lunes, 30 de enero de 2012

TU SONRISA


TU SONRISA

Sonríes
y las nubes se esconden sumisas,
para que la luz ilumine la mañana.

Sonríes
y los dioses descansan
porque el mundo se hace tibio y comprensible.

Sonríes
y tu mirada es refugio de colores,
donde se hace posible
el nacimiento de los sueños.

Sonríes
y un coro de ángeles,
afina los metales del aire
con suaves sonidos de plumas.

Sonríes
y la cierta realidad de tus ojos,
reanima los vestigios
de pulsos juveniles.

Sonríes
y van perdiendo sus aristas
las tristes realidades que nos hieren.

Sonríes
Y todo el amor del que hablan los poetas,
pone rumbo al alba silenciosa
de esta agonía de árbol sin raíces.

Sonríes
Y caen mis castillos en la arena
abatidos a golpes de ternura.

Mientras tus ojos sonríen,
atesoro la felicidad que me nace ,
en los baúles del alba.


lunes, 23 de enero de 2012

GARZON Y NOSOTROS



Reproduzco aquí una entrada publicada por mí en otra bitácora, el día 28 de marzo de 2010. Su demostrada actualidad me empuja a su nueva inserción.

Quede claro de antemano que nunca ha sido santo de mi devoción el personaje sobre el que hoy pretendo escribir.

Las únicas estrellas a las que admiro, son las del firmamento y algunas de Hollywood, aunque estas, desde que murió Cyd Charisse, han dejado bastante que desear y cada vez relumbran menos.

Siempre he creído que en cualquier profesión o empeño, la humildad y el trabajo silencioso y tenaz, son siempre virtudes dignas de tener en cuenta. Y la fanfarria, el ruido y las trompetas, no suman nada al trabajo bien hecho.

Y el juez Baltasar Garzón, ha pecado en más de una ocasión por poner a la luz de las ondas y a los ojos de las cámaras los pormenores de su tarea, por otra parte digna de encomio y con probados logros de justicia y equidad.

Lo aplaudí, aunque con dolor de mis más íntimos sentimientos, cuando instruyó el caso GAL, porque entendí que mi adhesión a unas siglas, no podían de ninguna manera esconder lo que era de justicia: castigar con todo el peso de la ley las aberraciones cometidas en las pestilentes alcantarillas del estado.

Por cierto, mis aplausos de entonces, se unieron a los que ahora piden la cabeza de este juez que, tanto hoy como ayer, solo cumple con su obligación. Será por lo del color del cristal.

También he celebrado sus éxitos ante viejos y sanguinarios dictadores, terroristas sin alma, políticos corruptos y venales y enemigos de la democracia, sin pararse a mirar de qué color era su camisa o que cargo ostentaban.

Lo que ha quedado meridianamente claro para todos aquellos que saben leer y no han admitido orejeras, es que lo que ocurre con este juez es una confabulación en su contra, perfectamente diseñada y en la que han colaborado por igual, una rancia izquierda resentida y esta derecha española que amamanta de igual manera a esos que llevan lustros buscando el centro y a los que, con la cara al sol y la camisa vieja, siguen añorando la lucecita del Pardo, aunque, eso sí, aprovechándose de las ventajas de una democracia que odian.

 Por cierto, se puede comprobar que aquél que utilizaba la lucecita para ver mejor a la hora de firmar decretos y sentencias, lo dejó todo atado y bien atado. No eran los políticos, ni era el ejército, al que creía domado. Han terminado por ser los jueces, algunos jueces, lo que han sabido tomar el relevo, para que los perdedores sigan siendo sojuzgados y sigan sin tener derecho a nada.

Después de más de setenta años, viene a demostrase que la guerra no ha terminado, la siguen perdiendo los de siempre. Esos casi veinte mil cadáveres sin identificar en el Valle de los Caídos, o esos que siguen enterrados a la vera de los caminos, por donde solo deberían transitar la caridad y la hidalguía de los vencedores, que siguen amarrados a un odio que no se comprende. Vencieron y quieren seguir venciendo, negándoles a los perdedores hasta el deber de poder enterrar a sus muertos.

