(Santiago
Montobbio)
Toda historia es simple y se me olvida.
Quizá me fui a tomar café, quizá la amaba
y me perdí entre jardines de piernas esmaltadas
que fueron juncos trenzados de palabras
y después retama que mi lengua de trapo
había hecho trizas. Quizá fue el amor,
quizá el café, tal vez la noche. El recinto
sin madrugadas, con sangre y lunas rotas,
el recinto, el barranco de dientes oxidados
o el valle de hojas de afeitar dulcísimas
no hería o no existía. Quizá fue el café
o fueron sus piernas, o quizá la amaba.
Toda historia es simple y se me olvida
en las axilas de mi ciudad tristísima.
Sabedlo ya: mis ojos no se acuerdan de qué miran.
Cuántos recuerdos me ha traido esa imagen del molinillo de café,que aún llegué a conocer.
ResponderEliminarEl poema hermoso, como nos tenías acostumbrados los Domnigos y que vuelves de nuevo a traernos, donde el café va mezclado de recuerdos enamorados.
Abrazos,Juan.
"El Puma" y Los Panchos. Terrible combinación :-)
ResponderEliminarUn abrazo.
Un excelente poema, uno de los que más me ha gustado... Que para no ser de poesía ya es decir!
ResponderEliminarLa imagen que preside tu blog, ¡chapó! Muy bonita y natural. Colorida!
¿Y la música? ¡Al hilo de todo ello!
Un excelente trabajo Juan. De excelencias así hemos estado algo faltos este verano vacacional de muchos...
Abrazos.
El café a veces nos puede desvelar como el amor.
ResponderEliminarBesos.
Hay historias complicadas, también, jeje
ResponderEliminarEmotivos versos
Me encanta la canción la había escuchado antes pero en tu blog vibra como un sentir
ResponderEliminarBesossssss
Boa tarde Juan. Esses dias eu estava em Minas Gerais terra do café. Passei perto dos cafezais e lugares de torrefação do café. Perfume maravilhoso.
ResponderEliminarlove coffee and your poem...
ResponderEliminarthank you for sharing nice video
Muy bonito poema, la canción, preciosa. Saludos amigo Juan.
ResponderEliminarUn poema muy curioso, porque al final...nos encontramos con una realidad muy gris.
ResponderEliminarEs precioso. Un abrazo, Juan L.
Se te echaba de menos.
ResponderEliminar"Mis ojos no se acuerdan de qué miran" uf!!! Ni mi cabeza de lo lo que acaba de leer. La realidad del paso del tiempo.
Un abrazo.
Gracias por el poema de Don Santiago, no lo conocía, y también por la canción, Juan, un abrazo!
ResponderEliminarToda un bella entrada amigo, preciosa imagen de nostalgia acompañada de un inmejorable texto poético y culminada por una bella canción como remate, no se puede pedir más.
ResponderEliminarUn abrazo y buena semana.
Ese molinillo de café tan clásico, tan lleno de recuerdos para una niña que molía con su madre y volcaba el cajóncito en una vieja lata.
ResponderEliminarPoema acompañado de aroma.
Abrazos.
Me encanta tu entrada, así te lo resumo. Besos.
ResponderEliminarBello poema...
ResponderEliminarUmmm, cómo huele a café!!!
Mañana sé que voy a tomar en el desayuno ;)
Besos
Un hermoso y nostálgico poema de Santiago Montobbio. El cuadro que nos dejas tiene el color del recuerdo inolvidable, Juan. Has unido los retazos que nos deja en el alma el paso del tiempo con ese café, que nos devuelve el sabor de la vida. Muy bello, romántico y bien armado, amigo.
ResponderEliminarMi abrazo entrañable, admirado y agradecido.