El
pueblo acababa de despedir a la Virgen de Fátima.
Todavía
se escuchaba un eco de canciones marianas y los niños canturreaban el tan
repetido:
“El 13 de mayo,/ la
Virgen María/ del cielo bajó/ en Cova de Iría.
Aquello
había sido un preludio, sabiamente preparado, para lo que venía después: !! La
Semana de Misiones!!
Un
ejército de misioneros, capitaneados por el famoso Padre Rodríguez, anunciaba
su llegada para dentro de siete días.
Los
más pudientes se afanaban por conseguir que los misioneros pernoctaran en sus
casas, habiendo solapadas luchas, sobre todo por mostrar su hidalguía al famoso
Padre Rodríguez. Que no todo era obtener beneficios, también venía bien obtener
indulgencias.
A
nosotros en el Instituto, nos aleccionaron convenientemente, para asegurarse de
que asistiríamos a toda clase de eventos, (sermones, vigilias, misas, rosarios
de la aurora y de los normales), so pena de castigos sin cuento en el más allá
y suspensos concretos en el más acá.
Recuerdo
todavía con un cierto temor, la voz ronca y un poco tabernaria del Padre
Rodríguez. Su cuerpo nervioso y afilado. Su cabeza rapada y sus finas manos,
agarradas al pulpito, casi con saña de ave rapaz, mientras con una voz de
Júpiter tronante, nos mostraba, una a una, todas las calamidades, que aquí en
la tierra y luego en el cielo, habrían de sucedernos al no seguir los
mandamientos.
A
los más jóvenes y refiriéndose siempre a ese nefando 6º mandamiento, de
nuestros pobres y solitarios pecados, haciéndonos visibles todos los castigos y
enfermedades que podíamos contraer.
Uno
de los encargos que en estas fechas tenían las damas de Acción Católica, era la
de establecer un censo de aquellas parejas, que hoy llamaríamos de hecho y que
antes se las conocía por “arrejuntaos”.
Una
de esas parejas que vivían “en pecado”,
era la formada por Antonio “el Trocha”
y La Merche.
Casado
durante la Republica y sin validez eclesiástica, eran padres de cuatro hijos,
entre los 13 y los 6 años.
Pobres
de solemnidad, vivían en las afueras de la ciudad en una habitación abandonada
y medio derruida.
Malvivían,
si a aquello se le podía llamar vivir, gracias a que Antonio salía cada mañana,
con su famélica borriquilla, “a lo que
callera”, a coger sarmientos, a coger espárragos, setas, de “rebusca”, a
hacer alguna peonada y a esperar la vendimia, para que toda la familia se
pusiera a trabajar.
Mercedes,
por su parte, vendía setas o espárragos trigueros con un cubo en la escalera
del mercado, iba a las casas a lavar, o a limpiar, si alguna vez le avisaban.
Los
chicos campaban por sus respetos: a lo que se pudieran buscar y raramente a la
escuela.
Una
noche recibieron la visita de doña Encarnación u otras dos señoras de Acción
Católica.
:- Mire Antonio, tiene
que aprovechar estas misiones, para ponerse a bien con Dios, casándose por la
Iglesia con Mercedes.
Nosotras nos
encargamos de todo. Les dejaremos ropas apropiadas y la ceremonia se celebrará
en la Iglesia a las 7 de la mañana, para evitar habladurías.
El
Trocha, sonrió mientras removía las
patatas que se asaban en la lumbre y terminó por aceptar: total no le iba a
costar ni “un chavo”.
A
la siete de la mañana de un frío día de noviembre Antonio y Mercedes se casaron
legalmente.
Después
de la ceremonia, El Trocha, se marchó
con su borrica al campo, Mercedes puso su cubo de setas de cardo en la escalera
del Mercado y las damas de Acción Católica, que ya habían comulgado, se fueron
a la churrería a tomar un tonificante chocolate caliente, unas roscas de
churros, contentas y satisfechas con la labor realizada. No todos los días se
llevan al redil unas ovejas descarriadas.
