domingo, 30 de mayo de 2021

DE DOMINGO A DOMINGO... (XXXIX)


 

BALADA DEL AMOR PRIMERO

(Rafael Montesinos)

(Fragmentos)

I

Desde la calle de Rioja al Puente

de Triana, mi amor en ti renuevo.

Con el dolor de lo imposible llevo

tu nombre al corazón desde la frente.

 

¡La plaza de las citas, de repente!

-vieja es la historia, y el acento, nuevo-.

Al mismo cielo azul el alma elevo

y es la misma canción la de la fuente.

 

La calle estrecha donde aparecías

cada mañana, amor, frente a mi espera

siente el temblor de las pisadas mías.

 

En este muro gris tu sombra ha sido

junta a mi sombra, cuando yo no era

cauce doliente de tu injusto olvido.

 

II

 

¡Qué blanca la ciudad desde el último campanario!

¡Qué blanca y qué pequeña en tus ojos! Siempre que yo estaba allá arriba contigo, tenía la tentación de gritar a los cuatro vientos nuestro amor oculto.

Una vez, bajamos corriendo por aquellas rampas, dejando en la pared nuestros nombres juntos.

Después de cuatro años de ausencia, he vuelto, ¿sabes?. He subido solo por el mismo camino, mirando piedra por piedra los muros de la Giralda. Pero no he podido encontrar el sitio justo.

He bajado triste y despacio, recordando todo lo que ya no puede ser, y antes de salir de la Catedral, en una de las columnas del Patio de los Naranjos, he dejado tres versos que alguien, un día, leerá indiferente:

 

Sevilla tiene una torre

 y en esa torre está escrito

junto a mi nombre otro nombre.

 


jueves, 27 de mayo de 2021

EXTRAÑA PRIMAVERA


 

Hoy le han nacido lágrimas a los cristales.

El mar se ha pintado de gris

y las barcas se arropan de arena

en el lecho frío de la playa.

Algún turista, venido del norte,

se moja sus anacrónicas playeras

en el pequeño mar de un charco.

Los paraguas le suman luto

a la triste presencia de la tarde.

Desde mi atalaya, el mar se ha vestido

con el traje gris marengo del otoño,

sin una sola despedida

con el pañuelo blanco de una vela.

Hasta aquí llega su rumor sordo,

como de catarro,

expectorando espuma entre las rocas.

A la casa le ha nacido un resquemor de frío

y la mesa camilla tiene querencia de brasero.

Anochece pronto y un coro de ladridos

le pone diapasón a la tristeza.

Miro la hoja del calendario:

Martes 23 de mayo de 2021.

! O esta primavera no termina

de encenderse,

o mis 85 otoños me pesan demasiado !



martes, 25 de mayo de 2021

CON LAS ALAS HABIERTAS


 

A mi buen amigo Emilio Manuel, que ayer publicó una fotografía impresionante por su tristeza que nos debía doler a todos los bien nacidos.

Que mi escrito sirva de contrapunto al horror de esa imagen.

 

Te has alejado del tumulto, con tu bolsa de plástico medio llena de lo poco que te sobra. Ese banco de madera, situado en tierra de nadie, entre el trafago y la aduana de ese jardín cuadriculado y uniforme, es el velero que te espera cada mañana, para poner rumbo al sosiego y al descanso.

Te has aliado con tu más íntimo sentimiento, para crear un ONG pequeña y altruista, que da sentido a tu existencia. Todas las mañanas recibes un agradecimiento de plumas calientes y temblorosas, que te alejan de los enervantes y estridentes sonidos de la prisa.

A tu alrededor, la gente arrastra la carga pesada de su ir viviendo, mientras tú, domador de aleteos, le das a tu tiempo un sentido franciscano y desprendido. Es una lección de sosiego el ver cómo, con un salpicar de migajas y cariño, reúnes una bandada de buches agradecidos.

Me quedo con la imagen de amor que tú desprendes, la paz de tu mirada y la tranquilidad de las aves que te rodean.

 Otros, engrasan sus escopetas para santificar el domingo con cruentas cacerías, donde se paga por la muerte y se borra, de un disparo, la gracia del paisaje.

 

 


domingo, 23 de mayo de 2021

DE DOMINGO A DOMINGO... (XXXVIII)


 

Hoy mi entrada dominical la dedico a Francisco Brines, poeta valenciano Premio Cervantes que nos dejó hace tres días.

Aquel que dejó escrito que la tolerancia es una de las formas de la plenitud, se merece todos los homenajes.

