domingo, 25 de junio de 2017
miércoles, 21 de junio de 2017
UN POZO
Detén tu paso, caminante. Sosiega un poco tu andadura y abandona
por un momento ese camino enrevesado y difícil, que has cogido, o te han hecho
coger en la vida.
Deja que los demás sigan afanosos con su marcha, que seguro, no
saben donde les lleva.
Tú, apártate por un momento del asfalto y del polvo, de los
empujones y las zancadillas, de los gritos y de los ruidos. Serena tus latidos
y acercarte por un momento a la frescura ancestral y vicaria de este pozo.
Aflójate la corbata, quítate las sortijas, olvídate del reloj y
del smartphone, descalza tus zapatos y que los pies sientan la caricia fresca
de la hierba.
Deja que la tranquilidad de este campo le ponga un nuevo y
distinto vestido a tu cuerpo polucionado.
Olvídate de costosos tarros con nombres impronunciables y disfruta
de este perfume de flor y brisa, de lavanda y espliego.
Siente en tu cuerpo ese brocal de piedras con ribetes de musgo y
adéntrate en el secreto insondable que esconde en su negra hondura.
Y después que el cubo, buscador de luceros, haya llevado hasta ti,
el mensaje fresco y riente de la tierra, refresca tus sienes, llena tu boca de
estrellas subterráneas y dale gracias a la naturaleza por ese pequeño oasis en
medio de la prisa.
Los demás, que sigan. Sin fijarse en el paisaje. Con la vista
buscando anhelantes una meta que nunca es llegada. Y si tienen sed, que paren
solo un segundo, ante una maquina que, por unas monedas, les dé cualquier extraño
liquido envasado, que para eso ellos son hijos de progreso.
domingo, 18 de junio de 2017
miércoles, 14 de junio de 2017
domingo, 11 de junio de 2017
miércoles, 7 de junio de 2017
LLUVIA CONTRA PRONOSTICO
Esta
tarde llueve
y
solo tengo ganas de los sonidos guturales
del
ronco saxo de Coltrane.
Llueve
en las ventanas,
mientras
gotas de llanto emborronan las cuartillas,
haciendo
que los versos zozobren de tristeza.
Los
relojes desafinan
rotos
por las negras aristas de la música.
La
lluvia echa en falta un mar que la recoja
y
con nudillos de prisa les pide a los cristales
que
abran las compuertas.
Necesitan
de su sal para transmutarse en lágrimas.
Esta
tarde llueve,
dejando
en papel mojado los pronósticos.
El
blues, como una serpiente de luto,
se
arrastra en la tarde,
mientras
la noche afila sus cuchillos
y
solitarios perros vagabundos
pordiosean
caricias por las esquinas.
Dan
ganas de apagar la luz,
acurrucarse
en la música caliente de un bolero
y
esperar a que la mañana escampe
con
un blanco vuelo de gaviotas.
domingo, 4 de junio de 2017
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