Detén tu paso, caminante. Sosiega un poco tu andadura y abandona
por un momento ese camino enrevesado y difícil, que has cogido, o te han hecho
coger en la vida.
Deja que los demás sigan afanosos con su marcha, que seguro, no
saben donde les lleva.
Tú, apártate por un momento del asfalto y del polvo, de los
empujones y las zancadillas, de los gritos y de los ruidos. Serena tus latidos
y acercarte por un momento a la frescura ancestral y vicaria de este pozo.
Aflójate la corbata, quítate las sortijas, olvídate del reloj y
del smartphone, descalza tus zapatos y que los pies sientan la caricia fresca
de la hierba.
Deja que la tranquilidad de este campo le ponga un nuevo y
distinto vestido a tu cuerpo polucionado.
Olvídate de costosos tarros con nombres impronunciables y disfruta
de este perfume de flor y brisa, de lavanda y espliego.
Siente en tu cuerpo ese brocal de piedras con ribetes de musgo y
adéntrate en el secreto insondable que esconde en su negra hondura.
Y después que el cubo, buscador de luceros, haya llevado hasta ti,
el mensaje fresco y riente de la tierra, refresca tus sienes, llena tu boca de
estrellas subterráneas y dale gracias a la naturaleza por ese pequeño oasis en
medio de la prisa.
Los demás, que sigan. Sin fijarse en el paisaje. Con la vista
buscando anhelantes una meta que nunca es llegada. Y si tienen sed, que paren
solo un segundo, ante una maquina que, por unas monedas, les dé cualquier extraño
liquido envasado, que para eso ellos son hijos de progreso.
He empezado a seguir tus recomendaciones y ya me siento mas libre. Que bonito es cuando no nos complicamos. Un abrazo
ResponderEliminarCaminar pausado saboreando lo auténtico, sencillez de lo natural. Imprescindibles. Buenos consejos, Juan.
ResponderEliminar¡Qué pena no poder adecuar siempre nuestra vida a esas aspiraciones profundas, por estar atrapados en el engranaje desde el momento de nacer! Algunos se salvarán, unos lo soñarán y otros ni se acercarán al pozo...
Me has recordado a un pasaje de mi querido Principito con esta foto del pozo y tu reflexión (que comparto ;).
Un abrazo y una sonrisa. :)
Tu frotispicio tampoco está mal, ¡qué envidia de lugar!
ResponderEliminarY el pozo???? donde está que me paro ahora mismo.
Grandes recetas disfrazadas de "poca cosa" :-)
ResponderEliminarUn abrazo.
La belleza de las pequeñas cosas. Precioso Juan. Lindo lugar.
ResponderEliminarDetenerse en el tiempo y disfrutar, eso es lo que nos traes Juan. Yo me siento en el borde de este pozo y reposo.
ResponderEliminarUn abrazo
Es fundamental detenerse para poder continuar. Estupendo texto para reflexionar. Un abrazo querido Juan me ha encantado tu foto principal... tiene luz
ResponderEliminarLas pequeñas bonitas cosas hacen del conjunto algo hermoso.
ResponderEliminarMe gustan los pozos, en mi casa de Cádiz teníamos dos aljibes, me trae preciosos recuerodo.
Espero llegar a tiempo para que te lleves mi más cariñosa felicitación por el día de tu onomástica, que te lo pases genial.
Para estas vacaciones, te deseo que sean estupendas con los tuyos. Ya nos contarás por dónde has ido.
Un abrazón.