martes, 28 de mayo de 2024

CABALLO DE NUBES.


 

Cuando cumplió la mayoría de edad y dejó de ser potrillo, aquel caballo ahíto de paisajes verdes, de cielos azules y de tardes aburridas, decidió marchar a la gran ciudad para hacerse modelo de caballos de estatuas, apto para generales, héroes y otros patriotas relevantemente considerados.

Al poco, falto de hierba fresca y de olor a margaritas, ansioso de lluvias y los vientos que arrullan a los bosques, se desbocó de recuerdos y cuando terminó por olvidar el poético ritmo de sus cascos, supo que había tomado una mala elección.

Terminó sus días en un circo, donde las estrellas eran de purpurina, los uniformes desvaídos y la música ramplona.

Harto de desfiles y charangas, de compartir suciedad con otros animales, se le olvidó la costumbre de vivir.

Ahora, se dedica a transportar a aquellos generales, famosos por sus matanzas, políticos a los que nos les importó los daños colaterales y nobles corruptos, que no pudiendo pasar el filtro de San Pedro, eran mandados al Infierno.

Tenía bastante trabajo, pero el galopar entre estrellas y nubes, le hacía recordar aquellos tiempos en los que su iniciática vida, solo sabía de ruidosos tábanos que  podía alejar con sus orejas y de aquello que aprendió de una medre naturaleza que le dio cobijo: No es buena cosecha, aquella que se fertiliza con sangre.




miércoles, 22 de mayo de 2024

BAILAORA EN LA MEZQUITA


 A Tracy, amante del flamenco y de Córdoba.

Como rama que quiebra su cintura,

mientras busca arabescos en el cielo,

los lunares de luz de su pañuelo,

alumbran la verdad de su locura.

 

El baile se hace luz y la ternura,

de esa ola de mar que es el revuelo,

de una bata de brisa con señuelo,

para el cante que nace con hondura.

 

La Mezquita, mujer que se enamora,

con la cadencia de una "segurilla" ,

que rompe manantiales de la pena.

 

Un decidir entre cristiana y mora,

dudar ante el harem y la capilla,

mientras sufre el dolor de su condena.


viernes, 17 de mayo de 2024

ELUCUBRAR

No sé si habré sido el hombre que todos esperaban.

Aunque diré en mi descargo, que colocando en la balanza realidades y utopías, el fiel permanecería en el centro exacto de mi existencia

Mis suelas manchadas de terrones de surco y arena de playa, van dejando la huella de mis patrias.

Siempre busqué la belleza que tienen las palabras, aunque hubo un tiempo ingrato, en el que tuve que sucumbir a la fuerza de los números.

(Hay veces que, irremediablemente, la patria también tiene forma de puchero).

Fue un tiempo, demasiado tiempo, en el que se apagaron las luces que manda el arco iris.

Afortunadamente,  no desistí de esa mirada ansiosa de sueños y de auroras, tratando de borrar sombras de cipreses.

Cumplidos los cuarenta y cuando ya creía que lo sabía casi todo, tuve que examinarme de desconocidas asignaturas, poniéndole a la noche costuras de tristezas y latidos de esperanzas.

Después, la costumbre de vivir, me amoldó a la penosa  sin razón de la corbata y a tenerme que tragar mis propios sentimientos.

Me desdibujé de la poesía y fueron muchas las madrugadas que me nacieron con espinas y con olor a viejos ceniceros.

¡Pero la vida me exigía que llenara los tiempos de silencios, con algo más que “ratios”, coeficientes y balances!

Y tuve que esperar, hasta la llegada jubilosa, de ese tiempo propina, en el que el descanso es una cláusula.

Me abroché a la esperanza y desempolvé los viejos libros que me hablaban de pasadas vivencias, luces desveladas y violines redivivos.

Y de pronto, ese vacío de silencios, se fue llenando de palabras nuevas que saben responder a viejas preguntas, de distintos abrazos que ayudan a encontrarte, de músicas desconocidas, que llenan los espacios ahítos de  soledades.

Y aquello que se hizo invierno, floreció con luces prestadas de nuevas primaveras.