Pero, ¡cómo van a saber de derechos humanos esos jueces del Tribunal Supremo que juraron lealtad al Movimiento Nacional!. Les deben pleitesía a aquel que puso la última firma en el diploma de su titulo, ungido por la autoridad y la gracia que le daba Dios y la "gloriosa cruzada". 

Personalmente me he quedado perplejo ante el fácil entendimiento entre los jueces y la derecha de este país, por otra parte sumida en múltiples y variados casos de corrupción galopante. Un “totum revolutum” puesto al servicio de acallar a este juez que no se casa con nadie y acostumbra a decir las verdades del barquero.

Esa pestilente amalgama formada por Falange Española y de la madre que la parió, Manos Limpias (¿), ese dechado de valentía, vergüenza torera y caridad cristiana llamado Sr. Trillo, que parece tener muy buena mano entre la puñetas y un tal Sr. Rajoy, pretendiente por tercera vez a la jefatura de gobierno de este país, que tragándose el humo de un buen veguero, no tose al decir que “eso de la Memoria Histórica no interesa a nadie”. Con lo que viene a demostrar que esos cientos de miles de familiares de muertos sin identificar, para él son eso, nadie.

Aclarando: la justicia, esa que debe ser igual para todos, abre de par en par sus puertas y se rinde con armas y bagajes ante los facinerosos y niega a sus víctimas, lo que por la buena nacencia y los más elementales derechos de humanidad les pertenece.

Ese maloliente batiburrillo azul, viene a demostrarnos que saben organizarse cuando están en peligro sus prebendas.

Sentarán en el banquillo de los acusados al juez Baltasar Garzón, para jolgorio y ganancia de malversadores, chorizos, asesinos, mafiosos, prevaricadores, políticos resentidos de medio pelo y mientras nosotros, los que decimos querer a la democracia, los que amamos a la justicia y la libertad, nos callamos como putas y dejamos hacer sin dar un solo grito.

En algún sitio pude leer que de joven se es revolucionario y de viejo se es conservador. Yo tengo 74 años y ardo en deseos de salir a la calle a gritar que es to no se puede consentir. ¿Es que nadie tiene ganas de seguirme?

Si permitimos eso, es que no merecemos nada mejor. Entonces no es que seremos diferentes, es que no somos nadie.

Y no os escondáis diciendo que no se puede hacer nada. A la vista está: ellos si pueden.

Solo me restará tener que reconocer que ellos son de otra pasta, mejor que la nuestra. Que merecieron ganar. Que siempre seremos perdedores.

¡Que vergüenza!





lunes, 16 de enero de 2012

HAY POETAS...


Alegoría de la poesía de Gustav  Klimt


HAY POETAS…

Hay poetas
a los que hay que leer de rodillas
y con la vista en las estrellas,

Poetas,
que saben recorrernos
por los rojos caminos de la sangre.

Poetas que nos golpean,
para hacernos desandar de la locura
de una vida enfilada en línea recta.

Hay poetas
que nos apacentan el alma,
desentrañando los horóscopos,
haciéndonos dioses de una religión
que no sabe de pecados.

Hay poetas
que riegan con palabras de lluvia,
la amarga resequez
de la tierra prometida.

Hay poetas
que marcan con su compás de luces
un arco iris de esperanza
para salir al encuentro del mañana.

Poetas
que con sus sonidos tibios,
nos invitan a pasar
por umbrales no cruzados,
avivando cenizas del recuerdo
para que arda la llama del futuro.


lunes, 9 de enero de 2012

HAIKUS DEL VIEJO TRISTE




Magia del tiempo
se diluyen los sueños
entre las canas.

Triste mañana
las horas se suicidan
sin esperanza.

Busco en la noche
los collares de estrellas
que ya no brillan.

