martes, 29 de octubre de 2019

RELATO PRESTADO





He escuchado tanto al “Kanka” durante este pasado verano, que he decidido hacer un relato con retazos de sus  canciones. Debo decir que ha disfrutado con la contagiosa cadencia de su música y con su poesía un poco “canalla”, pero autentica.

Dice así:

Aunque ahora no tengo por qué salir de casa con armadura, tener el móvil con cobertura ni llevar un arma para las dudas. Cultivar la sangre fría, apoyar la economía, afeitarme cada día, mantener la compostura. Rellenar el formulario, cumplir con los horarios, respetar el calendario, ni salidas del armario, ni castillos de papel, debo tener cuidado cuando salgo a las aceras con andar desafinado. La maleta llena de cantos rodados. La sonrisa boca debajo de subir tanta escalera sin llegar a ningún lado, aunque sigo pensando aplaudir a dos manos, milagro y alegría, por dios si yo mismo me aguanto y saldré cada día a la calle con la sonrisa más grande.

No escuchar que  la tele me dice lo que debemos comprar para ser felices y que perdiz hay que matar si queremos comer perdices ¡no jodan la marrana que haré lo que me dé la gana!

Y luchar  pa” que la verdad sea la moneda, ay y que los besos curan el llanto. “Pa” que las canciones sean las banderas.

Para que nos enseñen desde bien pequeños a conocernos y a saber lo que sentimos, en vez de andar encasillando nuestros sueños y limitando a uno todos los caminos.
¡Para eso canto!

Ya sé que hay quién me dice que soy un cencerro, pero eso me hace más fuerte. Cuando me llegue la muerte, si alguien llora en mi entierro, no lo vuelvo a saludar.

Gracias a que te tengo a ti que te sueltas las trenzas cuando quieres, que vienes con la cara lavada, sin perder el tiempo y las maneras. Que el rímel no hace la mirada y te prefiero así sin maquillaje, despojada de bisutería. Sin trampas, sin truco y sin traje.

Por qué confieso que por seguir el viento, a veces he partido cuando no es el momento. Confesión del pecado imperdonable de haberte querido tanto y me confieso culpable.

Déjame traducirte la mirada, parame en tu parada y plantarme en tu jardín y protagonizar tus carcajadas y que mis madrugadas sean todas para ti.

Y pese a que el insomnio me desvela cada noche hoy me quedé; soñándote.

Aunque soy alérgico a la franela me quedé en tu cama, No combinan mis cortinas con tus entretelas y aun así hoy cocino en tu cocina, corazón.

Tu siempre serás!!!! Canela en rama!!!



domingo, 27 de octubre de 2019

LAS ESCARAMUZAS DEL ABUELO (Vll y último)





En uno de sus comentarios el amigo Emilio Manuel, que ha seguido desde el principio mis entradas donde recuerdo el Libro de Firmas de “La Quintería”, me hablaba sobre el valor sentimental de ese libro.

Mi vida profesional, se podría partir en dos mitades.
Una vez terminado el bachiller de 7 cursos y Examen de Estado, tenía la opción de entrar en la Universidad.

Mis padres eran propietarios de un bar de grandes dimensiones en la misma Plaza de España y yo era hijo solo.

Debo confesar que, desoyendo los silenciosos consejos de mi madre, de que entrara en la Universidad en la Escuela de Periodismo, (mi padre no estaba por la labor), yo opté por lo fácil y trabajé, (de hecho ya lo venía haciendo mientras estudiaba), “a tiempo completo” en el bar familiar.

A pesar de todo, no dejé de escribir, asistir a recitales y a ser tenido en cuenta, en todos los movimientos de la cultura en Valdepeñas.


Pero esas inquietudes culturales, en muchas ocasiones, chocaban frontalmente con las exigencias de ese trabajo y lo que es peor, con las exigencias de mi padre.

Sacando tiempo de donde no había, seguí “enganchado” a todo lo que me interesaba.