La
Misiones terminaron, la ciudad volvió a su ritmo normal. Alguien se quedaría
contando el dinero de las colectas. Antonio Molina y Valderrama recobraron su
afilada voz flamenca. Las terribles enfermedades prometidas nunca llegaron.
Antonio
“El Trocha”, Mercedes y sus hijos,
seguían viviendo en la misma derrumbada habitación, con frío y sin tener un
trabajo fijo, pero eso sí, ya eran marido y mujer ante Dios, gracias al Padre
Rodríguez y a las Misiones.
Magnífica historia de la posguerra, lo triste es que la mayor parte se la llevaron los que la perdieron y algunos perdieron hasta la vida.
ResponderEliminarGran relato verídico aunque sea fisión.
Un abrazo.
Me encantas
ResponderEliminarVaya, como se suele decir: El amor todo lo puede.
ResponderEliminarAunque con música flamenca y al lado de Dios se puede conseguir la inmortalidad.
A ese matrimonio le faltó dinero, pero tenía todo lo demás: Lo que realmente importa.
¡FELICES FIESTAS!
Hola Juan!! con tu relato recorde mis epocas de misionera, yo tendria 17 años ibamos con mi mama casa por casa golpeando llevando una oracion, una estampita y la imagen de Jesus que peregrinaba de casa en casa. Charlabamos con las familias, nos contaban su historia de vida y cuando era necesario se los ayudaba en lo que se podia. Una hermosa experiencia, que creo ahora no se sigue haciendo, por lo menos los catolicos, si veo en los testigos de Jehova y Evangelistas ellos siguen visitando las casas son mas activos.
ResponderEliminarY sobre la historia, por lo menos es una familia humilde pero bendecida por Dios..... 😊
Un beso!!
Si es que Dios está en todas partes. Para qué nos vamos a engañar. :-)
ResponderEliminarUn abrazo.
Y se fueron a comer unos churros, con la sensación del deber cumplido.
ResponderEliminar¡Cuánta hipocresía!
Un abrazo.
Muy interesante e instructivo de un tiempo de esa España profunda, rancia y gris. A nosotros nos daban esas huchas con forma d enegritos y asiáticos. Iba un misionero que nos contaba de otro misionero que se había cortado la lengua él mismo por no delatar secreto de confesión...en el Amazonas. Rubianes, DEP, lo contaba con la voz del supuesto misionero sin lengua, y explicaba que estaba perdío, perdío y reperdío en esa selva.
ResponderEliminarTiempos de blanco y negro, de supuestos pecados y enfermedades, de aterrorizar a la población en nombre de Dios. Eres una joya, por estos ratos que nso deparas. Un abrazo y feliz tarde. Sin moralinas :-)
Cercana y entrañable con una dosis de ironía, que le viene bien a la historia...Ay esa moral pecaminosa, cuánto daño nos hizo en su momento, Juan. Teníamos miedo de pensar, de sentir y de hablar con los chicos.
ResponderEliminarHoy Cáritas hace una gran labor con sus comedores sociales y atención a los necesitados. No se ocupa de teorías religiosas, que no cubrían las necesidades básicas, en algo se ha avanzado.
Mi felicitación por lo bien contada y la entrega que has puesto en la historia.
Mi abrazo y feliz diciembre.
Aquellos tiempos... El cara al sol, por la mañana, el rosario por la tarde, la misa de los viernes (sí, si...los viernes). El mes de María, el ángelus y luego a confesar:
ResponderEliminar_Dime hijo, te has tocado?
No padre, pero si usted no me quita la mano del culo, se va a armar la de dios!
Vaya historias, los tiempos antiguos de cuando las republicas y la guerra estan plagados de ellas. Un abrazo
ResponderEliminarUna historia perfectamente contada.
