jueves, 31 de octubre de 2019
martes, 29 de octubre de 2019
RELATO PRESTADO
He escuchado tanto al “Kanka” durante este pasado verano, que he decidido hacer un relato
con retazos de sus canciones. Debo decir
que ha disfrutado con la contagiosa cadencia de su música y con su poesía un
poco “canalla”, pero autentica.
Dice así:
Aunque
ahora no tengo por qué salir
de casa con armadura, tener el móvil con cobertura ni llevar un arma para las
dudas. Cultivar la sangre fría, apoyar la economía, afeitarme cada día,
mantener la compostura. Rellenar el formulario, cumplir con los horarios,
respetar el calendario, ni salidas del armario, ni castillos de papel,
debo tener cuidado cuando
salgo a las aceras con andar desafinado. La maleta llena de cantos rodados. La
sonrisa boca debajo de subir tanta escalera sin llegar a ningún lado, aunque sigo pensando aplaudir a dos manos, milagro y
alegría, por dios si yo mismo me aguanto y saldré cada día a la calle con la
sonrisa más grande.
No
escuchar que la tele me dice lo que debemos comprar para
ser felices y que perdiz hay que matar si queremos comer perdices ¡no jodan la
marrana que haré lo que me dé la gana!
Y luchar
“pa” que la verdad sea la moneda, ay y que los besos curan el llanto. “Pa”
que las canciones sean las banderas.
Para
que nos enseñen desde bien pequeños a conocernos y a saber lo que sentimos, en
vez de andar encasillando
nuestros sueños y limitando a uno todos los caminos.
¡Para
eso canto!
Ya sé que hay quién me
dice que soy un cencerro, pero eso me hace más fuerte. Cuando me llegue la muerte,
si alguien llora en mi entierro, no lo vuelvo a saludar.
Gracias
a que te tengo a ti que
te sueltas las trenzas cuando quieres, que vienes con la cara lavada, sin
perder el tiempo y las maneras. Que el rímel no hace la mirada y te prefiero
así sin maquillaje, despojada de bisutería. Sin trampas, sin truco y sin traje.
Por qué confieso que por seguir el viento,
a veces he partido cuando no es el momento. Confesión del pecado imperdonable
de haberte querido tanto y me confieso culpable.
Déjame
traducirte la mirada, parame en tu parada
y plantarme en tu jardín y protagonizar tus carcajadas y que mis madrugadas
sean todas para ti.
Y
pese a que el insomnio me desvela cada noche hoy me quedé; soñándote.
Aunque
soy alérgico a la franela me quedé en tu cama, No combinan mis cortinas con tus
entretelas y aun así hoy cocino en tu cocina, corazón.
Tu siempre serás!!!! Canela en rama!!!
domingo, 27 de octubre de 2019
LAS ESCARAMUZAS DEL ABUELO (Vll y último)
En uno de sus
comentarios el amigo Emilio Manuel, que ha seguido desde el principio mis
entradas donde recuerdo el Libro de Firmas de “La Quintería”, me hablaba sobre
el valor sentimental de ese libro.
Mi vida profesional,
se podría partir en dos mitades.
Una vez terminado el
bachiller de 7 cursos y Examen de Estado, tenía la opción de entrar en la
Universidad.
Mis padres eran
propietarios de un bar de grandes dimensiones en la misma Plaza de España y yo
era hijo solo.
Debo confesar que,
desoyendo los silenciosos consejos de mi madre, de que entrara en la
Universidad en la Escuela de Periodismo, (mi padre no estaba por la labor), yo
opté por lo fácil y trabajé, (de hecho ya lo venía haciendo mientras
estudiaba), “a tiempo completo” en el bar familiar.
A pesar de todo, no
dejé de escribir, asistir a recitales y a ser tenido en cuenta, en todos los
movimientos de la cultura en Valdepeñas.
Pero esas inquietudes
culturales, en muchas ocasiones, chocaban frontalmente con las exigencias de
ese trabajo y lo que es peor, con las exigencias de mi padre.
Sacando tiempo de
donde no había, seguí “enganchado” a todo lo que me interesaba.