El murió, pero su poesía sigue ahí: ¡aprendamos de ella!


LAS ÚLTIMAS PREGUNTAS

                                                                        (Francisco Brines)

 

En el acabamiento de la tarde,

cuando hacía el camino,

he llegado de pronto ¿a dónde?

 

La noche que ha caído,

tan repentina y negra, me impide ver,

y sólo sé que nadie me acompaña.

¿Qué ha sido este viaje?

 

Muy largo debió ser, por la fatiga,

o acaso fue muy breve, si existió:

De entre mis posesiones

sólo guardo un pañuelo que oscurece en mis manos:

¿Para secar las lágrimas que no puedo verter?

¿O para despedirme, desde la prescripción,

de las sombras que dejo?

 

Sin tiempo, me pregunto: ¿Qué soy? ¿Quién soy?

¿Y para qué partí?

¿Y qué sentido tiene haber llegado?

Y qué poco me importa lo que,

del lado del desuso, pueda pasar ahora,

si nada entiendo.

Dejo de ser mortal. Más no soy inmortal.

Como si nada hubiera sido.

 

 

 


 


jueves, 20 de mayo de 2021

CONSEJO


 


Tensar el ánimo, coger las bridas,

desmigar el dolor y el sufrimiento,

restañar y dar vida al sentimiento

olvidando el dolor de las heridas.

 

Pintar sobre el escudo de tu enseña

el rojo corazón que se precisa

para ponerle al dolor una sonrisa,

haciendo del amor tu santo y seña.

 

Poder seguir gritando al viento

con sonido  agridulce de campanas.

Borrar con tus canciones la mentira

 

y pintar de colores el cemento,

poner flores de sol en las ventanas

que ahuyenten las negruras de la ira.

 

martes, 18 de mayo de 2021

LECCIÓN DE MAR


 

Era primavera y se habían conocido en el autobús que los llevaba a Benidorm.

A pesar de la fatiga y otros naturales inconvenientes de la edad, tras conocer sus habitaciones, salieron juntos al mar para saber de sus caricias de espuma y de sus inmensidades.

En su felicidad, sonaron todas las notas del pentagrama que hablaban de alegría. La libertad y las risas, terminaron por ser sus inefables compañeras.

Un temblor nuevo acompasaba los latidos, mientras el mar sonreía, mandando enamorada juventud en cada ola, amontonando brisas en las pieles sudosas de deseos.

Tras la comida, acordaron bajar a la playa, para conocer el mar a la hora en que las gaviotas levantan el vuelo buscando el azul del cielo salpicado de estrellas.

Con los pies en la arena y el corazón en el aire, el amor se hace magia bajo las nubes que se dejan acariciar por las palmeras.

Los sueños que desvencijados y polvorientos, anidan en el más lóbrego rincón de la memoria, se empapan de azules y vuelven a palpitar entre la espuma.

Cogidos de la mano, pasean por la soledad fresca de la playa, mientras el viejo mar, inteligente como siempre, sabe que gracias a su magia han aprendido esa lección muchas veces repetida, de que a pesar de la vida y sus olvidos, siempre un bello futuro es previsible.

La noche trenza con mimo los suaves tirabuzones de las olas, mientras las pisadas en la arena pierden el ritmo, acuciadas de besos y caricias.

En el horizonte, un barco de luces, les muestra la posible singladura que les lleva a la esperanza.


 

 

 


domingo, 16 de mayo de 2021

DE DOMINGO A DOMINGO... (XXXVII)


 

EN EL CAMINO

                                                                                                                 (Benjamín Prado)

 

Han pasado diez años y es un día de invierno.

Tú caminas por las avellanedas

y vas junto a esos sauces amarillos que avanzan

por los ríos con luna.

 

No será como ahora, no tendrás veinte años;

la nieve irá acercándose a tu casa

y el aire verde moverá en tus ojos

sus bosques de cristal y de silencio.

 

Recuérdalo, hubo un río.

Los árboles vivían

en el imán del agua.

Por la noche, escuchábamos gotear en las sombras

la canción de los búhos.

 

Y, luego, la corriente se llevó nuestras caras.

No sabemos a dónde. No sabemos por qué.

 

Aún estamos aquí.

Pero, de pronto,

han pasado diez años

y tú y yo somos dos desconocidos.

 


martes, 11 de mayo de 2021

HIJO DE LA LIBERTAD


 

Tenía previsto escribir a cerca de las palabras recordadas ayer después de ver las noticias televisivas.