Y las palabras dejaron su tristeza de ceniza y volvieron a prender en la lumbre caliente y olvidada de la poesía.

Con la bendita ayuda del mar, se hizo posible esta nueva singladura, que pronto me llevó a los bellos horizontes de la belleza recobrada.

…y la ilusión se hizo claridad y epifanía, la danza ritual de las olas, con sus idas y venidas, invita a todos los sueños que no se hicieron realidades y las palabras vuelven a nacer con querencias de azules y brisas de recuerdos.

Y en eso sigo…

No sé si habré sido el hombre que todos esperaban. Aunque tengo un temor y quisiera contarlo, al tiempo que solicito vuestra ayuda.

Yo, que nací con una guerra y la sufrí, no quisiera dejar como herencia a los míos, despedirme con otra que podría ser definitiva.

Juntar vuestras palabras, esas que a mí se me terminan, y con gritos, canciones o poemas, decir en mi nombre a quien corresponda, que a pesar de mis defectos, he intentado ser bueno y no me lo merezco.

 


lunes, 13 de mayo de 2024

SOBRE LA TERCERA EDAD


 .-En la farmacia, desde el farmacéutico hasta el más pequeño de los mancebos, te saluda con tu nombre.

 

.-Me ha costado entender, que esos que van hablando solo por las calles, son personas normales, con “pinganillos”. No como antes, que nos apiadábamos de su locura.

 

.-Aunque uno es descendiente directo del Almanaque Zaragozano y las “Cabañuelas”, ahora no hago caso de las predicciones de los Hombres y las Mujeres del Tiempo.

Mis huesos ya me han avisado con antelación de los cambios climáticos, aunque sean tan desaforados, constantes y desafortunados con lo establecido, como ocurre en la actualidad.

 

.-Aquel amigo me dijo algo importante, con la tradicional coletilla de “que debía guardar el más absoluto secreto”.

Lo que el amigo no sabía, es que ya no me acordaba de su nombre y seguro que al día siguiente habría olvidado el secreto.

 

.-Te puedes inventar una enfermedad, a tu edad se la creen, seguro.

 

.-¡¡¡Qué tiempos aquellos en que cenabas pasadas las 11 de la noche y sin preocuparte de la digestión, dormías como un lirón!!!

 

.- ¿Debería preocuparme? Últimamente, me ocurre con cierta frecuencia que al entrar en una habitación de casa, me pregunto, a que “puñetas” he ido allí.

 

.-Antes me reía, cuando decían que valía más un lápiz viejo que una buena memoria. Ahora tengo una pizarra donde anoto todo lo que tengo que hacer. No me acuerdo ni del número de teléfono de casa. (Me autoengaño, pensando que con los móviles, lo usamos poco).

 

.- ¿Habéis llegado a esa edad en la cual un simple huevo frito con patatas en la cena, es como un triunfo en vuestro menú diario?

 

.-Seguro que mi mujer me tiene manía. Son múltiples las ocasiones en las que después de comer, sentados en el sofá, me dice que me he dormido durante la serie. Juro y perjuro que no es verdad, pero al día siguiente, cuando veo el resumen del día anterior, compruebo que lleva toda la razón. (Lo que no es óbice, para seguir negándolo).

 

Estas diez verdades se encierran en dos: haz lo que te plazca y te dejen, (que te lo has ganado), y trata de molestar lo menos posible a tu prójimo.

 

 


miércoles, 8 de mayo de 2024

UN SONETO ES...


 

                       

                        Un soneto es la esencia de latidos,

 de una gracia que nace estremecida,

 un borbotón de sangre conmovida

 que le impone su ritmo a los sentidos.

 

 Despertar sentimientos que dormidos,

 nos roban la belleza de la vida.

 El ritmo, la palabra y la medida

 que nos hace sentirnos renacidos.

 

 Encontrar la belleza cristalina

 que se esconde entre sílabas contadas.

 Reunir una cosecha, grano a grano.

 

 Saber volar como una golondrina

 que libera sus alas sujetadas.

 ¡Hasta tocar los cielos con la mano!