domingo, 29 de diciembre de 2019

MI OTRO ENTRETENIMIENTO (Vll)



Así ha quedado una fotografía en color y libre de derechos de Pixabay, tras un tratamiento con capas y otras técnicas de photoshop.


Espero que os guste.



jueves, 26 de diciembre de 2019

ESTROFAS DEL MAR Y TÚ




ESTROFAS DEL MAR Y TÚ

Deja que el mar me recuerde
con sus palabras de brisa
que el sol  en el horizonte
se pone por tu sonrisa,

Aquel beso que me diste
tumbados sobre la arena
me supo a latido y sal,
a estrellas y luna llena.

Estoy aprendiendo a volar
desde este mar hasta el cielo
y que seas tú la alondra
que me acompañe en mi vuelo.

A esta vida que me queda
quiero ponerle fronteras
tu olor, tu beso y tu risa
y este mar de primaveras.




domingo, 22 de diciembre de 2019

MAR Y ESTRELLAS





Me acerqué hasta el mar, soñé un árbol de estrellas y así nacieron mis mejores deseos, para todos los que me regaláis vuestra comprensión y amistad.

Con el deseo de que la felicidad, sea vuestra inseparable compañera.



jueves, 19 de diciembre de 2019

UN ADELANTO



Pensaba hacer una felicitación de Navidad para todos vosotros, utilizando las técnicas que me permiten los programas de los que ya os he hablado.

Pero mientras pensaba algunas posibilidades, el gran Banksy vino en mi auxilio y me apartó del trabajo.



Cualquier cosa que pudiese inventar, no tendría ningún valor, comparándola con el reciente mural hecho en Birmingham y que es justo el mensaje que yo quería mandar.

Dejad que con mi felicitación y mis sinceros deseos de felicidad, os deje este haiku, para que no se quede sólo ese gran muralista desconocido.

Si algo nuevo sale lo presentaré el domingo, pero el mensaje importante, para estas fiestas, es este:


Otra Navidad
y el mismo desamparo
de los que sufren.




lunes, 16 de diciembre de 2019

VIVENCIAS DE UN DOMINGO PRIMAVERAL



El domingo hizo un día primaveral en Castellón, (hoy, cuando escribo esta entrada, el sol se ha escondido tras tenue manto de niebla y ha perdido todo el esplendor festivo).

Como todos los domingos, nos fuimos a Benicassím a disfrutar gratis del espectáculo que cada día nos brinda el mar y sus aledaños.

Con la cámara de mi móvil hice esta fotografía desde el lugar donde tomamos el aperitivo y no puedo resistirme a mostrar la belleza de la vista que se nos ofrecía.




Ante tanta belleza, hasta la luna se hizo la remolona y tardó en esconderse tras las montañas, que no todos los días se puede disfrutar de lo que el sol y el mar ofrecen.

Comimos en el restaurante amigo al que asistimos todos los domingos desde hace 18 años y que es regentado por unos buenos profesionales, también manchegos.

Cada domingo nos sorprenden con un menú distinto y que no conocemos, hecho preferentemente con una variopinta presentación de entrantes y un segundo más “redondo” a elegir.

Ayer entre esa variedad de exquisiteces nos preparó un “pulpo a la manchega”,  del que os acompaño una fotografía.

Cuando nos lo anunció, antes de servirlo, no encontraba la solución a eso de “pulpo” y “manchega”.




Y me temía lo peor, pero debo confesar que al presentarlo, me hizo recordar esos tiempos vividos en mi tierra, las “tajás” de mi madre y esos “torreznos”  ahora tan de moda y que fueron el acompañamiento ideal, junto con el chorizo, a unas buenas “gachas”.

Seguramente no es la entrada que esperabais. Lo siento las escasas meninges no dan para más.




viernes, 13 de diciembre de 2019

REPASANDO ESTANTERÍAS




Hoy le he dado un repaso a los espacios donde voy colocando los escasos libros que quedan,  tras las donaciones hechas a bibliotecas, hijas y amistades. 



Que a pesar de tener que desdecirme de mis palabras, no he tenido más remedio que acceder a los ruegos de mi compañera y dejar de comprarlos, aunque no he dejado de leer gracias a la menos costosa y más respetuosa con los volúmenes, ayuda del libro electrónico.

Junto a algunos volúmenes que guardo de la colección Austral, han aparecido, como reliquias de un tiempo juvenil y remoto estos dos ejemplares que reproduzco en la foto.