Organizaba conferencias del Aula de Cultura, colaboraba en la programación del “Trascacho”, llegué a estrenar en el Teatro Cine Parque, una pequeña obra de teatro, que titulé “Las palomas ciegas”, conseguí algún premio literario, fui invitado a pronunciar el Pregón de Semana Santa de Valdepeñas, un canto al vino de Valdepeñas en una feria del vino y la industria en Madrid, tertulias literarias en “Entrelagos” de Ruidera y muchas cosas más que ahora no vienen a cuento.

Las consecuencia de esas aficiones mías, de esas inquietudes, se reflejan en ese libro de firmas del que os he venido hablando. Son por tanto un fiel reflejo de una importante parte de mi vida.

Lo que siento es que no fui lo suficiente previsor, para anotar debajo de cada autógrafo el nombre del firmante, ya que son muchas más las firmas de las que os he enseñado, pero desgraciadamente, no puedo saber a quién corresponden. Mi memoria no ha dado para más.

De la misma manera que hay otras que si recuerdo, pero deliberadamente, no quiero publicitar. Como la del padre de un abogado muy en boga en estos días.

La otra mitad, viene cuando ya casado y con hijas, compruebo que la tiranía hostelera de un pueblo de La Mancha, no me permite vivir como yo quisiera y me estoy perdiendo la felicidad de la más importante época de mi vida.

Y decido “quemar las naves”. Procurarme una nueva y distinta existencia.

Por cierto completamente opuesta a mis más íntimos sentimientos y con un trabajo que me costó entender y asumir y teniendo que empezar de nuevo prácticamente, aunque esa experiencia que antes había vivido, también me ayudó a poder superarla.

Pero eso es otra historia, que ya no viene a cuento.



jueves, 24 de octubre de 2019

SOLEARES DE AMOR Y VIDA




SOLEARES DE AMOR Y VIDA

Yo canto porque me duelen
con punzadas en mi pecho
 oscuros  amaneceres.

Con agua de mar y brisa
quisiera pintar un día
la verdad de tu sonrisa.

Canto tu nombre y mi boca
se llena de miel y besos
y de perfumes las rosas.

Con voz de espuma y molino
voy cantando mis canciones
mientras desando caminos.

No hagáis caso de mis penas.
Mis penas las sufro yo
y no me duelen apenas.

Dicen que todo lo ve.
Pues es el único que sabe
la verdad de mí querer.

No pienso en la eternidad,
solo vivir lo que pueda
mientras me dejen soñar.

Estoy viviendo a destiempo
queriendo cambiar el mundo
con un puñado de versos.



martes, 22 de octubre de 2019

SUEÑOS


SUEÑOS
(microrrelato)

Acababa de cumplir 90 años y a pesar de que apenas tenía achaques y de que su mente seguía lúcida, salvando  algunos olvidos muchas veces buscados, no se sentía bien.

Un  nieto preocupado, le preguntó un día:

.- Abuelo, ¿por qué estás triste?

.- No estoy triste.

.- Lo pareces. Hasta te has olvidado de contarnos la historia esa que repites a menudo y que ya nos sabemos de memoria.

El abuelo no dijo nada, pero tuvo la lucidez suficiente para pensar que esa tristeza provenía del tener la certeza, de que la vida se le escapaba y que todavía le quedaban muchos sueños por realizar.


Y no quería que su nieto,  que siempre lo tenía en un pedestal, tomara en cuenta la realidad de su fracaso y por ello dejara de soñar.



domingo, 20 de octubre de 2019

LAS ESCARAMUZAS DEL ABUELO (Vll)



Otras personalidades de aquellos lejanos tiempos que pasaron por “La Quintería” y dejaron su firma, fueron:

José María Martínez Val, primer Director del Instituto de Estudios Manchegos, fundado en 1947 e incorporado al Consejo Superior de Investigaciones Científicas y dedicado a  promover la investigación y el estudio de cualquier materia científica o cultural referida fundamentalmente a la provincia de Ciudad Real.
Por cierto, lo sustituyó en el cargo Don Carlos Calatayud Gil, abuelo de Emilio Calatayud, famoso Juez de Menores de Granada.



Gregorio Prieto, famosos pintor valdepeñero del que ya os he hablado, precisamente en el día de su ingreso en ese Instituto de Estudios Manchegos.