Organizaba
conferencias del Aula de Cultura, colaboraba en la programación del “Trascacho”,
llegué a estrenar en el Teatro Cine Parque, una pequeña obra de teatro, que
titulé “Las palomas ciegas”, conseguí algún premio literario, fui invitado a
pronunciar el Pregón de Semana Santa de Valdepeñas, un canto al vino de
Valdepeñas en una feria del vino y la industria en Madrid, tertulias literarias
en “Entrelagos” de Ruidera y muchas cosas más que ahora no vienen a cuento.
Las consecuencia de
esas aficiones mías, de esas inquietudes, se reflejan en ese libro de firmas
del que os he venido hablando. Son por tanto un fiel reflejo de una importante
parte de mi vida.
Lo que siento es que
no fui lo suficiente previsor, para anotar debajo de cada autógrafo el nombre
del firmante, ya que son muchas más las firmas de las que os he enseñado, pero
desgraciadamente, no puedo saber a quién corresponden. Mi memoria no ha dado
para más.
De la misma manera que
hay otras que si recuerdo, pero deliberadamente, no quiero publicitar. Como la
del padre de un abogado muy en boga en estos días.
La otra mitad, viene
cuando ya casado y con hijas, compruebo que la tiranía hostelera de un pueblo
de La Mancha, no me permite vivir como yo quisiera y me estoy perdiendo la
felicidad de la más importante época de mi vida.
Y decido “quemar las
naves”. Procurarme una nueva y distinta existencia.
Por cierto
completamente opuesta a mis más íntimos sentimientos y con un trabajo que me
costó entender y asumir y teniendo que empezar de nuevo prácticamente, aunque
esa experiencia que antes había vivido, también me ayudó a poder superarla.
Pero eso es otra
historia, que ya no viene a cuento.
jueves, 24 de octubre de 2019
SOLEARES DE AMOR Y VIDA
SOLEARES DE AMOR Y
VIDA
Yo canto porque me
duelen
con punzadas en mi
pecho
oscuros amaneceres.
Con agua de mar y
brisa
quisiera pintar un
día
la verdad de tu
sonrisa.
Canto tu nombre y
mi boca
se llena de miel y
besos
y de perfumes las
rosas.
Con voz de espuma y
molino
voy cantando mis
canciones
mientras desando
caminos.
No hagáis caso de
mis penas.
Mis penas las sufro
yo
y no me duelen
apenas.
Dicen que todo lo
ve.
Pues es el único
que sabe
la verdad de mí
querer.
No pienso en la
eternidad,
solo vivir lo que
pueda
mientras me dejen
soñar.
Estoy viviendo a
destiempo
queriendo cambiar
el mundo
con un puñado de
versos.
martes, 22 de octubre de 2019
SUEÑOS
SUEÑOS
(microrrelato)
Acababa de cumplir 90
años y a pesar de que apenas tenía achaques y de que su mente seguía lúcida, salvando
algunos olvidos muchas veces buscados,
no se sentía bien.
Un nieto preocupado, le preguntó un día:
.- Abuelo, ¿por qué estás
triste?
.- No estoy triste.
.- Lo pareces. Hasta
te has olvidado de contarnos la historia esa que repites a menudo y que ya nos
sabemos de memoria.
El abuelo no dijo
nada, pero tuvo la lucidez suficiente para pensar que esa tristeza provenía del
tener la certeza, de que la vida se le escapaba y que todavía le quedaban
muchos sueños por realizar.
Y no quería que su
nieto, que siempre lo tenía en un
pedestal, tomara en cuenta la realidad de su fracaso y por ello dejara de
soñar.
domingo, 20 de octubre de 2019
LAS ESCARAMUZAS DEL ABUELO (Vll)
Otras personalidades
de aquellos lejanos tiempos que pasaron por “La Quintería” y dejaron su firma,
fueron:
José María Martínez
Val, primer Director del Instituto de Estudios Manchegos, fundado en 1947 e
incorporado al Consejo Superior de Investigaciones Científicas y dedicado a promover la investigación y el estudio de
cualquier materia científica o cultural referida fundamentalmente a la
provincia de Ciudad Real.
Por cierto, lo
sustituyó en el cargo Don Carlos Calatayud Gil, abuelo de Emilio Calatayud,
famoso Juez de Menores de Granada.
Gregorio Prieto,
famosos pintor valdepeñero del que ya os he hablado, precisamente en el día de
su ingreso en ese Instituto de Estudios Manchegos.
Jaime Ostos, torero.
