Tenía previsto
escribir a cerca de las palabras recordadas ayer después de ver las noticias
televisivas.
Decía la ganadora de
las últimas elecciones madrileña: “Si voy
a misa o a los toros, o me voy a la última discoteca, lo hago porque me da la
gana. Y elegimos donde, a qué hora y con quién. Vivo así. Vivo en Madrid y por
eso soy libre”
Pude
comprobar, avergonzado, la obscena manera de tomarle la palabra.
Pero
cuando estaba dándole forma a mi escrito me llegó la triste noticia de la
muerte del poeta J.M. Caballero Bonald, uno de los pocos poetas que van
quedando de aquel grupo poético de los 50, nacido en la oposición a Franco,
donde militaban figuras como las de Brines, Valente, Ángel González, Gil de
Biedma, Claudio Rodríguez y alguno más.
Lo
dejé todo y busqué en mi biblioteca un ajado librito de poesía de este autor,
editado por Seix Barral en 1.969.
Gasté
el tiempo de la escritura, ojeando-y leyendo- las envejecidas y descoloridas
hojas del viejo ejemplar.
Cada
poema, fue como una resurrección, como un fuerte aldabonazo a los sentimientos.
Enamorado
de la palabra, solía decir que se había pasado media vida buscando un adjetivo
y su lectura da cuenta del barroquismo
punzante de su escritura, armada con la palabra justa y necesaria.
Poeta
desobediente por naturaleza, terminó por “ir por libre” en su poesía ya que
como siempre dijo, no se veía entre los obedientes ni los gregarios.
Conectando
con mi primigenio deseo de este escrito, os dejo este poema del autor
tristemente fallecido:
EL
HIJO DE LA LIBERTAD
El
harapo del vagabundo, trama
carnal
en cuyos hilos
se
abriga el cuerpo errante, vive
su
caminar como el chorro
de
sueño, hecho de humildes letras
diarias,
de quebrantos tejidos
en
la noche, y es más puro
que
la virtud, más abundante
que
la opulencia, cristal donde
la
fundación del mundo se trasluce
más
desnuda, porque nadie
puede
ser tan glorioso
como
el que es hijo de la libertad.
Ya estaba esperando que alguien hablase de Caballero Bonald y me alegro de que lo hayas hecho, pero me entristece que al hablar de la generación del 50 no mientes a ninguna mujer( Mª Victora Atencia, aún viva, Angelina Gatell, a quien tuve el honor de conocer, Julia Uceda...) y no me vale que me digas que van en "ese alguno más" que también es masculino. Un abrazo.
ResponderEliminarHas enlazado muy bien el modo de entender la libertad entre una política que no ha hecho nada por ella y un poeta que lucho por conseguirla, será por eso que aquel personaje me produce vergüenza ajena pese a que la hayan votado miles de personas.
ResponderEliminarY como hay que ponerse feminista, incluiré alguna narradora también de la generación del 50 como fueron, Carmen Laforet, Martín Gaite o Ana María Matute, a estas las he leído y disfrutado no tanto a los poetas, pero si diré que una de mis hijas aprendió a leer con Gloria Fuertes también incluida en la generación del 50.
Un abrazo.
Es más triste el día en que un poeta muere, un abrazo Juan!
ResponderEliminarSí, creo que es más productivo dedicarle el tiempo a un poeta y más si acaba de fallecer.
ResponderEliminarSabia elección del poema.
Un abrazo.
La libertad mal entendida, no es libertad. Grande, Caballero Bonald.
ResponderEliminarUn beso en verso.
Liberdade é um precioso que possuímos, obrigado pelo texto meu amigo Juan.
ResponderEliminarUna pérdida enorme. Ese poema es muy bueno, y nada que ver con esa consigna madrileña tan obscena.
ResponderEliminarUn abrazo, y feliz tarde, en libertad
Tienes el poder de dejarme sin palabras
ResponderEliminarMil abrazos siempre
Se pierde un gran poeta y uno más de los pocos que van quedando.
ResponderEliminarHermoso poema que tanto dice.
Un abrazo Juan.
Una perdida dolorsa, unas palabras verdaderamente hermosas deja atras
ResponderEliminarUn bonito homenaje, lo lei y entristecí, me llamó mi hija por si no me habia enterado y en algunos blogs se le ha recordado. Nos queda su obra que permanecerá siempre. Un abrazo
ResponderEliminarUn hombre que siempre ha defendido sus ideales, ha sido un hombre comprometido y además es un gran escritor de prosa y de poesía y de todo lo que se ponga a escribir.
ResponderEliminarDescanse en paz el hombre y el escritor con nuestro agradecimiento por el legado que nos deja como persona y como litera.
Un magnífico homenaje al que me uno de todo corazón.
Besos
He leído poemas de él en su libro:"Somos el tiempo que nos queda".Realmente genuino, artesano de la palabra, del adjetivo y del lenguaje en general.Rebelde en las formas, buscando siempre profundidad y nuevas perspectivas. Aquí en este poema nos lo demuestra y parece que se describe a si mismo en su camino literario, Juan.
ResponderEliminarQue descanse en paz y le seguiremos recordando en sus poemas.
Mi gratitud y mi abrazo de luces y amapolas de mayo.
Bonito homenaje y lindo su poema. Saludos amigo Juan.
ResponderEliminarDeja un gran legado, esa es la libertad.
ResponderEliminarBonita dedicatoria a Bonal.
ResponderEliminarLo escché por la radio.Siempre que un poeta se va,deja un silencio en todos los versos que aún no están escritos
Y lo de desobediente,me encanta.NO me comparo con nadie,eh!!Más quisiera, pero a mi manera,soy absolutamente desobediente y no sólo escribiendo.
Besucos
Gó