Jaime Ostos, torero. Del que os podría hablar largo y tendido, ya que lo conocí bastante, (fue padrino de un primo hermano mío, llamado Jaime en su honor), pero no lo hago, ya que no quiero que esto se parezca a “Sálvame”.



Joaquín Domingo, barcelonés, 60 veces Campeón de España de billar, 8 de Europa y 3 del Mundo.
Un verdadero ídolo de la época, que consiguió 5.326 carambolas en una sola serie.



Luis Morales Oliver. Pasajes de San Pedro (Guipúzcoa),  Director de la Biblioteca Nacional, conferenciante, especialista en literatura mística española y profundo conocedor de la biografía de Cervantes.



Antonio Casado Alonso, periodista, que cuando firmó su autógrafo sólo tenía 25 años.
Casado con la también periodista Carmen Rigalt, y famoso contertulio, tanto en Tele 5 como en Antena 3 y TVE.



Antoñita Moreno, sevillana de La Puebla del Río, una artista de la canción y la copla, con una clase y belleza incuestionable, que dignifica esa maleada palabra de folclórica, ya que supo adentrarse e interpretar todo el variado folclore de las regiones de España.

Fue la primera mujer en su profesión distinguida con el Lazo de Isabel la Católica, lo mismo que fue  pionera en actuar en la Plaza Roja de Moscú, cuando las relaciones entre España y Rusia no eran, ni mucho menos, fáciles.

Una artista prácticamente desconocida para las nuevas generaciones, que de haber nacido en otro país y en otras condiciones sociales y políticas, tendría el reconocimiento que, su personalidad, belleza y arte, merecen.





miércoles, 16 de octubre de 2019

ENTREGA




Me entrego a vosotros,
más no permitáis, por ello,
que pierda mi propia libertad.

Vengo dispuesto a rendirme
y entregarme sin armas y deseos.
Os ofreceré lo que he sido
y me doleré de no daros,
aquello que se perdió,
entre lágrimas y arrugas.

Dejadme la libertad.
Esa que me hizo equivocarme
y dar versos de ciego,
cuando sólo pretendía claridades.

Me entrego a vosotros,
sin pedir nada a cambio.
Pero no me obliguéis
a renunciar a la espiga y al vuelo,
al mar y sus auroras,
a la piel y las caricias,
al amor y sus delirios.

Me entrego como soy:
una triste amalgama
de recuerdos y nostalgias,
un viejo calendario con fechas amarillas,
la comprobada certeza
de que no existen los milagros,
la rama que se seca
sin pájaros ni nidos.

El tiempo arde y se consume
en esta hoguera de dentro
que la lluvia de mi otoño no apaga.

¡Aceptarme!


martes, 15 de octubre de 2019

LOS JUBILADOS Y LAS OBRAS






Eran otros tiempos.

Ahora los jubilados, se entretienen con sus teléfonos móviles mandando mensajes, escuchando la radio, o cuidando de sus nietos en los juegos infantiles.

Eran los tiempos de los bancos al sol o bajo los árboles y el seguimiento de las obras que se acometían en el pueblo.

Los jubilados de la vieja fotografía que os muestro, hicieron todos los comentarios y premoniciones acerca de la obra que justo se empezaba a ejecutar.

No eran obras particulares, ya que el cartel que las anunciaba, solo hablaba de obras promovidas por el Ayuntamiento, con la colaboración de la Diputación y alguna ayuda europea.

Uno aseguraba que sería un nuevo ayuntamiento, otro que había oído de alguien, amigo de un concejal, que serían un Hogar para los jubilados, y otro, seguro de conocer la verdad, se apostaba unos cafés, a que sería una Biblioteca.

Pasaron algunas semanas y en sus diarias visitas notaron que las obras no funcionaban. Las grúas parecían satisfechas de tantos bocados, mientras hacían la digestión, paradas en  una esquina de los terrenos.

Unos ridículos pilares de cemento de los que asomaban unas negras nervaduras de hierro, dormían dispuestos a sostener la amarga realidad de unos sueños inconclusos.

Entre tanto, hubo unas elecciones, cambió el partido que sustentaba el Ayuntamiento y esa crisis económica que, cíclicamente, siempre ataca a los mismos, se cebó con aquel pueblo.

Alguno de aquellos jubilados de la foto, es seguro que ya no existen.