Decía la ganadora de las últimas elecciones madrileña: “Si voy a misa o a los toros, o me voy a la última discoteca, lo hago porque me da la gana. Y elegimos donde, a qué hora y con quién. Vivo así. Vivo en Madrid y por eso soy libre”

Pude comprobar, avergonzado, la obscena manera de tomarle la palabra.

Pero cuando estaba dándole forma a mi escrito me llegó la triste noticia de la muerte del poeta J.M. Caballero Bonald, uno de los pocos poetas que van quedando de aquel grupo poético de los 50, nacido en la oposición a Franco, donde militaban figuras como las de Brines, Valente, Ángel González, Gil de Biedma, Claudio Rodríguez y alguno más.

Lo dejé todo y busqué en mi biblioteca un ajado librito de poesía de este autor, editado por Seix Barral en 1.969.

Gasté el tiempo de la escritura, ojeando-y leyendo- las envejecidas y descoloridas hojas del viejo ejemplar.

Cada poema, fue como una resurrección, como un fuerte aldabonazo a los sentimientos.

Enamorado de la palabra, solía decir que se había pasado media vida buscando un adjetivo y su lectura da cuenta del  barroquismo punzante de su escritura, armada con la palabra justa y necesaria.

Poeta desobediente por naturaleza, terminó por “ir por libre” en su poesía ya que como siempre dijo, no se veía entre los obedientes ni los gregarios.

 

Conectando con mi primigenio deseo de este escrito, os dejo este poema del autor tristemente fallecido:

 

EL HIJO DE LA LIBERTAD

 

El harapo del vagabundo, trama

carnal en cuyos hilos

se abriga el cuerpo errante, vive

su caminar como el chorro

de sueño, hecho de humildes letras

diarias, de quebrantos tejidos

en la noche, y es más puro

que la virtud, más abundante

que la opulencia, cristal donde

la fundación del mundo se trasluce

más desnuda, porque nadie

puede ser tan glorioso

como el que es hijo de la libertad.


sábado, 8 de mayo de 2021

DE DOMINGO A DOMINGO... (con adelanto) (XXXVI)


 

Me adelanto un día a mis domingos, para dedicarle esta página a mí amiga Tracy, que hoy cumple años y que hace unos días escribía, emocionada, recordando la muerte de su madre.

Acepta esas flores que,  aun inanimadas, seguro tienen el olor y el color que les da mi amistad y mi cariño.

 

 

ALGUIEN PASA

(Meira Delmar)

 

 

Alguien pasa y pregunta

por los jazmines, madre.

 

Y yo guardo silencio.

 

Las palabras no acuden

en mi ayuda, se esconden

en el fondo del pecho,

por no subir vestidas

de luto hasta mi boca,

y derramarse luego

en un río de lágrimas.

 

No sé si tú recuerdas

los días aún tempranos

en que ibas como un ángel

por el jardín, y dabas

a los lirios y rosas

su regalo de agua,

y las hojas marchitas

recogías en esa

tu manera tan suave

de tratar a las plantas

y a los que se acercaban

a tu amistad perfecta.

 

Yo sí recuerdo, madre,

tu oficio de ser tierna

y fina como el aire.

 

Una tarde un poeta

recibió de tus manos

un jazmín que cortaste

para él. Con asombro

te miró largamente

y se llevó a los labios,

reverente, la flor.

 

Se me quedó en la frente

aquel momento, digo

la frente cuando debo

decir el corazón.

 

Y se me va llenando

de nostalgia la vida,

como un vaso colmado

de un lento vino pálido,

si alguien pasa y pregunta

por los jazmines, madre.



jueves, 6 de mayo de 2021

SE ACABÓ EL TIEMPO


 

SE ACABÓ EL TIEMPO

 

Se acabó el tiempo

en que tuteábamos a los dioses,

jugándonos a los dados el destino.

 

Se acabó el tiempo

en que arpas y laudes

ponían contrapunto

al tiempo de molicie y displicencia.

Ahora solo oímos

el insomne silencio de las citaras

en las noches oscuras de desvelos.

Ahora los podios están vacíos

y no queda metal que premie los ascesis.

En los pedestales preparados

para  orgullo  de arrogantes,

ni siquiera se posan las palomas.

Los días son una lamentable letanía

de fabulas oscuras,

de deseos clandestinos

que ocupan los renglones

de los sueños inconclusos.

 

Con alma de diseño

y conciencia de hojalata,

decidieron

que los dioses eran ellos,

acotando los olimpos,

exigiendo diezmos y primicias.

con los que justificar

su propia incompetencia

 

 

Nos mandaron el trueno

sin aviso de relámpago

y todo el cielo se destiño de azul.

dejándonos desnudos

de sueños y esperanzas.

