viernes, 4 de marzo de 2022

CONTANDO ARRUGAS (AGRADECIMIENTO)


 

A Carmela, de Mi Fular, que en sus fotografías y en sus letras, sí tiene la luz, el empaque y la gracia de ese Cádiz que añoro.

 

Hablo de Cádiz

y me faltan palabras

para contar su magia.

 

¿Cómo explicar los sentimientos

paseando sus calles y escuchando a sus gentes?

¿Qué decir de ese sol que nace en la mañana,

rodeado de azules y brisas marinas?

¿Cómo contar ese milagro de luz,

evocador de susurros y canciones?

¿Cómo explicar su ancestral y profundo

sentido de la gracia y el duende?

¿Dónde sus lunas escondidas,

presagio de claridades y nuevas canciones?

 

En este cuarto donde añoro,

donde el sol es cicatero

y las esquinas estrechas,

solo un vieja fotografía,

boqueando de recuerdos,

me dan las fuerzas necesarias,

para seguir escribiendo.

 

Hablo de Cádiz y

me sobran deseos de torbellinos de luz

y no me nacen las metáforas.

¡Me las robó Fernando Quiñones,

el día que lo abracé en La Caleta!

 

¿O fue esa gaviota que picoteó mis entrañas

dejándome vacío de luces y palabras?




 

 

 


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