jueves, 29 de octubre de 2020

CUANDO LAS NOCHES SE VACÍAN DE SUEÑOS


 


Cuando las noches se vacían de sueños,

y una niebla fría apuñala las almohadas.

Cuando sólo la tristeza rima con los versos

y no se sabe qué hacer con los silencios.

 Cuando la música de viejos saxofones

se pierden por las sombrías esquinas,

y la luna, avergonzada, se esconde entre las nubes,

cuando me siento a poca distancia de las lágrimas

y se me aceleran los latidos,

me llego hasta ti,

me acuno en tu regazo

y siento en mi piel

caricias con sabor a eternidades,

besos con aroma de flor recién cogida,

palabras con mensajes de luz y espuma.

 

Y es entonces,

cuando mi cuerpo recupera la memoria

y empiezo a sentir la vida

a través de las yemas de tus dedos.

 


martes, 27 de octubre de 2020

ANTES DEL CASTING



Se levantó un Miércoles de Ceniza, cansado de las fiestas de Carnaval.

Al mirarse al espejo fue consciente de que, durante toda su vida, había tenido cara de actor secundario.

Lo tenía claro: para interpretar el papel de protagonista, para el que había sido citado, se gustaba más con la careta… y opto por volvérsela a poner.

Lo aceptaron.

 


domingo, 25 de octubre de 2020

DE DOMINGO A DOMINGO... (X)


 

Permitirme que este domingo, os lleve a Cádiz deseando que una brisa de alegría, nos redima de estos tiempos que se antojan tristes y difíciles.

Un poeta gaditano, que sabiendo que se iba a morir, llevó a su esposa veneciana, (Nadia Consolani), hasta la Caleta y mirando a la ciudad le dijo: " Te regalo Cádiz".


LOS POETAS

 

También tú, curtidor,

y tú, patán hermoso, arrancándole

al invierno terrones, empujando

en agosto el plostellum y tú

herrero entre sombríos fulgores,

o tú inocente

borracho sin oficio.

También vosotros sin saberlo

conocisteis alguna vez

no la mayor: la única gloria del poeta:

cuando en el prado, la curtiduría,

la taberna, la fragua, se os llegaron

casualmente a la boca, las tres, cuatro

palabras que no se habían juntado antes

o nunca habían sonado de aquel modo

y que habían dicho algo,

sencillo, acaso como ellas,

pero tan verdadero, tan nuevo y tan antiguo

que os suspendió y enmudeció un instante,

como a algunos de los que os escuchaban.

 

(Fernando Quiñones)

 

 

martes, 20 de octubre de 2020

EL SONETO QUE DEBÍA.


 

                            Un soneto es soñar la tesitura

                     que el poeta le va poniendo al cielo.

                     Catorce golondrinas que en su vuelo

                     picotean en jardines de hermosura.

 

                     Armar con una bella arquitectura

                     la frágil consecuencia de un anhelo,

                     poner en las palabras terciopelo

                     y que suene a compás la partitura.

 

                     Enmarcar con estrellas la tristeza

                     y soñar con aquello que no fuimos,

                     pintando de color el alfabeto.

 

                     Encontrarle a lo feo la belleza,

                     poner a flor de piel lo que sentimos.

                     ¡Y mostrar del latido su secreto!



 

 

domingo, 18 de octubre de 2020

DE DOMINGO A DOMINGO... (lX)


El amor se despierta en el gris de su ritmo,

nuestro cielo interior tiene un triunfo de sangre,

pero nuestro optimismo se convierte en tristeza

al contemplar las gotas muertas en los cristales.

 

(Federico García Lorca)







jueves, 15 de octubre de 2020

CAMBIO DE ENTRADA


 


Hoy tenía preparado un soneto para esta página, pero después del espectáculo de ayer, entiendo que no es buen momento para la poesía, aunque tal vez merecería la pena, enseñarla como forma de acercamiento a todos los niveles.

 

Cierta clase política que nos ha tocado en desgracia, nos muestra cada día todo aquello que hace posible que el enfrentamiento sea la manera de convivir entre españoles.

 

Un Congreso, que dice ser sede de la  soberanía nacional y donde la corrección y el respeto debería ser la norma, se ha convertido en el patio de una guardería donde niñatos impresentables, pretenden hacerse con el columpio, que según sus retorcidas mentes les corresponden solo a ellos.

 

Mientras, la “Seño” se desgañita tratando de poner orden entre tanto insulto y tanto maleducado.

 

Pero no le deis la condición de niños a estos impresentables, son ya mayorcitos, con el colmillo retorcido y alguno incluso, criados en caros colegios de pago  y de misa diaria.

 

Y aquí no me vale lo de la equidistancia, eso tan manido y tan utilizado por periodistas adeptos, de “todos son iguales”.

 

No estoy de acuerdo, siempre son los mismos y por los mismos motivos, (dueños del columpio),  y estoy seguro que han debido rebuscar mucho en el diccionario de sinónimos, para encontrar tanta mala baba y tanto vituperio.

