Vuelvo a abrir el tenderete. Me
ha costado más tiempo del previsto, pero tras muchas horas de trabajo a
destajo, he conseguido que la casa mantenga el aspecto que siempre tuvo.
Los desperfectos eran
importantes y volver a componer el rompecabezas ha sido cansado al mismo tiempo
que fatigoso.
He tenido que cegar algunas
ventanas que , con el terremoto no daban a ninguna parte. En otros casos, he
cambiado la decoración, tratando de mantener las pautas ornamentales que
anteriormente tenían.
Ante la imposibilidad de
encontrar las fotografías que sustentaban y daban sentido a mis letras, he
tenido que guardar estas, para ver si algún milagro me devuelve estos grabados.
Afortunadamente, no han sido muchas, pero sus descartes, me han dolido, como
duele el deshacerse de algo que tú has creado,
Como un paciente arqueólogo, he
tenido que buscar entre las ruinas, limpiar de tierra las entradas y componer
de nuevo aquello que antes tenía vida y palpitaba. También este arduo trabajo
me ha servido, para volver a comprobar, que lo más valioso de este entramado
que tan estrepitosamente se vino abajo, vuestros comentarios, seguían
rutilantes e intactos. Gracias a ellos la labor ha sido más placentera.
Tengo que darle las gracias a
ese proveedor de materiales, que es Google La mayoría de las veces ha podido
servir lo que pedía, aunque para ello tuviese que “tenérmelas tiesas” con un
viejo dictador dominicano que, mal que me pese, también tenía el Trujillo como
apellido.
Lo que no pude encontrar, lo
sustituí, lo mejor que pude, dejando la misma apariencia que tenía. Sigo
pensando que aquel material que guardo y que no puedo utilizar, por falta de
algún elemento, podré volver a darle vida, si la suerte me acompaña y en el tiempo
me encuentro con la pieza que me falta.
De lo que escribí, todo estaba
guardado y bien guardado, nada falta. Lamentablemente no puedo publicar aquello
que versaba sobre fotografías concretas.
Que no os extrañe, si algún día
volvéis a leer algo que ya os resulta conocido, será la alegre noticia de que
el hijo prodigo ha vuelto.
Ya sé que no es trascendente,
pero me gustaría que todo aquello que con tanto cariño ideé, pueda estar
reunido en mi casa.
Os diré algo por si os sirve de
consejo, en el caso de que os ocurra lo que a mí (no lo quieran los duendes
malignos de internet): tener, a buen recaudo las fotografías que adornan
vuestros trabajos.
Todo os resultará más sencillo.
A partir de mañana mismo os
empezaré a visitar como solía. Un abrazo.