Hasta aquí hemos
llegado. Son muchos los años pasados desde mi comienzo en La Coctelera y ya no
doy para más.
Creo que merezco un
retiro y poner todo mi tiempo en favor de la familia, la lectura, la música y
el “dolce far niente”.
Cada vez me cuesta más
escribir y atenderos y lo último que quiero es repetirme y no poder cumplir con
vuestra demostrada consideración y amistad.
Pasados unos días este
manojo de sentimientos desaparecerá y solo será un pintoresco recuerdo.
Pero antes del adiós,
dejadme que os de las gracias: gracias a vosotros esta postrera etapa de mi
vida, ha sido maravillosa.
He aprendido, he
disfrutado y me habéis acompañado en este renqueante camino asignado,
haciéndolo más fácil y menos tortuoso.
No puedo seguir, algo
está pasándole a la pantalla de mi ordenador, pero una tenue realidad acuosa,
muy otoñal por cierto, no me permite leer lo que escribo.
Gracias a todos y un
abrazo.