viernes, 25 de junio de 2021
jueves, 24 de junio de 2021
CURA DE MAR
Lo siento, pero debo reconocer que soy reincidente. He
vuelto a caer en la tentación, que en mi caso no vive arriba, la tengo aquí al
lado, al alcance de mi mano y de mi piel.
Cuando el cielo se viste con las ropas propias de la estación, cuando el
sol, con guiños de colores, nos enseña el lugar donde los milagros son
posibles, cuando uno es capaz de olvidar las predicciones y cada mañana el mapa
del tiempo es azul y con regalo de espumas, hay que estar muy preparado para no
asumir las consecuencias del pecado de cada año.
Debo reconocerlo: soy reincidente y me confieso solo a
vosotros, amigos.
Como cada año, os dejo por esa mar celestina y seductora,
que me tiene atrapado “hasta las cachas”.
Espero tener las fuerzas para dejarla, cuando las
isobaras lo ordenen.
Hasta tanto os dejo este poema que escribí hace algún
tiempo.
CURA DE MAR
Me
siento frente al mar y respiro cielo.
Noto
que la brisa me tiembla por las venas
y
un sol de claridades se deshace en luces,
que
iluminan tristezas
y
hoscos panoramas.
Mojo
mis pies
y
junto con la espuma
nerviosos
peces de plata recorren mis entrañas
y
noto como el tiempo
se
hace caracola,
cantándome
al oído la canción alegre
de
una vida nueva.
Llegué
a ti, ¡oh mar de los milagros!
como
el resto de un trágico naufragio.
Pero
ahora
tras
un tratamiento de salitre y brisa,
una
calma maternal y caliente
me
enseña la ruta de nuevas singladuras.
Te pido ¡amigo mar!,
tú que sabes tanto de muertes y fracasos,
no permitas
que cuando viejo,
me amarren al socaire de tu nervio
y vaya enmoheciendo de tristeza
!!Llámame!!
¡Mándame recados con cantos y gaviotas!
¡Que una fresca mano
de azul, brisa y espuma
me empuje hasta tu orilla!
martes, 22 de junio de 2021
VERANO EN EL GRAN TEATRO
En el Gran Teatro, mientras un tramoyista, preparaba toda la
parafernalia del Verano, al actor que lo iba a representar le avisaron para que
se preparara.
Sabía perfectamente su
papel, (no en vano lo repetía cada año en su gira), pero le costaba desprenderse de algunos tics de su anterior
trabajo, (irrelevante y no protagonista), en la acabada representación de
Primavera.
Ahora la exigencia
era, el no poder esconder su cara tras una mascarilla, por lo que sus dotes de
actor tendrían que multiplicarse, para dar veracidad al color y las alegrías de esa estación que
siempre nos trae el recuerdo de laxitud, juego y felicidad.
Intentó buscar esas sensaciones ensayando muecas y caras delante del espejo,
pero no acababa de convencerse de la credibilidad de su personaje.
La obligatoria tela de
defensa para el virus lo tapaba todo, pero a cara descubierta, no era capaz de
quitarse la triste uniformidad de los días pasados, el dolor de los que se
habían ido, sin posibilidad de retorno, la tristeza de los niños, que no habían
tenido la oportunidad de aprender a jugar, las descoloridas flores que en las
macetas y los parterres, habían perdido sus perfumes, sin que nadie reparara en
ello.
.-
En cinco minutos, a escena.
Apagó las luces del
espejo y al hacerlo volvió a mirar la vieja fotografía que siempre le
acompañaba, de cuando era niño jugando junto al mar.
Y pensando en la
inmensidad de ese azul y su milagro, supo que ya nada le sería imposible.
Cuando vio las
sonrisas sin tapujos, las ganas del aplauso y la agradable sensación de que la
vida debería volver, supo que terminaría por hacer el papel de su vida.
domingo, 20 de junio de 2021
DE DOMINGO A DOMINGO... (XLII)
CÁDIZ
(Romance lento)
(Vicente
Carrasco)
Despacio...
en el horizonte
un
jirón azul y blanco...
Cádiz
levanta hasta el sol
su
blanco y su azul... despacio...
