miércoles, 30 de marzo de 2022

TIEMPO DE MEMORIA.- Chelo de la Torre


 

Acuciado por otros menesteres, he dejado de pasar un tiempo para iniciar la lectura del libro de poemas TIEMPO DE MEMORIA,  de la buena amiga y extraordinaria poeta Chelo de la Torre, ejemplar que la autora ha tenido la gentileza de dedicarme.

 

Y me ha venido bien la espera, a pesar de que los tiempos que vivimos no son los ideales para “inventar historias nuevas”, mientras vamos “esquivando palabras entre escombros”.

Acostumbrado a leerte “a salto de mata”, como suele leerse en las redes internautas, me ha venido bien el sosiego al calor envolvente del ya necesario sillón orejero, de este medio paisano “de Quevedo, con los bolsillos repletos de años”.

Aunque no “se pongan en pie las masas, ni te encierres ni te escondas y sigue escribiendo poesía” que como puedes comprobar viendo el telediario, cada vez estamos más necesitados de ella.

¿Cómo dejar de escribir quien sigue tratando de “aprender a resolver la ecuación de los años y se hace mujer, y madre, y loba”?

Aunque “nos sea difícil levantar el día cada mañana” y “ya no germinen los brotes de la tarde”, debemos reincidir en la poesía para que este mundo “que tiene aristas y ángulos que cortan”, sepa que tus manos “son manos que no llevan fusil”, pero están hechas para la escritura “que rompen velos y no hincan la rodilla”.

Ahora que somos casi viejos y “que estamos en esa edad en que los silencios se afanan en poblar nuestro día y lo círculos se cierran a destiempo”  no debemos abdicar de la belleza sonora y armónica de la palabra.

Sobre todo Chelo, tú que todavía tienes tiempo de vivir y recordar, de reinventar los diarios de ayer, de mirar esa foto de familia donde la tristeza se viste de sepia, de reírte de las lagartijas de la infancia, de tratar de encontrar el guarismo necesario para que “pi” se pare de una puñetera vez.

Mientras “tus dedos respiren rabia”, por favor amiga, no lo dejes.

Este mundo de hoy, tan alucinado y nervioso, necesita de la verdad de tu poesía.

Y por lo que a mí respecta, me viene bien la belleza de tus versos, para paliar la tristeza de este pájaro curvo que me acecha.

 

 


domingo, 20 de marzo de 2022

EXTRAÑA PRIMAVERA


 

Me he acercado hasta el mar

y lo encontrado triste, gris, desmadejado

y con una cierta falta de insolencia.

 

Parece como si este verano,

sin zarcillos de luces y sonidos de espumas,

estuviera naciendo a contratiempo.

El sol no se atreve a asomarse

y la tristeza se hace brisa que estremece y nos ahoga.

 

La amargura se hace bruma,

atormentando los silencios.

Me temo que esta primavera

sea escueta en vuelos de alondras,

canciones de amores que duelen

y jaulas abiertas a la esperanza.

 

A cambio,

como cada tarde en la televisión

me encuentro con la furia,

con la cólera desatada,

con esa violencia olvidada

que se nos sirve por capítulos

entre anuncios coloristas.

 

Ya es de noche y me asomo a la ventana.

Todo está negro

¡y las estrellas siguen apagadas!


lunes, 14 de marzo de 2022

LA ESPADA Y LA PLUMA


 

Soy el que es nadie, el que no fue una espada

en la guerra. Soy eco, olvido, nada.

(Jorge Luís Borges)

Hubo un tiempo

en el que la vida parecía,

tener valor en todos los mercados.

 

Hasta que alguien,

maestro en cenizas y ataúdes,

asesino de azules y eficaz con la hoz

de espigas y de vidas,

decidió

que las noches fueran sombrías,

los latidos desolados

y los llantos como truenos de tormenta.

 

La vida y los pájaros,

en loca desbandada,

anunciaron al mundo,

que las bolsas se cerraban y

se multiplicaban los infiernos.

