En el más reputado club de la
City, el antiguo carillón anunciaba solemne las seis de la tarde.
El ambiente olía a cuero viejo,
humo de habanos y güisqui de malta. La niebla ensuciaba el paisaje exterior y
en los grandes salones del club, la vida dormitaba entre noticias entrecortadas
por el sopor, del diario The Times y el suave ronroneo de educadas
conversaciones.
Algo se animó en la mesa del
ventanal principal, cuando hizo su aparición Sir Wolstenholme.
Tras los saludos protocolarios
y la petición al venerable camarero de pelo blanco, de un Old 15 years, su sola
presencia pareció espabilar a los ocupantes de los espaciosos sillones.
.- ¿Qué tal su viaje por España,
Sir?
.- De todo ha habido, pero me
ha maravillado, sobre todas las cosas, la Semana Santa sevillana.
.- Cuenta, cuenta.
La tarde pareció desperezarse
del todo, con la llegada de este personaje, que al menos traía noticias que se
salían del diario devenir de los asociados.
.- La noche del jueves al
viernes de esa semana de pasión, la llaman en Sevilla, y no me preguntéis por
qué, la “madruga”. En ese largo espacio de tiempo, es cuando salen a la calle
las mas importantes procesiones.
.- Yo tuve la suerte de
encontrar un buen sitio cerca del puente, para ver la salida de la Esperanza de
Triana.
.-Debo haceros mención aquí del
gran espíritu cristiano, del afán de sufrimiento de los costaleros y nazarenos, del
profundo amor a la tradición de los sevillanos y por extensión de los
andaluces.
.-Os pondré un ejemplo:
imaginaos una fría noche del mes de marzo, las aguas del Guadalquivir, enfrían
aun mas los destemplados cuerpos de los sufridos penitentes.
.-Detrás de la imagen que
veneran, purgan sus pecados cargando con pesadas cruces, arrastrando
inamovibles cadenas, con sus ateridos píes descalzos sangrando por las horas de difícil
caminar, algo que no podéis imaginar si no lo habéis vivido.
.-Es el sufrimiento de la
pasión, fielmente representado por estos sevillanos que aman a sus vírgenes y
cristos.
:_ Pues bien: no contentos con
todo ese sufrimiento, os puedo asegurar, ya que lo vi con mis propios ojos y oi
con estos oídos, como uno de estos penitentes se dirigió a los que también
sufrían a su lado y les dijo: “Quillos
saliros de la fila, que vamos a soltarnos unos latigazos”
Sí, Juan, me parece algo muy difícil de definir. Por una parte, al no ser religiosa me producen espanto este tipo de manifestaciones; pero por otro, he de reconocer que estas tradiciones me emocionan a la vez, porque me llega la ilusión de las personas; aunque vivo en un pequeño pueblo, cada año miramos por el balcón la pequeña procesión y es muy emotiva.
ResponderEliminarBuen relato, compañero. Un beso.
Un amigo del alma suele mandarme videos , justamente sevillanos. No dejan de maravillarme las procesiones y cómo la celebran . Nosotros tenemos peocesiones pero no de esa magnitud, MáS AUSTERAS, por decirlo de laguna manera.Soy muy creyente´
ResponderEliminarahora no puedo acompañar esas manifestaciones por razones de salud , pero las sigo con el corazón. ¿Me encantó tu post.
Un abrazo gigante.
¡Qué arte tienes mi arma!
ResponderEliminaryo creo que eres un andalú, camuflao.
Un besazo.
Arte tiene tu manera de contarlo, con tonada y todo.
ResponderEliminarPero hay algo que no puedo entender, el fanatismo hasta el dolor.
Pues bien, dejaran su alma y sangre y será que soy un poquito hereje.
Un abrazo :)
Sí, yo a esto lo califico de "fanatismos". Ahora bien, mientras se den entre ellos no pasa nada. Lo malo es cuando pretenden que los demás entremos por el aro.
ResponderEliminarUn abrazo.
Sí... algo dificilmente comprensible para unos ojos extranjeros (como lo son los míos) que no entienden de tanta teatralidad.
ResponderEliminarPara mí, la pasión en cualquier campo es algo natural, sonriente, impetuoso pero no serio, triste, dramático y masoquista.
Razón por la cual nunca se me verá en Sevilla por esas fechas de jueves o viernes santo.
Pero lo que digo siempre: que cada uno disfrute a su manera mientras no incordie con algun latigazo al espectador despistado.
Un abrazo Juan y una sonrisa por TU arte.
Excelente puesta en escena para ilustrar lo difícil que resulta comprender cabalmente tradiciones que, quizás por distancia, nos resultan tan complejas como pintorescas.
ResponderEliminarMe encantó la descripción del ambiente de ese club tan british jeje
Un abrazo
Recuerdo yo alguna Semana Santa en Montoro, localidad donde mi esposa tiene bastante familia. Los pelos se te ponen como escarpias, aunque no sepas explicarte muy bien porqué.
ResponderEliminarY como es habitual en ti, has narrado de manera magistral, al punto de visualizar perfectamente la escena.
Un abrazo
Me gusta la primavera-
ResponderEliminarAqui en miami siempre hay flores
es por eso que vivo en etrerna emoción de
primavera
Me has hecho reir Juan, y es que para entender esos "latigazoa" hay que ser de Sevilla, Fantástica puesta en escena.
ResponderEliminarUn abrazo, artista.
Para entender lo de los latigazos hay que ser andaluz, sin más, que en Córdoba sabemos también de esos "sacrificios" tabernarios. Muy agudo ese final, Juan L.
ResponderEliminarUn abrazo.
Me gustó mucho tu relato Juan, y lo entiendo bastante bien a pesar de no ser Sevillano.
ResponderEliminarQue hay de todo en la viña y ahí radica precisamente el arte, en la mezcla de sentires.
ResponderEliminarRespetables todas las creencias, a mi me gusta el arte en las calles, los "latigazos" de unos, las lágrimas de emoción de otros.... ¡Hay que vivirlo!
Besos
Estoy con Rosa, yo no he vivido la Semana Santa sevillana, pero si la de otras provincias andaluzas con Jaén, Granada y Málaga. Creo que es algo difícil de explicar, que es mejor verlo en persona para conocerlo de primera mano. Un beso.
ResponderEliminarSí que será un arte esto de la semana santa, pero a mi personalmente no me gusta esta semana, tal vez si la paso al lado del mar, me guste más. Yo tuve de pequeña una experiencia con una semana santa en Málaga por la calle Larios y de verdad creí que la gente iba a pasar por encima de mí.
ResponderEliminarPero independientemente de lo que yo piense o sienta al respecto, lo has descrito muy bien.
Un beso
Muy real, muy de aquí, de Sevilla, No hablo con la experiencia, ya que no confieso ese sentimiento religioso, pero escucho a la gente de aquí, y es un retrato de lo que hay escrito.
ResponderEliminarUn saludo.
Me ha encantado la ironía de tu relato, contemplar nuestra semana santa desde fuera siempre he pensado que sería algo como lo que cuentas, y lo de los latigazos es que me partía de la risa, pero al leer algunos comentarios ya es que me he revolcado del todo, agudo humor el tuyo, ya veo que difícil de entender por quienes desconocen tanto nuestras costumbre, a mi lo que más me gusta de la semana santa son esos latigazos, jajaja, miles de besossssssssssssssss
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