Eran otros tiempos.
Ahora los jubilados,
se entretienen con sus teléfonos móviles mandando mensajes, escuchando la
radio, o cuidando de sus nietos en los juegos infantiles.
Eran los tiempos de
los bancos al sol o bajo los árboles y el seguimiento de las obras que se
acometían en el pueblo.
Los jubilados de la
vieja fotografía que os muestro, hicieron todos los comentarios y premoniciones
acerca de la obra que justo se empezaba a ejecutar.
No eran obras
particulares, ya que el cartel que las anunciaba, solo hablaba de obras
promovidas por el Ayuntamiento, con la colaboración de la Diputación y alguna
ayuda europea.
Uno aseguraba que
sería un nuevo ayuntamiento, otro que había oído de alguien, amigo de un
concejal, que serían un Hogar para los jubilados, y otro, seguro de conocer la
verdad, se apostaba unos cafés, a que sería una
Biblioteca.
Pasaron algunas
semanas y en sus diarias visitas notaron que las obras no funcionaban. Las
grúas parecían satisfechas de tantos bocados, mientras hacían la digestión,
paradas en una esquina de los terrenos.
Unos ridículos pilares
de cemento de los que asomaban unas negras nervaduras de hierro, dormían dispuestos a
sostener la amarga realidad de unos sueños inconclusos.
Entre tanto, hubo unas
elecciones, cambió el partido que sustentaba el Ayuntamiento y esa crisis
económica que, cíclicamente, siempre ataca a los mismos, se cebó con aquel
pueblo.
Alguno de aquellos
jubilados de la foto, es seguro que ya no existen.
Ni ellos ni nosotros,
sabremos nunca que se iba a edificar en esos terrenos que ahora solo sirven
para que el agua de lluvia se estanque y la maleza se haga aún más precisable
en ese pueblo, que como muchos otros, parecen que nunca pueden llegar a ser
felices, les mande quién les mande.
Sé que no es así, pero se diría que hablabas de alguna esquina de Barcelona.
ResponderEliminarEn ningún lugar como aquí se inician obras oficiales, muchas faraónicas, que arrastran gran cantidad de empleados moviéndose con la cadencia de un bolero y maquinaria de alquileres millonarios, para de pronto quedar inactivas tiempo y tiempo, pasando a "enriquecer" un poco más nuestra famélica tesorería.
Cuánto pude sugerir una imagen cuando cae en las manos adecuadas, JL.
No sólo pasa en tu pueblo, en el mismísimo Madrid hay obras que se eternizan, eso sí, las terminan, las terminan y de repente vuelven a levantar en el mismo sitio habiendo calles que siempre están descubiertas. Cosas de políticos. SAludos.
ResponderEliminarEn Madrid hemos tenido más de 100 obras empezadas a la vez, parecía un colador y ahora lo estamos pagando a base de impuestos y con el enrequecimiento de muchos.
ResponderEliminarUn saludo Juan.
Perdón, enriquecimiento, quise escribir.
ResponderEliminarHoy a los jubilados es muy difícil verlos mirando como van las obras, los jubilados de hoy tienen otras actividades, no se si tan relajadas pero si más satisfactorias, por ejemplo cuidar a los nietos, llevarlos al colegio, recogerlos y, en los casos más extremos, ayudarles a hacer los deberes,a sacarlos al parque a que jueguen; igualmente, hoy, los jubilados son más peleones, luchan por unas pensiones dignas, ahora, en estos momentos han llegado desde Andalucía y desde el País Vasco dos importantes grupos de pensionistas que se han recorrido a pié más de 400 Km para reivindicar unas pensiones dignas, hoy los abuelos tienen mucho en lo que pensar, si hay que mirar una obra como elemento relajante de tanto trabajo también se hace.
ResponderEliminarUn abrazo.
Esos dos grupos caminaban hacia Madrid y llegaban a la Puerta del Sol.
ResponderEliminarLos proyectos inconclusos, dejando piscinas para la lluvia y los desechos, a veces, restos de obras . Esos espectadores tenían la posibilidad e imaginar el futuro, pues lo veían construir. Los jubilados ahora dedican tiempo a otros menesteres, no sé si más enriquecedores. Viajan y se cuidan, así que vigilen las obras quienes tengan interés en ellas. :-) El tiempo ahora se lena de otras maneras
ResponderEliminarUn abrazo
Muchas obras se pararon, muchos terrenos volvieron a ser solares, parece que otra vez se empiezan a ver grúas. Un abrazo
ResponderEliminarHola. Las costumbres de los jubilados, también han ido cambiando con el tiempo: Ven más la televisión Van a los hogares a bailar y los mas atrevidos se divierten con Internet. esto está muy bién para el que le guste, que para gustos hay colores.- Recibe una sonrisa cómplice.
ResponderEliminarJuan, en nuestros tiempos, los que se manifestaban eran los estudiantes, ahora lo hacen los abuelos ¿te das cuenta? ¡Son los mismos!
ResponderEliminarUn abrazón.
En mi pueblo, lo que me entristece, es ver como las casas se van agostando y cayendo las paredes porque están vaciadas y nadie se ocupa de ellas.
ResponderEliminarGrandes edificios que podrían ser reconstruirse y reciclados para otras cosas... Pero es más barato construir que reconstruir... ¡Una pena!
Besos
Jubilados...en mis tiempos de juventud,también miraban las obras que se hacían y sobre todo,se apoyaban en las vallas de Cuatro Caminos a mirar pasar los coches Me daba pena,porque les notaba soledad
ResponderEliminarHoy los hay más dedicados a otras cosas ,pero sobre todo a cuidar a los nietos.
No estoy en contra de ello,pero SÏ en contra de que sean casi obligados a hacerlo.Veo a cada abuelo con niños de muy corta edad llevándolos al colegio,y me siento a veces irritada,porque no pueden con ellos,dados sus achaques,si les gusta y están más fuertes,me parece bien,pero los nietos son para disfrutarlos no para obligar a los abuelos a cuidarlos
Pero bueno,esto es otra historia
Y esas obras que comienzan con gastos astronómicos,y quedan luego convertidos en charcos,es un denominador común en todas las ciudades
Y una vergüenza!!
Besucos y qué tema tan interesante y real has traído hoy
Besucos
Gó
Nada más ver el título de hoy y me acordé de uno de mis cuñados que es a la vez aparejador por vocación y carrera, jubilado con whatsapp superactivo y abuelo (a tiempo casi completo) de 7 nietos. Con lo cual pertenece a las dos vertientes :D
ResponderEliminar¡Qué pena dan estas obras empezadas y paradas!...Si por lo menos las terminasen para hacerlas útiles aunque sea de forma diferente a lo previsto... Y ¡qué rabia de dinero despilfarrado con cada cambio de partido! y esto, los ayuntamientos lo llaman "gestión"... En fin...
Un abrazo, amigo Juan :)
Viví esa época de mirar las obras con mi padre.
ResponderEliminarEso pasó con muchas obras y no solo por la crisis si no porque cambia el color del ayuntamiento y se quedan paradas.
Los que no sabemos ya han cobrado sus comisiones, y hasta la próxima.
ResponderEliminarUn abrazo.
Una historia real de otros tiempos, aunque los resultados tienen visos de rabiosa actualidad.
ResponderEliminar