Uno, titulado” La hora del alba”, es una antología recopilado por un profesor de un instituto de Teruel llamado Rafael Ferreres, esta editado en el año 1.944 y llegó a mis manos en el año 1.945, cuando hacía el examen de ingreso para acceder al bachillerato.

Lo he hojeado hoy, tiene todavía olor a tiza y tinta de tintero, tiene soniquete a dictado, a tardes mirando por la ventana del colegio mientras un compañero recitaba con voz monocorde “Anoche cuando dormía” de Antonio Machado.

Entre sus hojas ha aparecido un trozo de cuartilla en la que yo ensayaba un boceto de firma, que en aquél entonces necesitaba urgentemente, para afianzar mi soñada personalidad.

Seguro que aquél día la lectura sería “España” con la prosa elegíastica y barroca de Emilio Castelar  y no debía yo estar para tantas excelencias.

El libro está dividido en seis apartados y recogidos en verso y prosa: Los Animales, Los hombres, La religión, España y el paisaje, Poesía recitable y Narraciones.

Aunque por el enunciado de los temas, comprendáis el fielato que el autor tuvo que pagar a la política educativa franquista, lo cierto es que este libro me mostró por vez primera composiciones de autores tan variopintos como D´Annunzio, Gabriela Mistral, Tagore, Juan Ramón Jiménez, Lorca, Machado, Washington Irving, Gerardo Diego, Oscar Wilde y un largo etcétera, que ahora pienso volver a leer.

El otro, un regordete y pequeño ejemplar de 748 amarillentas página, está editado en el año 1.958 y se titula “Las mil mejores poesías de la lengua castellana” (Ocho siglos de poesía española e hispanoamericana).

Mi ejemplar es de la decimonovena edición y su precio de 30 pesetas. De donde colijo que ya debí comprarlo siendo estudiante de bachiller. El librito pertenece a una colección llamada Biblioteca de Bolsillo de Ediciones Ibéricas.

La edición fue preparada y seleccionada por José Verruga y hace un repaso de los poetas más importantes de cada siglo.

En este libro solo encuentro en la primera página, una escueta firma donde dice Juan sin más arabescos y un rudimentario marca páginas, que marca la 666 donde están los poemas “Tarde” “Hora de estrellas” y “El camino” de Federico García Lorca.

De donde se demuestra que la querencia viene de largo.

Ha sido un reencuentro maravilloso, pero os prometo que ahora los coloco en el sitio predilecto de mi biblioteca de urgencia, aunque solo sea para recordar aquellos tiempos ya tan lejanos.




jueves, 12 de diciembre de 2019

EL POETA ESCRIBE POR "MARTINETES"




Con tu yunque y mis martillos,
en la fragua de mi pecho,
le estoy poniendo a la pena
tu nombre y mis apellidos.

Deja que mi verso cante
su alegría o su tristeza
y que no sepa el corazón
lo que manda la cabeza.

Hasta los pájaros saben
y en las nubes lo pregonan,
que como yo a ti te quiero
no te quiere otra persona.

Caminito de tu casa
voy contando los latidos
y las penitas que pasa,
el pobre corazón mío.

Ahora que el fuego se apaga
con el fuelle de tus besos
haz que prenda la esperanza.



El martinete es un cante valiente y a “palo seco”, que cantaban los gitanos que trabajaban en las fraguas, acompañándose con el compás de los martillos sobre el yunque, mientras los hierros se enfriaban.



jueves, 5 de diciembre de 2019

CONTAR ESTRELLAS




Abrió aquella ventana,
se puso a contar estrellas
y casi de milagro
le amaneció también
el calor de una sonrisa.

Cuando sin saber de afanes
cuando las ilusiones se olvidan,
cuando en los atardeceres
los pájaros se esconden
y el  sol  desaparece.

Cuando se pone en duda las verdades.
Cuando el mar, con pintura  de  salitre,
tiñe de tristeza la tersura  de los versos.

Cuando solo nos quedan los recuerdos,
entonces,
hay que volver a las andadas,
hacerse  niño,
salir a la esperanza
y comprobar que todavía
nos nacen estrellas en el cielo.




martes, 3 de diciembre de 2019

MISIÓN CUMPLIDA

Edición del autor de una fotografía del Padre Rodríguez tomada de Internet.



El pueblo acababa de despedir a la Virgen de Fátima.
Todavía se escuchaba un eco de canciones marianas y los niños canturreaban el tan repetido:

“El 13 de mayo,/ la Virgen María/ del cielo bajó/ en Cova de Iría.