Del que os podría hablar largo y tendido, ya que lo conocí bastante, (fue
padrino de un primo hermano mío, llamado Jaime en su honor), pero no lo hago,
ya que no quiero que esto se parezca a “Sálvame”.
Joaquín Domingo,
barcelonés, 60 veces Campeón de España de billar, 8 de Europa y 3 del Mundo.
Un verdadero ídolo de
la época, que consiguió 5.326 carambolas en una sola serie.
Luis Morales Oliver.
Pasajes de San Pedro (Guipúzcoa), Director de la Biblioteca Nacional,
conferenciante, especialista en literatura mística española y profundo
conocedor de la biografía de Cervantes.
Antonio Casado Alonso,
periodista, que cuando firmó su autógrafo sólo tenía 25 años.
Casado con la también periodista
Carmen Rigalt, y famoso contertulio, tanto en Tele 5 como en Antena 3 y TVE.
Antoñita Moreno,
sevillana de La Puebla del Río, una artista de la canción y la copla, con una
clase y belleza incuestionable, que dignifica esa maleada palabra de
folclórica, ya que supo adentrarse e interpretar todo el variado folclore de las
regiones de España.
Fue la primera mujer
en su profesión distinguida con el Lazo de Isabel la Católica, lo mismo que fue
pionera en actuar en la Plaza Roja de
Moscú, cuando las relaciones entre España y Rusia no eran, ni mucho menos,
fáciles.
Una artista
prácticamente desconocida para las nuevas generaciones, que de haber nacido en
otro país y en otras condiciones sociales y políticas, tendría el
reconocimiento que, su personalidad, belleza y arte, merecen.
miércoles, 16 de octubre de 2019
ENTREGA
Me
entrego a vosotros,
más
no permitáis, por ello,
que
pierda mi propia libertad.
Vengo
dispuesto a rendirme
y
entregarme sin armas y deseos.
Os
ofreceré lo que he sido
y
me doleré de no daros,
aquello
que se perdió,
entre
lágrimas y arrugas.
Dejadme
la libertad.
Esa
que me hizo equivocarme
y
dar versos de ciego,
cuando
sólo pretendía claridades.
Me
entrego a vosotros,
sin
pedir nada a cambio.
Pero
no me obliguéis
a
renunciar a la espiga y al vuelo,
al
mar y sus auroras,
a
la piel y las caricias,
al
amor y sus delirios.
Me
entrego como soy:
una
triste amalgama
de
recuerdos y nostalgias,
un
viejo calendario con fechas amarillas,
la
comprobada certeza
de
que no existen los milagros,
la
rama que se seca
sin
pájaros ni nidos.
El
tiempo arde y se consume
en
esta hoguera de dentro
que
la lluvia de mi otoño no apaga.
¡Aceptarme!
martes, 15 de octubre de 2019
LOS JUBILADOS Y LAS OBRAS
Eran otros tiempos.
Ahora los jubilados,
se entretienen con sus teléfonos móviles mandando mensajes, escuchando la
radio, o cuidando de sus nietos en los juegos infantiles.
Eran los tiempos de
los bancos al sol o bajo los árboles y el seguimiento de las obras que se
acometían en el pueblo.
Los jubilados de la
vieja fotografía que os muestro, hicieron todos los comentarios y premoniciones
acerca de la obra que justo se empezaba a ejecutar.
No eran obras
particulares, ya que el cartel que las anunciaba, solo hablaba de obras
promovidas por el Ayuntamiento, con la colaboración de la Diputación y alguna
ayuda europea.
Uno aseguraba que
sería un nuevo ayuntamiento, otro que había oído de alguien, amigo de un
concejal, que serían un Hogar para los jubilados, y otro, seguro de conocer la
verdad, se apostaba unos cafés, a que sería una
Biblioteca.
Pasaron algunas
semanas y en sus diarias visitas notaron que las obras no funcionaban. Las
grúas parecían satisfechas de tantos bocados, mientras hacían la digestión,
paradas en una esquina de los terrenos.
Unos ridículos pilares
de cemento de los que asomaban unas negras nervaduras de hierro, dormían dispuestos a
sostener la amarga realidad de unos sueños inconclusos.
Entre tanto, hubo unas
elecciones, cambió el partido que sustentaba el Ayuntamiento y esa crisis
económica que, cíclicamente, siempre ataca a los mismos, se cebó con aquel
pueblo.