 

Mientras,

se van llenando de sangre las antiguas pantallas

de la despreocupación en colores,

y el odio y la mentira sustenta

el único argumento de un enfermo solitario

que llena sus vacíos,

con la ingrata misión de creerse importante,

entre la latente y peligrosa raza de Caínes.


Quiero ser la llama que grita 

ante tanta ceniza

y tanta flor decapitada.

Soy el que sufre recontando niños

huyendo como hormigas asustadas,


 

También soy el que no es nadie,

el que será eco, olvido, nada.

Mi espada es la pluma.

Solo “malescribo” versos,

¡pero no tengo la conciencia acanallada!

 

 


viernes, 11 de marzo de 2022

LA COSTUMBRE


 

Como cada noche, después de despertarse del sopor al que siempre se rendía  harto de vaciedades y colorines en la televisión, se aseguró de que no quedaba ninguna luz encendida, que las puertas estaban cerradas y las ventanas con las persianas bajadas, se lavó los dientes y después de doblar cuidadosamente la ropa y prepararse el vaso de agua en la mesita, se metió en la cama.

A la mañana siguiente el despertador, obediente, lo sacó de su profundo sueño.

Le extrañó que su mujer, siempre diligente y dispuesta, siguiese en la cama.

La tocó en la frente y notó una extraña frialdad.

Con una cierta desazón, se acordó de que en la noche pasada, antes de acostarse, se le había olvidado darle el beso acostumbrado.




martes, 8 de marzo de 2022

>KIHKA (Mujer)


 

Ellos se quedan,

con la sola tristeza del temor y las armas.

Dejan las fábricas,

los campos,

las oficinas,

para meterse de lleno en denso aguacero,

de plomo, miedo y sangre.

 

Y ellas,

después de ver venirse abajo sus hogares,

de que se suicidasen los cristales

ante tanto temor y tanta luminaria.

Después de que el mundo envejeciese,

avergonzado, por no saber contestar

a preguntas que parecían olvidadas,

ellas, tuvieron que coger de la mano a sus hijos

y tragándose las lágrimas de sus ojos azules y tristes,

sonreír haciendo pelotas

con esa nieve blanca que no sabe de melancolías.

 

Hoy sería un día,

para poder pisar la tierra verde,

ponerse colorete en las mejillas y flores en el pelo.

Para bailar y recordar viejas canciones,

con las que recibir una nueva primavera.

 

Pero no puede ser,

un malnacido pretende,

que debéis aprender a vivir-o morir-

en el túnel amargo,

de una silenciosa noche de cenizas y alaridos.

 

En este día, solo pido

que pronto veas el azul tras la ventana,

que las noches recobren claridades de luna

y que puedas regalar a los tuyos,

un ramillete de sueños cumplidos,

atado con un abrazo de sonrisas.

 


viernes, 4 de marzo de 2022

CONTANDO ARRUGAS (AGRADECIMIENTO)


 

A Carmela, de Mi Fular, que en sus fotografías y en sus letras, sí tiene la luz, el empaque y la gracia de ese Cádiz que añoro.

 

Hablo de Cádiz

y me faltan palabras

para contar su magia.

 

¿Cómo explicar los sentimientos

paseando sus calles y escuchando a sus gentes?

¿Qué decir de ese sol que nace en la mañana,

rodeado de azules y brisas marinas?

¿Cómo contar ese milagro de luz,

evocador de susurros y canciones?

¿Cómo explicar su ancestral y profundo

sentido de la gracia y el duende?

¿Dónde sus lunas escondidas,

presagio de claridades y nuevas canciones?

 

En este cuarto donde añoro,

donde el sol es cicatero

y las esquinas estrechas,

solo un vieja fotografía,

boqueando de recuerdos,

me dan las fuerzas necesarias,

para seguir escribiendo.

 

Hablo de Cádiz y

me sobran deseos de torbellinos de luz

y no me nacen las metáforas.

¡Me las robó Fernando Quiñones,

el día que lo abracé en La Caleta!

 

¿O fue esa gaviota que picoteó mis entrañas

dejándome vacío de luces y palabras?