Ni ellos ni nosotros, sabremos nunca que se iba a edificar en esos terrenos que ahora solo sirven para que el agua de lluvia se estanque y la maleza se haga aún más precisable en ese pueblo, que como muchos otros, parecen que nunca pueden llegar a ser felices, les mande quién les mande.




domingo, 13 de octubre de 2019

LAS ESCARAMUZAS DEL ABUELO (Vl)



También pasaron poetas por “La Quintería”. Poetas que quisieron dejar su firma en este libro del que os vengo hablando desde hace unas semanas.

Quiero citar en primer lugar a Pedro Gómez Cornejo Delgado, poeta nacido en Valdepeñas y con el que me unía una buena amistad, ya que desde jóvenes ambos compartíamos la pasión por la poesía.

Con este nombre, publicó su primer  libro “En un vértice agudo y penetrante”, en 1969, donde ya dio el primer aldabonazo de lo que después sería su trayectoria poética. En su dedicatoria del libro recién publicado firmaba: “A Juanito buen compañero en este doloroso y al mismo tiempo misterioso y sorprendente camino de la poesía, con toda mi amistad”.

Como es natural y debido a esa amistad, era cliente diario de “La Quintería” y en su libro de visitas dejó su autógrafo.



Después, nuestros caminos se separaron y nos perdimos la pista.
En uno de mis últimos viajes a Valdepeñas, me enteré que residía en Zaragoza y que había publicado varios libros de poemas con el nombre de Alonso Cordel.

Pude hacerme con un ejemplar de “De perdido lugar”, Antología poética (1969-2005), donde comprobé que aquello primerizos poemas, que podían escribirse en una servilleta, entre chato y chato, tenían ya la madurez de un vino reposado y la enjundia de una poética que ya alumbraba una personalidad arrolladora y distinta.

Ángel Crespo Pérez de Madrid, también manchego, (Alcolea de Calatrava), poeta, traductor, ensayista, crítico de arte, profesor y licenciado en Derecho.
Un hombre con permanente curiosidad intelectual que le llevo a conocer otros idiomas y otras culturas.
Amigo de Juan Alcaide, de Carlos Edmundo de Ory y de Francisco Nieva y gracias a ellos descubre y se abraza al “postismo”, esa nueva corriente, que pretendía ser una especie de recopilación de todos los “ismos” anteriores.
En 1.967 se traslada a Puerto Rico, hastiado por los límites impuestos a la creación, por la política y la cultura del momento.
Tras su  vuelta a España, fija su residencia en Barcelona, donde trabaja en la Universidad, siendo nombrado Profesor Emérito de la Universidad Pompeu Fabra.

Sus traducciones del italiano, portugués, (fue el primero que tradujo a Fernando Pessoa), y francés, lo llevaron a la concesión del Premio Nacional de Traducción en 1984.

En el autógrafo que firma junto al periodista y crítico de Arte Juan José Miguel y la esposa del poeta Madrilley de Crespo, nos habla de sentir Valdepeñas, como suya.



Otro de los poetas que nos visitó fue Luís López Anglada. Militar en el bando nacional, y herido en la guerra fue un poeta aclamado y premiado por el Régimen, llegando a ser Premio Nacional de Literatura en el año 1961, por su libro “Contemplación  de España”. No llegué a profundizar en su poesía, dadas sus posiciones ideológicas, pero la impresión que me dio en su visita es que era un “bon vivant”, seguramente por su aspecto, y un hombre agradable y simpático.




En su autógrafo firma: “Valdepeñas, Quintería/ Un vaso de bon vino/ ¡Y poesía!”



jueves, 10 de octubre de 2019

SI SÉ LO QUE SIENTO.




Hace unos pocos días se han cumplido los 58 años de mi matrimonio.
Con ese motivo, escribí este soneto que ahora os enseño



SI SÉ LO QUE SIENTO



Me quedo donde siempre, en tu mirada,
en el suave sonido de tu risa,
en el murmullo certero que me avisa
de saberte por siempre enamorada.

Me quedo con tu vida y con mi vida,
con este amor que ambos encendimos
con los bellos momentos que vivimos
y tantas ilusiones compartidas.

