lunes, 14 de marzo de 2022

LA ESPADA Y LA PLUMA


 

Soy el que es nadie, el que no fue una espada

en la guerra. Soy eco, olvido, nada.

(Jorge Luís Borges)

Hubo un tiempo

en el que la vida parecía,

tener valor en todos los mercados.

 

Hasta que alguien,

maestro en cenizas y ataúdes,

asesino de azules y eficaz con la hoz

de espigas y de vidas,

decidió

que las noches fueran sombrías,

los latidos desolados

y los llantos como truenos de tormenta.

 

La vida y los pájaros,

en loca desbandada,

anunciaron al mundo,

que las bolsas se cerraban y

se multiplicaban los infiernos.

 

Mientras,

se van llenando de sangre las antiguas pantallas

de la despreocupación en colores,

y el odio y la mentira sustenta

el único argumento de un enfermo solitario

que llena sus vacíos,

con la ingrata misión de creerse importante,

entre la latente y peligrosa raza de Caínes.


Quiero ser la llama que grita 

ante tanta ceniza

y tanta flor decapitada.

Soy el que sufre recontando niños

huyendo como hormigas asustadas,


 

También soy el que no es nadie,

el que será eco, olvido, nada.

Mi espada es la pluma.

Solo “malescribo” versos,

¡pero no tengo la conciencia acanallada!

 

 


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