jueves, 28 de julio de 2022

HOY MI CORAZÓN ES UNA PLAYA TRISTE



Por estas fechas, en años pasados me despedía de vosotros, ya que no podía desoír la refrescante y siempre seductora llamada del mar.

Eso se acabó. Siento que ya no puedo disfrutar la mar, recibir su abrazo, rebozarme de arena y brisa, sentir el milagro natural de su ternura.

Empecé a  amar la mar, (que cerca mar y amar), cuando ya mayor, la conocí por vez primera.

Ya antes la había soñado. Lo más cerca que estuve de ella fue, cuando con trece años y por encargo del poeta Juan Alcaide, cuya madre era sevillana, visitando Sevilla, con un viaje del Instituto, lancé un  barco de papel al rio Guadalquivir con la esperanza de que llegara hasta Sanlúcar

Después un tranquilo Mediterráneo, en Santa Pola, me deslumbró.

Yo que venía del marrón terroso del surco y el morado espinoso de la cardencha, no me supe desprender de su querencia y como las olas que parecen que se pierden en la arena al llegar, siempre estuve dispuesto al regreso.

Junto al mar he respirado eternidad y me he sentido des-olado, ante la quietud inerte del agua cicatera de espumas.

Naufrago de años y de vida, el mar ya no me ofrece su cobijo, o mejor dicho, ya no me atrevo al juego de sus olas, al flotar de su densidad salada, a la posible caricia traicionera, de lo que siempre fue un amoroso y maternal vaivén.

Ya que no puedo disfrutar del sabor salado del mar, que siempre es curativo, me conformaré de la sal discreta que habita en una lágrima.

Me quedo con las ganas de llegar a esa línea inaccesible donde el sol, y las aguas se besan.

Y me queda la nostalgia azul de un mar, que lentamente y con dificultad, se va llenando de velas blancas de recuerdos.

Sé que esta falta de mar y esta sobra de años, harán que escaseen mis versos. A pesar de querer ser poeta, no me llevo bien con la tristeza.

Solo un ruego.

A los que podéis sentir su caricia, a los que seguís jugando con el mar, como cuando niños, a los que os atrevéis a bajar a sus entrañas, a los que disfrutáis de la playa, a los que conjugáis mar y luna, a los que termináis por necesitar el sonido del mar, para dormir, para soñar, para besar y para amarse, a todos los que aman la mar, como yo la amo, un ruego:

Decidle que sueño con ella, con recibir su caricia, con saber de sus arcanos, con adentrarme en sus historias.

Y consciente de mis añosas limitaciones, solo me queda el saberla y olerla cerca, el disfrutar de su semanal presencia y sobre todo el poder darle las gracias por todos sus regalos, a pesar de este duro exilio a la que la edad me obliga.

 

 

viernes, 22 de julio de 2022

MUSEO Y HAIKUS

 No dejo de leeros, pero me queda tiempo para entretener las horas, tratando de engañar con la técnica, lo que se me ha negado por las musas de la pintura.

Lo someto a vuestra consideración y gracias anticipadas por comprobar que todavía me quedan lectores.

martes, 19 de julio de 2022

ÁNGEL-MUJER


 

Hasta que no se dio la vuelta, no comprobó que  aquel milagro repentino con apariencia de ángel, era simplemente una mujer.

Escuchó sus palabras que volaban como dulces pájaros en desbandada.

Se fijó en sus ojos que lucían con una extraña mezcla de mar y cielo.

Y su boca… con un dulce reclamo de sabores profundos y esa estimulante serpiente, para el dulce veneno de deseos de cada madrugada.

Desde esta sublime aparición, se olvidó de los sueños, intentó robar el color de los jardines, abandonó la melancolía, puso proa  a la esperanza y  tiritó bañándose en la recóndita luminosidad que emana de sus ojos.

 

Él, que nunca había tenido nada, emprendió las estrategias necesarias, para que esos  besos que empieza a soñar, no se pierdan a pié de página de un relato nuevo que desea definitivo.

Pergeñó un tratado de argucias, para ese desatino que se adueña del pecho cuando los latidos se desbocan.

Y le nacieron sonrisas donde habitaba la melancolía.

Y se hizo amanuense de fantasías, escribió estrofas que eran besos, rimó el deseo con las horas vacías y supo de cuantas ausencias caben en un suspiro.

También supo, que justo el día que la conoció, había empezado a vivir.


martes, 12 de julio de 2022

REBELATE


 

El 2 de mayo 2011, escribí este poema, al comentar un pequeño libro titulado  “Indignaos”,  de Stéphane Hessel, prologado por José Luis Sampedro.

Observando aconteceres y  sufriendo dolorosos retrocesos, entiendo que no es malo recordarlo, si no queremos perder aquello que tanto nos costó conseguir.

 

 

REBELATE

 

Desencadena los recuerdos,

abre las puertas de los silencios

y pon a orear los sentimientos.

 

Grita al mundo lo que callas

y olvídate de las lecciones

aprendidas a golpes de cilicio.

 

Ha llegado el momento

de desmenuzar con las manos las consignas.

De olvidar asignaturas inservibles,

de ponerle nombre a los engaños

y apellido a los cobardes.

 

Ya va siendo hora

de sacarle réditos a las verdades,

de mirar de frente

a los que han querido enterrar la inteligencia.

Hora de alumbrar con las preguntas

los lúgubres y pálidos silencios.

Hora de olvidar las palabras sin orillas,

los mares sin cadencia,

los semáforos en rojo

y los decrépitos otoños.

 

 

Habrá que desempolvar las viejas barricadas,

habrá que   llenar de grafitis las conciencias,

de anegar con playas los asfaltos.

de sorberse las lágrimas de rabia.

 

Pero tienes que hacerlo tú, muchacho,

que estás hecho con el mármol de los dioses.

Yo empiezo a tener los labios arrugados

y mi  voz suena a asma y desengaños.

 

Tienes que hacerlo tú

que tienes las llaves de todas las coartadas.

 


miércoles, 6 de julio de 2022