 

Y por si fuera poco,

a un dios calamocano

le dio por mover las fichas,

poniendo el mapa boca abajo,

por ese lugar del mundo

donde siempre ha nacido el sol de cada día.

 

Está claro que, solo los dioses,

sean los que sean,

con sones inventados,

nos mueven a su antojo.

 

 


martes, 4 de mayo de 2021

DOMINGOS DISTINTOS


 


El pasado domingo, nos juntamos toda la familia en una comida, donde celebramos la festividad del día y sobre todo, y lo más importante, la alegría de volver a estar todos juntos de nuevo, sin que faltase ninguno a la cita.

Os imaginareis que fue un día agradable y lleno de risas y emociones.

A pesar de todo, no pudimos evitar una cierta nostalgia: el restaurante donde solíamos comer todos los domingos en Benicassím, había cerrado.

Hacía más de 18 años, que la familia “lo habíamos adoptado” y éramos todos, dueño, empleados y parte de la clientela, como una gran familia.

El cocinero y dueño, (seguro que si se entera que lo llamo chef, me corre a gorrazos), es manchego y el maître, (lo mismo digo), también.

Nuestras comidas, porque así lo querían ellos, en multitud de ocasiones, eran recuerdos de la cocina de nuestros ancestros: “galianos”, “espárragos trigueros”, “gachas”, “ensalada de perdiz”, “pipirrana”, “paletillas de cordero al horno”, “setas de cardo”, “torreznos”, (tajás para Joaquín), “lomo de orza”, “guiso de conejo de monte”, los “callos” que de vez en vez me preparaba, (aun sabiendo que tendría que enfrentarse a mi compañera), con la melosidad y contundencia de los que hacía mi madre y todo lo que el buen hacer y la probada experiencia de Julián, era capaz de inventar.

Un comedor que nos recibía cada domingo con una nueva y agradable sorpresa, ya que no necesitábamos ver la carta o el menú, lo dejábamos todo al libre albedrío del cocinero.

Nos conocían y los conocíamos y sabíamos que de la misma manera que una madre reparte amor cuando nos da el pan, estos amigos nos daban lo mejor de ellos en cada plato y en cada botella.

No creáis que era un restaurante de diseño, ni con una carta sofisticada, nada de eso. Aunque debo decir que sus salsas y sus asados, sus paellas y sus “suquet de peix”, difícilmente pueden ser mejorados.

Para mí era ese día de la semana que al tener que elegir entre el sabor y la línea, optaba siempre por lo primero.

El negocio lo ha traspasado Julián, seguro que reformaran el sitio, le lavaran la cara, pero ya no será igual.

Era un apéndice de nuestra casa y de nuestra historia, era volver al habla de cuando era muchacho, era el comprobar cada domingo, que junto con un sabroso y reconocido yantar, se nos entregaba esa hidalguía que le da fama a nuestra tierra.

Permitir que les dé las gracias: gracias a vosotros, no he perdido la memoria de lo que fui, gracias a vosotros que me enseñasteis a revivir lo vivido, a reencontrar viejas palabras, a saber que cada domingo ese plato con sabor a tierra manchega, llevaba el componente mágico de la bondad y  el cariño.

Ahora sí que estamos “fuera de parva”, ya que nos falta el remedio milagroso que nos dabais, de ese último plato de sonrosado queso manchego, curado en orza con aceite de oliva, en la serena quietud de una cueva silenciosa, que nos llena el paladar de antigua artesanía campestre y que pide a gritos la “penúltima” copa de vino, para que el milagro sea consumado.

Os echaremos de menos.

 


domingo, 2 de mayo de 2021

DE DOMINGO A DOMINGO... (XXXV)


 

MUCHACHA

(María Victoria Atencia)

 

Llevas un vaso lleno de transparencias

entre inquietas manos y escurridizos dedos.

 

Puedes cantar el cielo, el amor, las estrellas:

todo nacerá nuevo de tus labios hermosos.

 

Descubrirás en sueños la vida que te acosa

tan dulcemente mansa y le sonreirás.

 

Despertarás el día menos pensado entre

un mayo y un setiembre y moverá el asombro

el filo de tu enagua.

 

Revolverás entonces de un desconcierto grande

el mundo que te llena; una luz saltará,

en caños, por tus ojos.

 

Y seguirá la fuente el curso de tu cuello

mientras pájaros haya en vuelo por tus venas

y palabras diciendo del amor en tu boca.