Aquello había sido un preludio, sabiamente preparado, para lo que venía después: !! La Semana de Misiones!!

Un ejército de misioneros, capitaneados por el famoso Padre Rodríguez, anunciaba su llegada para dentro de siete días.
Los más pudientes se afanaban por conseguir que los misioneros pernoctaran en sus casas, habiendo solapadas luchas, sobre todo por mostrar su hidalguía al famoso Padre Rodríguez. Que no todo era obtener beneficios, también venía bien obtener indulgencias.

A nosotros en el Instituto, nos aleccionaron convenientemente, para asegurarse de que asistiríamos a toda clase de eventos, (sermones, vigilias, misas, rosarios de la aurora y de los normales), so pena de castigos sin cuento en el más allá y suspensos concretos en el más acá.

Recuerdo todavía con un cierto temor, la voz ronca y un poco tabernaria del Padre Rodríguez. Su cuerpo nervioso y afilado. Su cabeza rapada y sus finas manos, agarradas al pulpito, casi con saña de ave rapaz, mientras con una voz de Júpiter tronante, nos mostraba, una a una, todas las calamidades, que aquí en la tierra y luego en el cielo, habrían de sucedernos al no seguir los mandamientos.

A los más jóvenes y refiriéndose siempre a ese nefando 6º mandamiento, de nuestros pobres y solitarios pecados, haciéndonos visibles todos los castigos y enfermedades que podíamos contraer.

Uno de los encargos que en estas fechas tenían las damas de Acción Católica, era la de establecer un censo de aquellas parejas, que hoy llamaríamos de hecho y que antes se las conocía por “arrejuntaos”.

Una de esas parejas que vivían “en pecado”, era la formada por Antonio “el Trocha” y La Merche.

Casado durante la Republica y sin validez eclesiástica, eran padres de cuatro hijos, entre los 13 y los 6 años.

Pobres de solemnidad, vivían en las afueras de la ciudad en una habitación abandonada y medio derruida.

Malvivían, si a aquello se le podía llamar vivir, gracias a que Antonio salía cada mañana, con su famélica borriquilla, “a lo que callera”, a coger sarmientos, a coger espárragos, setas, de “rebusca”, a hacer alguna peonada y a esperar la vendimia, para que toda la familia se pusiera a trabajar.

Mercedes, por su parte, vendía setas o espárragos trigueros con un cubo en la escalera del mercado, iba a las casas a lavar, o a limpiar, si alguna vez le avisaban.

Los chicos campaban por sus respetos: a lo que se pudieran buscar y raramente a la escuela.

Una noche recibieron la visita de doña Encarnación u otras dos señoras de Acción Católica.

:- Mire Antonio, tiene que aprovechar estas misiones, para ponerse a bien con Dios, casándose por la Iglesia con Mercedes.
Nosotras nos encargamos de todo. Les dejaremos ropas apropiadas y la ceremonia se celebrará en la Iglesia a las 7 de la mañana, para evitar habladurías.

El Trocha, sonrió mientras removía las patatas que se asaban en la lumbre y terminó por aceptar: total no le iba a costar ni “un chavo”.

A la siete de la mañana de un frío día de noviembre Antonio y Mercedes se casaron legalmente.

Después de la ceremonia, El Trocha, se marchó con su borrica al campo, Mercedes puso su cubo de setas de cardo en la escalera del Mercado y las damas de Acción Católica, que ya habían comulgado, se fueron a la churrería a tomar un tonificante chocolate caliente, unas roscas de churros, contentas y satisfechas con la labor realizada. No todos los días se llevan al redil unas ovejas descarriadas.

La Misiones terminaron, la ciudad volvió a su ritmo normal. Alguien se quedaría contando el dinero de las colectas. Antonio Molina y Valderrama recobraron su afilada voz flamenca. Las terribles enfermedades prometidas nunca llegaron.

Antonio “El Trocha”, Mercedes y sus hijos, seguían viviendo en la misma derrumbada habitación, con frío y sin tener un trabajo fijo, pero eso sí, ya eran marido y mujer ante Dios, gracias al Padre Rodríguez y a las Misiones.




domingo, 1 de diciembre de 2019

MI OTRO ENTRETENIMIENTO (lV)



A esta fotografía de las Lagunas de Ruidera, hecha por mí hace unos años, le he dado un tratamiento para que parezca una acuarela, y de esa manera tratar de resaltar aún más, la belleza de este paraje manchego.