Quererte a ti, que todo no fue en vano,
que la vida ha marcado su camino,
con besos, caricias y azucenas.

Que el amor dura más que los veranos,
que tiene  la certeza del destino
y no sabe de cantos de sirenas.



martes, 8 de octubre de 2019

ADIÓS AL TIEMPO DEL VERANO




El tiempo del verano se va alejando lentamente escondiéndose entre los pliegues de las tardes que se hacen más cortas y soportables.

Vuelven los hábitos perdidos y es tiempo de recuerdos y de imágenes que no volverán a repetirse hasta el próximo año.

Mi playa sigue estando en el mismo sitio, pero ya no se acicala con risas de niños y cuerpos morenos. Las velas blancas se almacenan en la memoria y las barcas se quedan desnudas de brisas, alineando su tristeza varadas en la arena.

Las hamacas se apilan a la sombra de sombrillas tintadas con el color pajizo de una flor agostada.

Debajo de esas mismas sombrillas, hace nada yo era feliz mirando el horizonte o leyendo las novelas previstas para los días interminables.

Y por las noches, cuando la oscuridad se hacía irrespirable, el regalo de la buena música, me  salvaba de sudores y desvelos, llenando las horas de bellos sonidos.

Mi playa sigue estando cercana, pero las olas no vienen acompañadas de cantos de sirenas que incitan al frescor salado de la espuma.

Estoy de acuerdo con los que dicen que es ahora cuando se  disfruta del mar y de la playa, pero no deja de tener encanto el bullicio, muchas veces excesivamente ruidoso, de los que no tienen la suerte de disfrutarlo con la asiduidad de los lugareños.

Para mí es un espectáculo, observar a los que pasean por la orilla, mientras en mi móvil suena la orquesta de Count Bassie y mi mujer se enfada por no contestar a su último comentario, enfrascado como estoy con el swing luminoso de “Midnite Blue”.

Y lo que es verdaderamente irrepetible, es el conseguir un banco en el paseo marítimo, cuando empieza a anochecer y escuchar retazos de conversaciones, con las que una mente calenturienta puede pergeñar multitud de historias que seguro  en algunas ocasiones tendrían mucho de reales. Alguien me podría tachar de “marujón”, pero asumo mi defensa ateniéndome a lo que dice Azorín: “la vejez es la perdida de la curiosidad”. No quiero parecer viejo.

Me gusta la playa de septiembre y octubre porque es más íntima y recoleta, pero no tiene el latido nervioso y acuciante de la vida. Como en casi todas las cosas, también prefiero compartir la belleza y me resigno alegremente a “socializar” el disfrute del verano.



domingo, 6 de octubre de 2019

LAS ESCARAMUZAS DEL ABUELO (V)


Os quiero hablar hoy de dos artistas reconocidos, dos verdaderos mitos de una época pasada y dos formas diferentes de comportamientos y formas de ser.

Nada más entrar por la puerta de “La Quintería”, el primero de ellos, lo primero que hice fue avisar a mi padre.

Sabía que no me perdonaría el haber pasado por su establecimiento, sin su conocimiento, su ídolo flamenco más preciado: Pepe Marchena.

Después de los saludos, el arremolinamiento de los que lo conocieron y una larga conversación sobre el flamenco, con algún cante “por lo bajini”, saqué el libro de firmas, con el fin de solicitarle la suya.

No pareció gustarle mucho la petición y solo accedió a que se llevaría el libro de firmas al hotel, y lo devolvería al día siguiente con su autógrafo.

Al tratar de exponer que no era esa la costumbre, mi padre, (donde hay patrón no manda marinero), cortó por lo sano accediendo a la petición.

Bien es cierto, que a la mañana siguiente, el propio “cantaor”, con una gran bufanda, tapando la garganta y la boca, se presentó en persona a entregarme el libro de firmas.

Me abstengo de repetir el “trabajo” de su autógrafo, ya que podéis leerlo perfectamente, en la foto que acompaño.




Por aquellas fechas, tuve la enorme suerte de conocer, al simpar Antonio Machín.