Indiferente
y tranquila
la
ciudad vive despacio...,
y
un mar redondo y caliente
la
ciñe con lento abrazo.
Lengua
de cal, por sus calles
la
cola del sol... despacio...,
despacio...
doblando esquinas
sus
vientos medio sonámbulos...,
despacio...
sus pies y ruedas....,
su
vino andando... despacio,
despacio...
el dulce dejillo
de
su andaluz, y despacio
las
aventuras de plata
de
sus últimos románticos...
¡Con
dejos largos... los días...,
las
noches... con lentos pasos,
y
en el oro interminable
de
los crepúsculos largos
despacio...
y remotamente
Cádiz
se aleja... despacio...
¡Cádiz:
punta de una nave
que
se hunde en el mar... despacio!
¡Cádiz:
pereza oriental
y
meridiano sonámbulo!...
jueves, 17 de junio de 2021
VERANO
Las manos, como
mariposas,
tienen querencia,
de cabellos rubios
perfumados.
Los labios se abren al
deseo
de un beso fresco de
luz sobre las cosas.
La piel, ahíta de
sudores,
añora vestirse con
ropajes de algas salobres
y recuerda caricias de
deseo y espuma.
Hay un pregón de luz
cegadora
serpenteando entre la
playa y los campos.
Un sopor ronco de
zumbidos,
es la banda sonora
de la fosa oscura y
sin fondo de la siesta.
La luz se suicida a
trozos en la persiana
y la tristeza se
arrumba
en el rincón más
triste de la casa.
Y todos queremos ser
corcel de brisa,
agridulce limón
pulposo para los besos.
martes, 15 de junio de 2021
"PENULTIMA" ORACIÓN A JUAN ALCAIDE.
Vuelvo
a ser yo. Tu discípulo de letras hondas,
al que le enseñabas día a día con densos borbotones de lirismo, a querer un
poco más a esta tierra nuestra.
Vuelvo
a ser yo, el que sentía en su espinazo un escalofrío de poesía cuando bendecías
con tus versos-yeso y vino- una bodega que acababa de nacer.
El
mismo que llevó de Valdepeñas a Sevilla, el agradable encargo de tirar un barco
de papel, que tú habías hecho, al Guadalquivir.
Al
que le pediste que te acercara un poco
la Giralda, para saber de su perfume.
Soy uno de tus discípulos del tuétano del ansia. A los que nos pedías
que rompiéramos tus versos con nuestras manos.
Que
difícil, maestro: ¿no comprendes que nuestras torpes manos no pueden atreverse
a tocar tus versos?¿No comprendes que el
romperlos, se nos puede quedar sin latido este alma nueva de manchegos que tú
nos alumbraste?
¡Que
iba a ser de esta tierra nuestra, si le quitásemos esos versos tuyos que la
iluminaron de una belleza nueva y extraña, como de ánfora recién desenterrada!
Podías
haberte enamorado de la Galicia verde y azul que conociste o podías haber
puesto a tus versos esa luz y ese aroma de tu propia sangre sevillana.
Pero
no, Alcaide, eso era lo fácil. El canto a los fértiles campos y a los bulliciosos
ríos, te pareció sencillo.
Tocaste
con la maravillosa varita mágica de tu lirismo esta Mancha nuestra que te dolía
y cambiaste por completo tu total anatomía.
Y
con ello conseguiste que en los tristes “legíos” del alma manchega, se
instalara la alegre vivencia de flores distintas.
¿No
sabes, poeta, que la cardencha presume al pie de los caminos, desde que tú
supiste encontrar la flor que se esconde entre sus espinas?
¿No
sabes, maestro, que también hay poesía en el fondo triste de los chilancos, desde
que tú los comparaste con tu pecho?
¿No
sabes, amigo, que los empotros crujen ahora de distinta manera al llevar
prendidos, como alfileres de luz, la suave armonía de tus versos?
Seguro
que escribes desde el cielo los versos necesarios para hacer resucitar con
cascadas de plata las aguas muertas de nuestras norias.
¿Conque
plumas de auroras sigues escribiendo el musical poema de esta nueva llanura?
