Aquella citación, con
la palabra URGENTE bien visible, la dejó un recadero con potentes alas en la
espalda, en el registro de entradas de la Delegación Regional de Almacenes. La
misma citación que habían recibido las demás delegaciones Regionales,
dependientes de Dirección General de Asuntos Mágicos.
En esa citación, se conminaba
a los tres reyes Magos -o en su defecto a los pajes Jefes de Departamento- a
una reunión que sería presidida por el
Santo Ministro del ramo, San Nicolás.
Los Magos delegaron
en pajes de su entera confianza que
además de cualificados, eran más jóvenes
para poder soportar este inesperado viaje, en fechas tan poco propicias. No era
el mejor momento, dada la proximidad del 5 de Enero, pero había que acatar esta
orden que venía de arriba, en el sentido más literal de la frase.
Antes de empezar y
conforme los pajes iban entrando en la sala de reuniones, un ángel-
secretaria,- ya se sabe que los ángeles no tienen sexo- les entregaba en mano
un amplio “dossier” que, a su vez, debían entregar a sus respectivos Magos
-Jefes.
.- Perdón por lo
imperativo de esta llamada, pero hasta este ministerio tiene que atenerse a las
circunstancias que le vienen dadas por los aconteceres de los habitantes de la
tierra.
.-Comprendo que las
fechas en que estamos, será muy difícil llevar a efecto el plan urgente que
hemos elaborado, pero sería bueno que, desde este mismo momento, nos pusiéramos
todos a trabajar en aras de la consecución de este plan.
Los pajes, hojearon el
“dossier” y las miradas que cruzaron entre ellos, fueron de perplejidad y
estupor.
San Nicolás, cortó en
seco los murmullos, dándole más énfasis a su voz:
.-Comprendo vuestra
extrañeza, sobre todo a estas alturas del año en que vuestra tradicional tarea ya ha
comenzado, por ello os conmino a que empecéis a trabajar desde ya, con las
directrices de esos estudios que os hemos entregado. La tragedia que asola a varios
países, no admite esperas, y todo lo que se indica en esos folios se hace en
beneficio, tanto de ellos, como de otros que en el futuro se vean en esa
situación.
Un paje, del que se
rumoreaba que pertenecía a un sindicato clandestino, se dirigió al Sr. Ministro:
.- Estos hechos se
producen por una manifiesta descoordinación, entre su Ministerio y la Sra.
Ministra de Medio Ambiente, Santa Bárbara.
La réplica fue rápida
y contundente.
.-Esto se produce por
la incompetencia y el ansia de poder de los hombres en la Tierra, desde los
gobernantes a aquellos, que pudiendo remediar las precarias condicione de
algunos, se dedican a mirarse al ombligo, sin pensar en los demás.
.-Están seguros que
las guerras y las tragedias nunca les llegan. Que sus hijos tienen asegurados
vuestros juguetes, pase lo que pase.
.-Nuestros almacenes
centrales, van a supervisar con todo rigor los envíos a las delegaciones,
recortando, incluso suprimiendo, aquellos juguetes que puedan ser aprovechados
como ayuda a los países necesitados.
Otro paje,
tímidamente, sugirió:
.- No creo que sean
juguetes lo que necesitan esos pueblos.
.-No juguetes, pero si
tela de las muñecas, que pueden vestir a
personas de carne y hueso. El pelo de esa muñecas que pueden rellenar
colchones, las pilas, que todas juntas pueden dar algo de luz a la sordidez de
la tragedia, las chapas de las bicicletas y los cochecitos que pueden techar
casas, el plástico para hacer recipientes donde lavarse y muchas otras cosas
más que seguro ellos pueden aprovechar.
.- ¿Eso significa que
este año, los niños no tendrán juguetes?
.-No he dicho eso. Les
dije al principio que este era un plan a largo plazo, que comienza ahora.
Mirad: en nuestros
almacenes hay toneladas de libros que nunca se piden. ¿Por qué no empezamos a
cambiar juegos intergalácticos, por biografías de grandes hombres? ¿Por qué en
vez del agresivo y voraz Monopole, libros que enseñen a amar y respetar la
naturaleza? ¿Por qué en vez de armas de juguete, no regalarles la obras de un
gran poeta?
.- Los niños a esas
edades en que ansían juguetes, ni les importan los libros, y en muchos casos ni
saben leer.
.- Es que estos
regalos nuevos, no son para los niños. Serían para los padres, con el encargo
por nuestra parte de que se obligaran a leérselos ellos mismos a sus hijos.
Aprenderían desde pequeños a ser solidarios, pacíficos y humanos.
La reunión terminó,
cada paje regresó a su destino. Las estrellas que les indicaban el camino,
parece que aquella noche, alumbraban un poco más. Sería cosa de la magia.