Mi primera impresión fue que me pareció más alto de lo que yo intuía. Vestía impecablemente, con un abrigo y un pañuelo al cuello y una sonrisa que no borró de su cara durante el tiempo de su visita. Recuerdo su conversación fluida, con ese acento caribeño y un cierto ceceo sevillano, que subyugaba.

Alguien, tuvo la feliz ocurrencia de poner una moneda en el tocadiscos, he hizo sonar una canción suya.
Recuerdo que me pidió, si podía saludar al que había tenido la ocurrencia. Y así lo hizo, con una educación exquisita.

Luego supe, que Sevilla era su segunda patria. Y lo supe una de las veces que estuve en su Semana Santa y oí una marcha en la procesión de “Los Negritos”, con las primeras notas de “Angelitos Negros”.

No en vano un hermano suyo, Juan Gualberto, llegó a Sevilla desde Cuba y al poco fue tan sevillano, que se hizo del Betis y fue hermano de la cofradía de “Los Negritos”, una de las más antiguas Hermandades de Sevilla, llamada así, porque al principio estuvo integrada por personas de color de la ciudad.

Antonio Machín, también fue hermano de esta cofradía y tiene una estatua frente a la Capilla y Casa de Hermandad de “Los Negritos”.



Otra cosa que me impresionó, del gran cantante cubano/español, fue su caligrafía.



Podéis comprobarlo. Aquí también me ahorro la explicación del autógrafo, pero por otros motivos.





martes, 1 de octubre de 2019

LOCURAS DE LA ANDALUCÍA QUE AÑORO


CÁDIZ

El mar me toca el hombro en cada esquina,
a mí, que vengo del surco y del arado,
y en cada esquina hay que tener cuidado
de ese golpe de sol que te ilumina.

Decir Cádiz, es nombrar poesía,
esa fenicia guapa y alcahueta,
que vive entre La Viña y La Caleta
y que rima pasión y algarabía.

Decir Cádiz es nombrar la gracia,
la libertad, el sentimiento y la armonía,
saber que si  pierdo una sonrisa
es seguro que allí la encontraría.

CÓRDOBA

Deja que me cuente el río,
que a tus piedras enamora
y que ciñe tu cintura,
de mujer romana y mora,
que secretos tiene la luna
para que un Guadalquivir de besos,
se rinda ante tu hermosura.

Deja que me cuente el río,
el milagro de saber
que nunca pasan los años
en las cosas del querer.

GRANADA

Un gitano enamorado,
en  noche  de cante y palmas,
se olvida de los “señores”

y por su brillo, encelado,
consigue robar  la luna,
para esconderla en la Alhambra.

Entre mirtos y arrayanes
y  rumores de las fuentes
el amor se vuelve humano.

En nueve meses la luna,
le da a las estrellas hermanos:
En la noche de Granada,
!!! Cuatro luceros gitanos!!!

JAÉN

El rocío en los olivos,
roba al verde la mañana,
y en la loma de los surcos,
con su fría filigrana,
la escarcha blanquea la tierra
donde el labrador se afana.

Ya no nos queda un Alberti,
que grite tus desventuras.
Sudor o frío en las manos,
esa vieja asignatura,
de que pase lo que pase
las ganancias para el amo,
cada año son seguras.

MÁLAGA


En mi jabega soñada,
sigo tirando la red,
para ver de qué manera
puedo a Málaga volver.

Se pregunta una palmera
que se mece en la Alcazaba,
que sería de los cardos
si no tuvieran biznagas.

Con un “espetón” de luces
y una brisa ligera
habría que inventarse Málaga
si Málaga no existiera.


SEVILLA

Cuando digo emoción, digo Sevilla,
si nombro la gracia, digo Triana,
que el puente se convierte en filigrana
y todo en una eterna maravilla.

Abril, se hace rosal y primavera
y los patios perfume y colorido,
que por siempre he tenido por sabido,
que la luz siempre fue su compañera.

Guadalquivir de brisa y esmeralda
que añora la aridez de mi molino,
quiero llenar la copa con mi vino
y brindar con amor por la Giralda.


Adelantándome  a los posibles comentarios, ya sé que faltan dos, pero no suelo escribir de oídas y en esas dos no he vivido y sentido lo suficiente, como para poder escribir de ellas. Espero que sepáis perdonarme.