¿Qué
liricas abejas han picoteado en la colmena de tu pecho, para ofrecernos ahora
la dulce miel de esta tierra nueva?
¿Con
qué mimbres de luz-que no de pena- entretejes tu poesía, para que nos enseñes a
querer a nuestra Mancha, ganando el pan?
¿En
qué jaraíz de nubes elaboras la lírica cosecha de tus versos?
¿Le
has hablado a García Lorca de nuestra Mancha? ¿Verdad que él ya tiene otro
cariño, además de Granada?
¿Y
Machado? Seguro que ahora comprende mejor la belleza de su Soria.
¿Y
Gabriel Miró? ¿No presiente en esta llanura de pámpanas y mieses el rizo
tranquilo de su Mediterráneo?
Yo
si llevo tu recuerdo, como un extraño cáncer por mi vida, aunque no pueda
deshacer tus versos con mi mano.
Pero
escucha, alcaide de mi endeble fortaleza de lirismo: te prometo que ni yo ni
los manchegos de bien, podremos olvidar nunca la asombrosa y fecunda labor de tu
poesía.
La
Mancha, ese lázaro olvidado, que despertó con tu palabra, sigue latiendo con
pulsaciones de ensueños.
Y
seguro que desde arriba, mientras haces poesías para dar más luz a las estrellas,
más ternura a la luna y más azul a los cielos, seguirás rimando con los ángeles
los poemas necesarios para seguir ofreciendo belleza a esta tierra que amamos
tanto.
domingo, 13 de junio de 2021
DE DOMINGO A DOMINGO... (XLI)
GRANADA
(Rafael Alberti)
Tu elegía, Granada, la
dicen las estrellas
que horadan desde el
cielo tu negro corazón.
La dice el horizonte
perdido de tu vega,
la repite solemne la
yedra que se entrega
a la muda caricia del
viejo torreón.
Tu elegía, Granada, es
silencio herrumbroso,
un silencio ya muerto
a fuerza de soñar.
Al quebrarse el
encanto, tus venas desangraron
el aroma inmortal que
los ríos llevaron
en burbujas de llanto
hacia el sonoro mar.
El sonido del agua es
como un polvo viejo
que cubre tus almenas,
tus bosques, tus jardines,
agua muerta que es
sangre de tus torres heridas,
agua que es toda el
alma de mil nieblas fundidas
que convierte a las
piedras en lirios y jazmines.
jueves, 10 de junio de 2021
martes, 8 de junio de 2021
HABLANDO DE LORCA
HABLANDO
DE LORCA
En estos días se están
conmemorando el 123 aniversario del nacimiento del poeta Federico García Lorca.
Este ha sido un motivo
más que suficiente para retomar las ya
ajadas OBRAS COMPLETAS del poeta
granadino, editadas en el año 1.960 por Aguilar, en su colección “Tolle, Lege”.
He releído algún
poema, la obra de teatro “El maleficio de la mariposa”, (que he
usado para algún comentario de una dilecta escritora amiga de estos lares), y
el prólogo de Jorge Guillén y el epilogo de Vicente Aleixandre.
Me ha costado, que ni
el papel del libro ni el tamaño de la letra, son propicios para mis actuales
posibilidades, pero siempre es alimenticio y sano ese (Federico, encantador, disipador de tristezas, hechicero de la alegría,
conjurador del gozo de la vida, dueño de las sombras, a las que él desterraba
con su presencia. <<Aleixandre, dixi>>)
En su largo prólogo,
(67 páginas), Jorge Guillén, hace una detallada semblanza del poeta, durante
toda su trayectoria vital y empieza diciendo que “Federico fue una criatura
extraordinaria, “criatura” esta vez significa más que hombre, porque nos
pone más cerca de la creación, es como el arranque fresquísimo de un manantial.
Junto al poeta-y no solo en su poesía- se respiraba un aura que él iluminaba
con su propia luz, entonces no hacía frio de invierno o calor de verano: hacía…
Federico).
Definir a Federico es
difícil, sobre todo para este pobre escritor al que le faltan cada vez más las
palabras.
