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Para mi también se ha
terminado el curso. He cumplido con las expectativas que yo mismo me impuse y es hora de un bien ganado
descanso.
Mi cartilla está limpia. No
he faltado a clase y he tratado de esmerarme tanto en mis propios trabajos como
en los comentarios a mis amigos.
Ahora me dedicaré a buscar
nuevas metáforas al borde de la playa, mientras mis cansados pies se reviven de
espuma.
Me adentraré en las aguas
para copiar las luminosas rimas de las olas. Y trataré de olvidar la prosa
monocorde de cada día, atendiendo la alegre sonoridad de las risas de mis
nietas.
Me tomo unas vacaciones.
Espero que sepáis de mí, cuando septiembre de el primer aldabonazo.
Hasta entonces, os deseo lo
mejor.
El mar me espera. Os dejo
este poema que habla de él:
CURA DE MAR
Me siento frente al mar y respiro cielo.
Noto que la brisa me tiembla por las venas
y un sol de claridades se deshace en luces,
que iluminan tristezas
y hoscos panoramas.
Mojo mis pies
y junto con la espuma
nerviosos peces de plata recorren mis entrañas
y noto como el tiempo
se hace caracola,
cantándome al oído la canción alegre
de una vida nueva.
Llegué a ti, ¡oh mar de los milagros!
como el resto de un trágico naufragio.
Pero ahora
tras un tratamiento de salitre y brisa,
una calma maternal y caliente
me enseña la ruta de nuevas singladuras.
Te pido ¡amigo mar!,
tú que sabes tanto de muertes y fracasos,
no permitas
que cuando viejo,
me amarren al socaire de tu nervio
y vaya enmoheciendo de tristeza
!!Llámame!!
¡Mándame recados con cantos y gaviotas!
¡Que una fresca mano
de azul, brisa y espuma
me empuje hasta tu orilla!