Alguno de aquellos
jubilados de la foto, es seguro que ya no existen.
Ni ellos ni nosotros,
sabremos nunca que se iba a edificar en esos terrenos que ahora solo sirven
para que el agua de lluvia se estanque y la maleza se haga aún más precisable
en ese pueblo, que como muchos otros, parecen que nunca pueden llegar a ser
felices, les mande quién les mande.
domingo, 13 de octubre de 2019
LAS ESCARAMUZAS DEL ABUELO (Vl)
También pasaron poetas
por “La Quintería”. Poetas que quisieron dejar su firma en este libro del que
os vengo hablando desde hace unas semanas.
Quiero citar en primer
lugar a Pedro Gómez Cornejo Delgado, poeta nacido en Valdepeñas y con el que me
unía una buena amistad, ya que desde jóvenes ambos compartíamos la pasión por
la poesía.
Con este nombre,
publicó su primer libro “En un vértice agudo y penetrante”, en
1969, donde ya dio el primer aldabonazo de lo que después sería su trayectoria
poética. En su dedicatoria del libro recién publicado firmaba: “A Juanito buen compañero en este doloroso y
al mismo tiempo misterioso y sorprendente camino de la poesía, con toda mi
amistad”.
Como es natural y
debido a esa amistad, era cliente diario de “La Quintería” y en su libro de
visitas dejó su autógrafo.
Después, nuestros caminos
se separaron y nos perdimos la pista.
En uno de mis últimos
viajes a Valdepeñas, me enteré que residía en Zaragoza y que había publicado
varios libros de poemas con el nombre de Alonso Cordel.
Pude hacerme con un
ejemplar de “De perdido lugar”,
Antología poética (1969-2005), donde comprobé que aquello primerizos poemas,
que podían escribirse en una servilleta, entre chato y chato, tenían ya la madurez
de un vino reposado y la enjundia de una poética que ya alumbraba una
personalidad arrolladora y distinta.
Ángel Crespo Pérez de
Madrid, también manchego, (Alcolea de Calatrava), poeta, traductor, ensayista,
crítico de arte, profesor y licenciado en Derecho.
Un hombre con
permanente curiosidad intelectual que le llevo a conocer otros idiomas y otras
culturas.
Amigo de Juan Alcaide,
de Carlos Edmundo de Ory y de Francisco Nieva y gracias a ellos descubre y se
abraza al “postismo”, esa nueva corriente, que pretendía ser
una especie de recopilación de todos los “ismos”
anteriores.
En
1.967 se traslada a Puerto Rico, hastiado por los límites impuestos a la
creación, por la política y la cultura del momento.
Tras
su vuelta a España, fija su residencia
en Barcelona, donde trabaja en la Universidad, siendo nombrado Profesor Emérito
de la Universidad Pompeu Fabra.
Sus
traducciones del italiano, portugués, (fue el primero que tradujo a Fernando
Pessoa), y francés, lo llevaron a la concesión del Premio Nacional de
Traducción en 1984.
En
el autógrafo que firma junto al periodista y crítico de Arte Juan José Miguel y
la esposa del poeta Madrilley de Crespo, nos habla de sentir Valdepeñas, como
suya.
Otro
de los poetas que nos visitó fue Luís López Anglada. Militar en el bando
nacional, y herido en la guerra fue un poeta aclamado y premiado por el
Régimen, llegando a ser Premio Nacional de Literatura en el año 1961, por su
libro “Contemplación de España”. No
llegué a profundizar en su poesía, dadas sus posiciones ideológicas, pero la
impresión que me dio en su visita es que era un “bon vivant”, seguramente por
su aspecto, y un hombre agradable y simpático.
En
su autógrafo firma: “Valdepeñas,
Quintería/ Un vaso de bon vino/ ¡Y poesía!”
jueves, 10 de octubre de 2019
SI SÉ LO QUE SIENTO.
Hace unos pocos días se han cumplido
los 58 años de mi matrimonio.
Con ese motivo, escribí este soneto
que ahora os enseño
SI
SÉ LO QUE SIENTO
Me quedo donde
siempre, en tu mirada,
en el suave sonido de
tu risa,
en el murmullo certero
que me avisa
de saberte por siempre
enamorada.
Me quedo con tu vida y
con mi vida,
con este amor que
ambos encendimos
con los bellos
momentos que vivimos
y tantas ilusiones
compartidas.