 

Al ministro de Sanidad, Sr. Illa se le podrá achacar cualquier cosa, pero de lo que nadie podrá tildarle es de paciente, educado y moderado.

 

Pues ayer, en esa sesión del Congreso de los miércoles, después de tanto insulto y tanta tabarra de la Sra. Gamarra, a punto estuvo de perder la mascarilla y por poco sus sempiternos y demostrados buenos modales.

 

Y mientras ellos se lo pasan pipa insultando en esta tierra que los eligió, ya se sobrepasan los 900.000 contagiados por Covid y 33.413 de sus representados, han muerto.

 

¡Viva la fiesta!

 

Mejor que permitan botellones, abran las tabernas y y cambien las luces azules de los puticlubs por semáforos verdes.

 

Seguro que en esos sitios hay más seguridad y más seriedad que en el Congreso.

 

Lo siento, el soneto lo dejo para otro día.

 

 

 

 

 

 


martes, 13 de octubre de 2020

CAFÉ CON NOSTALGIA


 

RECUERDO DE UN CAFÉ

 

Quiebra Duralex, la vajilla de toda la vida

(De la prensa)

 

Cuando los años cincuenta del pasado siglo llamaban a la puerta y todavía este país nuestro seguía padeciendo, por su nefasta condición de no haber aprendido a vivir respetando a los demás.

 Cuando todavía faltaba de casi todo lo necesario y a la “economía de subsistencia” se le seguía llamando hambruna.

 Cuando todavía existían los “lañaores”, los “quincalleros”, y la mayoría de los vasos de las tabernas estaban “esportillaos”  y macilentos, cuando el “ropavejero” pagaba “cuatro chavos” por aquella ropa sin solución, que ya había pasado de padres a hijos y nietos, cuando las “coderas”, no eran una moda para cazadores, sino una pobre solución de emergencia, cuando “el deshollinador”, era el antecedente sucio y negro de las campanas de extracción, cuando el “cardador de lana” hacía que los colchones pudieran renovarse, sin necesidad cómodos plazos, cuando no había problemas con la contaminación de las bolsas de plástico, pues un buen “espartero”  lo solucionaba con una “capacha” donde seguro, cabía todo, cuando uno podía despertarse con el silbido de un “afilaor”, el vendedor de melones de Villaconejos, o el canto un poco aflamencado del que pregonaba: “vendo melón y higos”,( por cierto algún defensor de las esencias gramaticales, hizo subir con su pesada carga a uno de estos vendedores cuatro pisos y sin ascensor, que entonces eran poco los que había, para recriminarle que se debía decía “miel e higos” y al preguntar el derrengado vendedor, si le iba a comprar algo y contestarle que no, le espetó, demostrando haber aprendido la lección: “ es usted un cabrón e hijo de puta”.

 En esta época de la que os hablo fue cuando una marca francesa vino a solucionar algunos de los problemas antes expuestos.

 Se llamaba Duralex,  (del latín “dura lex, sed lex”: dura ley, pero ley).

Entró con fuerza en el mercado de los bares y hoteles y terminó, con el tiempo por hacerse imprescindible en la mayoría de las casas.

 Con una parca, pero contundente publicidad: “Utilícelo como martillo, déjelo caer, golpéelo, hágalo pasar del hielo al agua hirviendo”, los “lañaores” dejaron de poner lañas o grapas a los platos y fuentes de barro o loza y era difícil ver vasos rotos en bares y tabernas.

Se renovaron las vajillas de casas y locales hosteleros y parece que aquello terminó por ser una llamada a esa modernidad que tanto necesitábamos.

 Cuando he sabido de la desaparición de esta entrañable marca, no he dejado de recordar mis noches de bachiller, estudiando con una taza y un platillo color ámbar al lado, un café molido con molinillo, borboteando en el fuego y todos los sueños de una vida en ciernes con ansias cumplirse.

 Ahora que todo es efímero, que hasta  las ideas, los amores y las certezas, viene con su obsolescencia programada, nos quitan también lo poco duradero que nos quedaba.

 Esta nostalgia que siento es, por supuesto, bastante más frágil que una taza de Duralex.




 

 


domingo, 11 de octubre de 2020

DE DOMINGO A DOMINGO... (Vlll)


 



 

LA LUNA

(Jaime Sabines)

 

La luna se puede tomar a cucharadas

o como una cápsula cada dos horas.

Es buena como hipnótico y sedante

y también alivia

a los que se han intoxicado de filosofía.

Un pedazo de luna en el bolsillo

es mejor amuleto que la pata de conejo:

sirve para encontrar a quien se ama,

para ser rico sin que lo sepa nadie

y para alejar a los médicos y las clínicas.

Se puede dar de postre a los niños

cuando no se han dormido,

y unas gotas de luna en los ojos de los ancianos

ayudan a bien morir.

 

Pon una hoja tierna de la luna

debajo de tu almohada

y mirarás lo que quieras ver.