Duelen los versos
cuando nacen al viento
y  nadie escucha.

Pronuncio olvido
y una negra paloma
me picotea.

Quizás el verso
se nutre de la savia
de los insomnios.


martes, 3 de enero de 2012

CUENTO DE REYES



Al igual que a cualquier hijo de vecino, a aquel Rey Mago le creció la prole. Las hijas pasaron la edad del pavo entre colegios de pago, recepciones y puestas de largo, donde conocieron a otros jóvenes (todos pretendientes, de pretender) y como suele sucederle también a los de sangre de color normalizado, acabaron por enamorarse.

La más guapa de las hijas, de larga melena rubia y ojos que irradiaban simpatía, terminó por enamorarse de un atlético caballero, ganador de múltiples trofeos en la casi totalidad de juegos y justas deportivas en los que participaba.

A pesar de no ser de estirpe noble, a la familia del Rey Mago no le quedó más remedio que acceder al desposorio, ya que el joven, por los motivos antes citados, contaba con todo el cariño y las simpatías del pueblo llano.

Al poco el palacio del Rey Mago, se alegró con la risa cantarina de nuevos  y encantadores componentes de la real familia, dando fe de la virilidad paterna y la contrastada lozanía de la nueva pareja.

Es de todos conocido el trabajo y la dedicación de los Reyes Magos, pues si bien su presencia suele ser efímera y en unos determinados y escasos días concretos, no es menos cierto que deben dedicar el resto del año a la preparación de su real tarea, visitando fábricas de juguetes, preparando el operativo de su largo viaje y lo más importante, buscando la necesaria financiación para su benemérita causa a favor de los niños.

Ansioso de colaborar en la ingente tarea de la familia real, el nuevo inquilino de palacio se ofreció para ayudar en  tan cansada y altruista tarea a su ilustre suegro.

Aprovechando el conocimiento de países y personajes tratados durante su anterior etapa de deportista y gladiador, se ofreció para, desinteresadamente, socavar favores y financiación,  con el fin de aligerar la carga económica de palacio.

Y a ello  se dedicó con demostrado acierto y provecho, utilizando todo su tiempo (que era mucho) y todos el encanto (del que estaba sobrado), en tan noble y plausible causa.

Todo marchaba a pedir de boca, con el beneplácito del reino y sus representantes, hasta un buen día en que salieron a la luz ostentosas irregularidades de las cuentas particulares del combativo y conseguidor yerno y su bella esposa.

Dice el pueblo llano que mala cosa es comenzar un melón, pues una vez abierto, hay que llegar hasta las semillas.

Y esas primeras irregularidades devinieron en hechos punibles, patrimonios desorbitados, capitales escondidos y lo que es peor y más doloroso, el aprovechamiento de la figura del Rey (su suegro), en la consecución de esas espurias ganancias.

La anterior simpatía, se quebró de inmediato y el pueblo llano, que nunca puede aprovecharse de estas canonjías, puso el grito en el cielo y la rabia en el suelo, pidiendo explicaciones. No era de recibo que tales desmanes no hubiesen llamado la atención de aquellos, que por su rango y magisterio estaban en la obligación de dar ejemplo.

Los reyes, que suelen ser silenciosos por naturaleza, rehusaron hacer declaraciones al respecto.

Fuera de los territorios de este Rey Mago, un  Papa Noel, más democrático, representativo e igualitario y menos endogámico y solariego, no dejaba de frotarse las manos.

 Más pronto que tarde, las agencias de calificación le subirían a triple A y su boyante marca teñiría de verde los paneles de la bolsa, dejando en entredicho y en cifras mareantes la prima de riesgo y la vetusta y anacrónica personalidad de esa realeza anclada en el pasado, que no daba muestras de saber orearse al vivificante relente de los nuevos tiempos.

Mientras la mujer de ese Papa Noel, como una moderna Mariana Pineda, bordaba con esmero los tres colores de una nueva bandera.