Quererte a ti, que
todo no fue en vano,
que la vida ha marcado
su camino,
con besos, caricias y
azucenas.
Que el amor dura más
que los veranos,
que tiene la certeza del destino
y no sabe de cantos de
sirenas.
martes, 8 de octubre de 2019
ADIÓS AL TIEMPO DEL VERANO
El tiempo del verano
se va alejando lentamente escondiéndose entre los pliegues de las tardes que se
hacen más cortas y soportables.
Vuelven los hábitos perdidos y es
tiempo de recuerdos y de imágenes que no volverán a repetirse hasta el próximo
año.
Mi playa sigue estando
en el mismo sitio, pero ya no se acicala con risas de niños y cuerpos morenos.
Las velas blancas se almacenan en la memoria y las barcas se quedan desnudas de
brisas, alineando su tristeza varadas en la arena.
Las hamacas se apilan
a la sombra de sombrillas tintadas con el color pajizo de una flor agostada.
Debajo de esas mismas
sombrillas, hace nada yo era feliz mirando el horizonte o leyendo las novelas
previstas para los días interminables.
Y por las noches,
cuando la oscuridad se hacía irrespirable, el regalo de la buena música,
me salvaba de sudores y desvelos, llenando
las horas de bellos sonidos.
Mi playa sigue estando
cercana, pero las olas no vienen acompañadas de cantos de sirenas que incitan
al frescor salado de la espuma.
Estoy de acuerdo con
los que dicen que es ahora cuando se
disfruta del mar y de la playa, pero no deja de tener encanto el bullicio,
muchas veces excesivamente ruidoso, de los que no tienen la suerte de
disfrutarlo con la asiduidad de los lugareños.
Para mí es un
espectáculo, observar a los que pasean por la orilla, mientras en mi móvil suena
la orquesta de Count Bassie y mi mujer se enfada por no contestar a su último
comentario, enfrascado como estoy con el swing luminoso de “Midnite Blue”.
Y lo que es
verdaderamente irrepetible, es el conseguir un banco en el paseo marítimo,
cuando empieza a anochecer y escuchar retazos de conversaciones, con las que
una mente calenturienta puede pergeñar multitud de historias que seguro en algunas ocasiones tendrían mucho de
reales. Alguien me podría tachar de “marujón”, pero asumo mi defensa
ateniéndome a lo que dice Azorín: “la vejez es la perdida de la curiosidad”. No
quiero parecer viejo.
Me gusta la playa de
septiembre y octubre porque es más íntima y recoleta, pero no tiene el latido
nervioso y acuciante de la vida. Como en casi todas las cosas, también prefiero
compartir la belleza y me resigno alegremente a “socializar” el disfrute del
verano.
domingo, 6 de octubre de 2019
LAS ESCARAMUZAS DEL ABUELO (V)
Os quiero hablar hoy
de dos artistas reconocidos, dos verdaderos mitos de una época pasada y dos
formas diferentes de comportamientos y formas de ser.
Nada más entrar por la
puerta de “La Quintería”, el primero de ellos, lo primero que hice fue avisar a
mi padre.
Sabía que no me
perdonaría el haber pasado por su establecimiento, sin su conocimiento, su
ídolo flamenco más preciado: Pepe Marchena.
Después de los saludos,
el arremolinamiento de los que lo conocieron y una larga conversación sobre el flamenco, con algún cante “por lo bajini”, saqué el libro de firmas, con el fin de
solicitarle la suya.
No pareció gustarle
mucho la petición y solo accedió a que se llevaría el libro de firmas al hotel,
y lo devolvería al día siguiente con su autógrafo.
Al tratar de exponer
que no era esa la costumbre, mi padre, (donde hay patrón no manda marinero),
cortó por lo sano accediendo a la petición.
Bien es cierto, que a
la mañana siguiente, el propio “cantaor”, con una gran bufanda, tapando la
garganta y la boca, se presentó en persona a entregarme el libro de firmas.
Me abstengo de repetir
el “trabajo” de su autógrafo, ya que
podéis leerlo perfectamente, en la foto que acompaño.
Por aquellas fechas,
tuve la enorme suerte de conocer, al simpar Antonio Machín.