Lo siento libre,
sencillo en su paso por la vida y en su escritura apasionada, plena de
inspiración, dolor y gozo.
Cuando lo leo se
acaban los pesares y la gracia aletea entre sus verso.
Pero también para él
existe la tristeza y su alma la siente al comprobar que el amor tiene recovecos
que no entiende.
Él, tan proclive a la
libertad al gozo de la vida, tiene que soportar, en muchas ocasiones, el dolor
punzante de la soledad, dejando en el poético sentir de su verso toda la pasión
que atesora en sus entrañas.
Siempre que leo este
soneto, me extasío con la hondura apasionada del poeta:
EL
POETA DICE LA VERDAD
Quiero
llorar mi pena y te lo digo
para
que tú me quieras y me llores
en
un anochecer de ruiseñores
con
un puñal, con besos y contigo.
Quiero
matar al único testigo
para
el asesinato de mis flores
y
convertir mi llanto y mis sudores
en
eterno montón de duro trigo.
Que
no se acabe nunca la madeja
del
te quiero me quieres, siempre ardida
con
decrépito sol y luna vieja.
Que
lo que no me des y no te pida
será
para la muerte, que no deja
ni
sombra por la carne estremecida.
Poeta alegre, ¡sí!,
pero apasionado, triste y sufriente.
Alguien que supo que en el indisoluble camino que hay entre la vida y la poesía
es inevitable la soledad y la tristeza y que la cesta en la que guardamos las
vivencias, está hecha con mimbres de pena.
domingo, 6 de junio de 2021
DE DOMINGO A DOMINGO... (XL)
A CÓRDOBA
(Juan Tena)
Córdoba,
qué ancho tu río,
qué
brava y muda tu sierra,
qué
fino tu verbo estoque,
qué
altiva y honda tu pena;
tu
llano qué equidistante,
tus
calles qué enredadera,
qué
rosario de alarifes
entre
tus flores en vela
–sobre
los yunques, llorando,
tu
plata de luna nueva–.
¿Dónde
contigo quedarme,
en
las losas o en las piedras?
¿En
el barro del ladrillo
–tierra
de tu misma tierra–
o
en el capitel marmóreo
que
sostiene tu grandeza?
¿En
la sombra del naranjo
o
en la desierta plazuela?
¿En
tu Cristo o en El Potro
–el
retablo de tus hembras–?
¿En
el Caño del Olivo
o
en la cal de tu ribera?
Minotauro
entre columnas
o
ermitaño en alta sierra?
Si
un alfanje me clavara
en
tu talle de palmera…
Si
mi sangre –ya tú sangre–
con
mi sombra te cubriera…
¡Córdoba
y yo siempre juntos!
Palmera,
siempre palmera.
jueves, 3 de junio de 2021
martes, 1 de junio de 2021
COPIAR Y PEGAR, O ALGO PARECIDO.
CORTAR
Y PEGAR, O ALGO PARECIDO.
Dado que este martes ando
algo ocupado en cosas de casa y estoy más liado que el testamento de una loca
con un tutorial de photoshop, me vais a permitir que en vez de mi entrada de
los martes os invite a leer una parte sustancial del artículo de Ana Santos
Sainz, publicado en InfoLibre el viernes pasado, llamado Elogio de la Vejez.
Por lo que a mí respecta,
no tiene desperdicio. Aunque naturalmente, juego con ventaja: me siento
concernido y halagado.
-
Que no se enteran de nada… Se enteran de lo que quieren y les interesa. Son
selectivos. Tienen una mirada inteligente de la que deberíamos aprender.
-
Que lo tecnológico no va con ellos… Porque no les interesa. Y no me extraña.
Perder el tiempo durante horas con el móvil o con las redes sociales, a mí
tampoco me interesaría. A raíz de la pandemia muchas personas mayores han usado
la tecnología para conectarse con sus familias. Cuando quieren bien que
aprenden a usar los móviles y los ordenadores.
-
Que se cansan… En realidad, la mayoría de ellos tienen más energía y vitalidad
que muchos jóvenes. Mi madre, de 79 años, se levanta cada día a las 7 de la
mañana y no para de hacer cosas durante toda la jornada. Tiene más energía que
yo.
