fin de semana, besos de flor.
Deberías hacer una copia de tu carta y enviarla a la Iglesia, los Ayuntamientos las Diputaciones y el Gobierno, a ver si toman nota.
ResponderEliminarUn beso con mi deseo de que se te cumpla todo lo que hayas pedido a sus Majestades, lo mismo no llegan puntuales por problemas del correo, pero llegará.
Los Reyes Magos tienen pajes repartidos por todo el mundo, que van a los hospitales, a los asentamientos, a las barriadas desfavorecidas y entregan juguetes (nuevos) zapatos y ropa, que llevan turrón no solo el aburrido arroz o macarrones, hay muchos pajes pero son discretos y no llevan capas de armiño. Pero tu cuento no sobra, hay que seguir llamando la atención y pidiendo ayuda. Un abrazuco
ResponderEliminarMe hiciste llorar con esta emotiva carta. Cuanta verdad hay en tus palabras. Saludos amigo.
ResponderEliminarTan emotivo como hermosísimo escrito ¡"Chapó"!
ResponderEliminar👏👏👏👏👏👏👏👏👏👏👏👏👏👏👏👏👏👏👏👏👏👏👏👏👏👏👏👏👏👏👏👏👏👏👏👏👏👏👏👏👏👏👏👏👏👏👏
Besos. 😘
Carta emotiva y que hace recapacitar en los que nada tiene, y en lo suntuoso de otra gente. haciendo rebusca, el pobre sacaba de qué comer, y si los Reyes lo hacen, aparecerán toneladas de oro que bien pudieran dar de comer una legión de pobres.
ResponderEliminarPrecioso post. Por la sonrisa de los niños. Un abrazo y feliz día
Muchos pedimos lo mismo, pero tu lo dices bonito.
ResponderEliminarUn abrazo y que esos Reyes se porten bien contigo, te lo mereces.
Mi querido, Juan.
ResponderEliminarUna carta preciosa, muy muy bonita.
Antes de venirme ya hice rebusca entre libros, material escolar y juguetes, casi todo nuevo, porque tienen tantas cosas que sólo han jugado una sola vez, lo llevamos al cole para que otros niños puedan sonreír.
Sigo en La Mancha, época de recoger la poca aceituna que hay. Qué duro es el campo.
Te deseo una Noche Mágica
Y repleta de sonrisas.
Besos
Que bello que eres.
ResponderEliminarSi fueron importantes los Reyes cuando vivia en La Argentina
.Desde que hice mi casa aqui en Miami desaparecieron de mi vista...
Y si voy a recuerdos prefiero el momento
Es muy bello lo que dices
se me arruga el alma leerlo
Te deseo dulces sueños querido compañero
Una carta para recuperar ilusiones. Lo cuentas mejor que nadie y yo te hubiera dado el premio. Sé muy bien lo que es ver la sonrisa de un niño. Tienes la suerte de haberla visto en tus nietas sanas, yo las he visto en los hospitales. Cuando estaba estudiando la carrera, recorríamos los centros infantiles con una guitarra y unas barbas. Entonces fui feliz, ahora lo soy sabiendo que en un rincón de mi corazón están guardadas todas y cada una de aquellas caritas agradecidas.
ResponderEliminarFelices Reyes.
Si los Reyes Magos existieran leerían tu carta y seguro que te concederían tu deseo. Nos queda remover conciencias.
ResponderEliminarSAludos.
Pienso como Tracy. Pero me temo que sería inútil esa carta. Los RRMM son más amigos del oropel que del andrajo y la pobreza. Un abrazo.
ResponderEliminarSi es que para que nos vamos a engañar, de magos no tienen nada. Hoy en día mas bien son los expertos en marketing de algunos grandes almacenes.
ResponderEliminarMal asunto si has tenido que recordarles este cuento a los Reyes Magos.
ResponderEliminarUn abrazo.