A mi buena amiga Tracy, a la que, a pesar de ser su guardiana, le robé una
fotografía mañanera de esa playa donde disfruta con sus amigas, le borré unos
bañistas y la reinterpreté para darle sentido a mi verso.
Espero su perdón por el
atrevimiento, o en su defecto, que la multa sea leve.
NOCHE
La noche vive acompasada
de salitres y de arrullos.
Una calma de soledades
se despliega por la playa,
mientras la luna
juega al escondite con las nubes.
Un caballo de recuerdos,
con su jinete de espumas,
se desboca de ausencias
y las estrellas se suicidan
entre el mar y el horizonte.
Quisiera ser niño en esa arena,
para no sentir este dolor irreverente
de castillos de sueños demolidos.
Y pedirle a la brisa,
que amortigua sentimientos,
que refresque mis latidos,
cuando las noches pintan de olvido
el sonoro cantar de caracolas.