Lleva siempre un frasquito del aire de la luna

para cuando te ahogues,

y dale la llave de la luna

a los presos y a los desencantados.

Para los condenados a muerte

y para los condenados a vida

no hay mejor estimulante que la luna

en dosis precisas y controladas.


jueves, 8 de octubre de 2020

MAR DE INVIERNO



MAR DE INVIERNO

 

 

En las triste soledades del invierno,

cuando las mañanas envejecen,

restando el brillo que los astros necesitan

y  las tardes abocan a la tristeza de las sombras.

 

Cuando me desmemorio de los años que he vivido

y los pulsos y el aliento se quiebran de temblores

y el cielo, taciturno, se nubla con ausencias.

 

Cuando los jardines se olvidan de las rosas,

y los parques añoran a esos niños y sus risas,

que en la soledad de sus cuartos

gastan la imaginación con extraños artefactos

que solo necesitan de huellas dactilares.

 

Entonces,

cuando el ocaso difumina el color de la esperanza,

y los gallos se avergüenzan del sonido de su canto,

me llego hasta ti ¡oh, mar de los presagios!,

buscando el refugio que me habita en la memoria,

para pedirte esa brisa de verano que calienta,

poderme arropar con la caricia de tus olas,

llenarme de esa luna que ilumina la noche con tibieza

y acostumbra a clarear oscuridades.

 

Necesito de ti y tu palabra,

de tus entrañas preñadas de futuro.

 

Necesito que lejos aún del solsticio de verano,

enciendas una hoguera por tu orilla,

donde poder calentar

 

esta fría sensación de horizontes sin sentido,

de sueños repetidos que no prenden,

de anhelos que buscan el trascacho de los vientos.

 

Darme, por fin, ¡oh mar de los milagros!,

ese  rumor perdido de sueños de mi infancia

que vine a buscar hasta tu playa.

 

 

 

 

 

martes, 6 de octubre de 2020

UNA BUFANDA EN AGOSTO




 

Cada mañana, aquella mujer tejía a la benefactora sombra de un vetusto eucalipto, que ya estaba allí, cuando unos extraños dinosaurios, llenaban de cemento, cristal y hierro los terrenos que al mar pertenecían.

 

A pesar de la tórrida temperatura, sólo amainadas por las brisas del mar cercano, las agujas tejían veloces una bufanda para un nieto que, este año, no había podido venir desde un lejano país nórdico, acuciado por el miedo y las restricciones del momento.

 


Ya la tenía casi terminada y después de contarme los recordados disfrutes de años pasados con su nieto jugando en la playa, me dijo que al llegar a su apartamento, le bordaría una etiqueta, para coserla a la bufanda.

 

Me adelantó el lema de la pegatina:

 

.- “Puto virus”.

 

 


domingo, 4 de octubre de 2020

DE DOMINGO A DOMINGO... (Vll)


 

El hombre solo escucha la voz antigua

que sus padres oyeron en otros tiempos, clara,

cosechada; una voz que como el verde

de los pantanos y colinas oscurece la tarde.

El hombre sólo conoce una voz de sombra,

acariciante, que brota en los tonos tranquilos

de un oculto venero: la bebe atento,

a ojos cerrados, como si no estuviera a su lado.

Es la voz que un día detuvo al padre

de su padre y a todos los de su sangre muerta.

 

(Cesare Pavese)


jueves, 1 de octubre de 2020

NOTICIAS DE AYER


 

Hoy ha muerto Joaquín Salvador Lavado “Quino” el creador de Mafalda. Lo acabo de oír en la televisión.

 He seguido el programa y he terminado por enterarme del “desacuerdo de lo acordado ayer”, referente a la pandemia en la Comunidad Autónoma de Madrid.

 Acatando las ordenas del jefe, Andalucía, Galicia y Madrid, han dicho “nones”, a lo que habían acordado el día anterior.

 Con dos “cohones”, como si la cosa  fuera de votos y no de vidas humanas.

 Como si los 52 muertos en Madrid ayer miércoles, no significaran nada.

 Como si esa sangría insoportable de 31.791 muertos por Covid 19 en toda España, les importara un pimiento y lo único que habitase en su conciencia fuera el sillón que los votos les han negado.

 Y he recordado a Mafalda, esa entrañable y libre niña que ideó el  fallecido, que en una de sus viñetas dijo lo siguiente:

 

“Que levante las manos los que están hartos de ver el mundo manejado por los pies”.

 

Y añado yo, por gente que donde debería estar el corazón, solo tienen un carnet y la cartera.

 Nosotros los pusimos ahí, pero estamos a tiempo de poder echarlos a “gorrazos”.

 Levantemos las manos y los sentimientos, para que, al menos, pongamos nuestro granito de arena y nos impliquemos en parar esta tétrica escalada.

 Se lo debemos a Mafalda y a nuestras conciencias.

 

 P/S.- No era esta la entrada preparada para hoy, pero esto lo que me ha salido a borbotones de rabia, escuchando las noticias.