Mi primera impresión fue
que me pareció más alto de lo que yo intuía. Vestía impecablemente, con un
abrigo y un pañuelo al cuello y una sonrisa que no borró de su cara durante el
tiempo de su visita. Recuerdo su conversación fluida, con ese acento caribeño y
un cierto ceceo sevillano, que subyugaba.
Alguien, tuvo la feliz
ocurrencia de poner una moneda en el tocadiscos, he hizo sonar una canción
suya.
Recuerdo que me pidió,
si podía saludar al que había tenido la ocurrencia. Y así lo hizo, con una educación
exquisita.
Luego supe, que
Sevilla era su segunda patria. Y lo supe una de las veces que estuve en su
Semana Santa y oí una marcha en la procesión de “Los Negritos”, con las
primeras notas de “Angelitos Negros”.
No en vano un hermano
suyo, Juan Gualberto, llegó a Sevilla desde Cuba y al poco fue tan sevillano,
que se hizo del Betis y fue hermano de la cofradía de “Los Negritos”, una de
las más antiguas Hermandades de Sevilla, llamada así, porque al principio
estuvo integrada por personas de color de la ciudad.
Antonio Machín,
también fue hermano de esta cofradía y tiene una estatua frente a la Capilla y
Casa de Hermandad de “Los Negritos”.
Otra cosa que me
impresionó, del gran cantante cubano/español, fue su caligrafía.
Podéis comprobarlo.
Aquí también me ahorro la explicación del autógrafo, pero por otros motivos.
martes, 1 de octubre de 2019
LOCURAS DE LA ANDALUCÍA QUE AÑORO
CÁDIZ
El
mar me toca el hombro en cada esquina,
a
mí, que vengo del surco y del arado,
y
en cada esquina hay que tener cuidado
de
ese golpe de sol que te ilumina.
Decir
Cádiz, es nombrar poesía,
esa
fenicia guapa y alcahueta,
que
vive entre La Viña y La Caleta
y
que rima pasión y algarabía.
Decir
Cádiz es nombrar la gracia,
la
libertad, el sentimiento y la armonía,
saber
que si pierdo una sonrisa
es
seguro que allí la encontraría.
CÓRDOBA
Deja
que me cuente el río,
que
a tus piedras enamora
y
que ciñe tu cintura,
de
mujer romana y mora,
que
secretos tiene la luna
para
que un Guadalquivir de besos,
se
rinda ante tu hermosura.
Deja
que me cuente el río,
el
milagro de saber
que
nunca pasan los años
en
las cosas del querer.
GRANADA
Un
gitano enamorado,
en noche
de cante y palmas,
se
olvida de los “señores”
y
por su brillo, encelado,
consigue
robar la luna,
para
esconderla en la Alhambra.
Entre
mirtos y arrayanes
y rumores de las fuentes
el
amor se vuelve humano.
En
nueve meses la luna,
le
da a las estrellas hermanos:
En
la noche de Granada,
!!!
Cuatro luceros gitanos!!!
JAÉN
El
rocío en los olivos,
roba
al verde la mañana,
y
en la loma de los surcos,
con
su fría filigrana,
la
escarcha blanquea la tierra
donde
el labrador se afana.
Ya
no nos queda un Alberti,
que
grite tus desventuras.
Sudor
o frío en las manos,
esa
vieja asignatura,
de
que pase lo que pase
las
ganancias para el amo,
cada
año son seguras.
MÁLAGA
En mi jabega soñada,
sigo tirando la red,
para ver de qué manera
puedo a Málaga volver.
Se pregunta una
palmera
que se mece en la
Alcazaba,
que sería de los
cardos
si no tuvieran
biznagas.
Con un “espetón” de
luces
y una brisa ligera
habría que inventarse
Málaga
si Málaga no
existiera.
SEVILLA
Cuando digo emoción, digo Sevilla,
si nombro la gracia, digo Triana,
que el puente se convierte en filigrana
y todo en una eterna maravilla.
Abril, se hace rosal y primavera
y los patios perfume y colorido,
que por siempre he tenido por sabido,
que la luz siempre fue su compañera.
Guadalquivir de brisa y esmeralda
que añora la aridez de mi molino,
quiero llenar la copa con mi vino
y brindar con amor por la Giralda.
Adelantándome
a los posibles comentarios, ya sé que faltan dos, pero no suelo escribir
de oídas y en esas dos no he vivido y sentido lo suficiente, como para poder
escribir de ellas. Espero que sepáis perdonarme.
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