ResponderEliminarBesos
Hola Jose , por que sera que en todos los pueblos , hay parejas así en el mio en el que yo nací , también había una pareja , pero estos tenían 12 hijos , y al final también se casaron pero a la edad de 50 años , y todo por no dejar a los hijos huérfanos y que ella tuviera derecho a una paga por si se quedaba viuda , me a gustado mucho
ResponderEliminartu relato , te deseo una feliz noche , besos de flor.
La has contado tan bién que conforme te iba leyendo me iba imaginando la escena en blanco y negro y con las señoras tocadas con esos velos... vaya postguerra total, pero es más me parece como si ese tema no fuera del siglo pasado sino de la Edad Media. ¡Qué daño nos ha hechoesa época malvivida!
ResponderEliminarMe quedo con un mal sabor de boca y un resquemor interior...
Un abrazo del 2019, casi del 2020
Bonita historia de tiempos pasados. Aun ahora se sigue haciendo eso de casar por la iglesia a los pecadores... Saludos amigo.
ResponderEliminarDa escalofríos leerte... Que no vuelva nunca esta hipocresía, por favor.
ResponderEliminarUn abrazo grande, Juan
Juan al no tener tu correo y por la confianza tengo en tu buen jucio, me tomo la libertad de escribirte aquí porque necesito tu ayuda si está en tu mano. Pásate por mi blog por favor y lee todos los comentarios de hoy. Tengo un serio problema con un perturbado :(( y no sé cómo solucionarlo yo sola.
ResponderEliminarEstá claro que te ha tocado un perturbado peligroso. Aunque le suprimas todos sus comentarios, el puede publicarlos en su blog.
ResponderEliminarLa única ayuda que puedo darte es que entres en la URL que te adjunto, y veas las posibilidades que tienes:
https://support.google.com/blogger/answer/187141?hl=es
Núnca me encontré en esta situación y siento no poder ayudarte más.
Un beso y suerte.
Muchas gracias, Juan. No sabes cómo te lo agradezco. Acabo de seguir tu consejo. Espero haberlo hecho bien y no tener que ver más cosas del estilo. Por otra parte, también lo señalé en Blogger en un apartado que titulan "Acoso e intimidación" y espero que hagan algo al respeto con el fin que este... energúmeno no siga haciendo lo mismo en otros sitios.
ResponderEliminarTe agradezco mucho tu ayuda y apoyo. Y siento haber traído este tema tan desagradable en tu blog.
Un beso y gracias otra vez.
Juan,estas atrocidades,se cometían en esas épocas que daban pena y aún en algún lugar siguen igual!!La Iglesia-"MADRE"sólo mostraba la parte oscura de un catolicismos engañoso;dando sólo miedo a la gente;sin pensar en el daño que hicieron
ResponderEliminarY así se quedaban tan tranquilos
Yo soy cristiana y esto es un delito contra las enseñanzas de Jesús ,el Cristo.Donde los pobres tenían su preferencia.LA Iglesia humilde,la de Jesús,no es así.Es la de los misioneros que ayudan sin obtener nada a cambio,es la de Teresa de CAlcuta,la de MArtin Luther king...la del PAdre ÁNgel y la de tantos otros anónimos que dan toda su vida,sin pensar en el sexto mandamiento,sin hablar de las penas del infierno(horror!!)ni de tantas otras atrocidades .
Yo soy la primera que le digo a mi hija que si no quiere casarse algún día,para qué hacerlo!!
No sigo porque es un tema muy largo y tendríamos que estar horas .
EL tema es interesantísimo,sea uno o no creyente
Besucos
Gó
Qué buen relato, Juan.
ResponderEliminarLa Iglesia, o sus miembros, preocupándose y ocupándose de los verdaderos problemas del Trocha y Merche. Lo digo con ironía, evidentemente. Después se extrañarán de que cada vez haya menos fieles...
Y esas señoras se tomaron el chocolate con la conciencia tranquila, seguro. No sé si hay dios, pero ¡ay, Dios!
Besos