-
Que su ritmo es lento… No lo es. Es pausado y reflexivo. ¿Para qué agitarse y
correr todo el día, si puedes hacer lo mismo con un espíritu tranquilo y
armónico?
-
Que no se mueven mucho, que son personas sedentarias… No he visto un grupo de
edad que camine más que las personas mayores. En distintas versiones. Solos, en
pareja o en grupos de amigos. Pero siempre hay gente mayor caminando por la
calle, en los parques… No paran.
-
Que son conservadores y antiguos… Son más abiertos y tolerantes que muchos
jóvenes. Su dilatada experiencia vital les ha aportado comprensión y apertura
mental.
-
Que no se adaptan, que no cambian... Pero lo cierto es que después de todo lo
que han pasado, se adaptan a todo. Son todoterreno. Se amoldan a lo nuevo y se
apropian de ello. Por ejemplo, en los puntos de reciclaje que hay por la
ciudad, es muy habitual ver a personas mayores reciclando el vidrio, el
plástico y el papel. Y yo en mi casa tengo que ir detrás de mis hijos
adolescentes para que reciclen adecuadamente cada material en su sitio.
-
Que son cerrados…Todo lo contrario, son muy abiertos y cercanos. Siempre están
dispuestos a dialogar. Cuando dan un paseo con amigos no paran de tener
conversaciones fluidas. Se paran, debaten, discuten, siguen caminando. Cuando
van a hacer la compra, en cualquier lugar siempre están dispuestos a hablar y
comunicarse con los otros. ¿Cuántas veces hemos conversado con la señora mayor
que espera con su carro de la compra a que la atiendan en la frutería?
Humanidad y cercanía no les falta.
-
Que ya no son productivos… ¿Improductividad?… Es una de las etapas más
productivas. Pero más a nivel personal que social (como se entiende hoy la
productividad social, que es el trabajo…). Tienen todo el tiempo libre a su
disposición. No paran de hacer cosas. Su cabeza y su cuerpo siguen en acción.
Energía y vitalidad tienen de sobra, ganas de hacer… siempre.
Además,
están ejerciendo un papel fundamental de contención, apoyo y sustentación de
sus familias. Mantienen a jóvenes que no han podido emanciparse por no encontrar
trabajo, o tener uno con un salario imposible de compatibilizar con un alquiler
o la compra de una vivienda. Acogen a sus hijos, que han tenido que volver a la
casa de sus padres porque se han quedado en paro y no consiguen encontrar otro
empleo. Cuidan a sus nietos porque sus progenitores no pueden conciliar. Sacan
a pasear a los perros porque sus hijos tienen unas jornadas laborales
asiáticas.
Siempre
están ahí, dispuestos a ayudar y apoyar a los suyos. En definitiva, un colchón
de amortiguación y sujeción familiar ante los problemas actuales de paro, de
precariedad laboral y de conciliación que el Estado no logra paliar.
Queda
claro que habría que revocar la imagen negativa estereotipada de este
colectivo. Carece de veracidad y es perjudicial para su autoestima. Muchos la
acaban interiorizando.
Se
trata de reconocer, valorar y ensalzar su labor. De desactivar los clichés
sobre las personas mayores y positivizar la imagen que gira en torno a la
vejez. E ir más allá. Darles voz, mayor protagonismo activo en la sociedad. No
expulsarles de la rueda dinámica social. Creando espacios de participación y
protagonismo.
Terminaré
con una cita de Marco Tulio Cicerón, el gran filósofo y jurista latino.
Teniendo 62 años, escribió De Senectute, un sentido elogio de la vejez. En ese
libro nos muestra a Catón el Viejo, un vigoroso anciano de 84 años, conversando
con dos jóvenes admiradores suyos. En un pasaje el viejo Catón atribuye los
defectos achacados comúnmente a la edad al propio individuo y no a la vejez en
sí misma. Los jóvenes se admiran de la intensa actividad desplegada por el
octogenario y este da sus razones para no renegar de la vejez y aceptarla como
una etapa más de la vida, rica en dones y placeres.