TRISTEZA.- Oleo sobre madera de Francisco Arjona
SUFRO
UNA TRISTEZA ANTIGUA
Sufro
una tristeza antigua
Que
me anula los recuerdos,
Pues
vivía en la alegría
De
los deberes bien hechos.
Con
una fresca esperanza,
Se
regaban los barbechos
Y flores
de risas nacían
Adornando
los senderos.
Alondras
en el horizonte,
Ponían
música a los versos
Y
pájaros de libertad
Engalanaban
los cielos.
Se
recogían cosechas
De
libertades y sueños
Y se
rompían los yugos
Que
nos uncían al miedo.
Un viejo viento del norte
Con puñaladas de hielo
Arrasó con la cosecha
De realidades y sueños.
Hay que volver a empezar
Lanzar
consignas al vuelo
Que bandadas de luciérnagas
Descerrajen los silencios.
¡Que no nos recorten la voz!
Ni nos dicten nuevos salmos
No nos queremos morir
En un sumidero de ocasos.
Los recuerdos suelen ocasionar tristezas y alegrías, pero siempre es mejor ser feliz con el presente sin sumirnos demasiado en lo pasado.
ResponderEliminarBellas y sentidas letras!
Abrazos alados, apreciado Juan.
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarLa esperanza venciendo a la tristeza, "...volver a empezar..."
ResponderEliminarSaludo enorme, Juan. Que tengas maravillosos días.
Creo que tu regreso es de 4 de septiembre?
ResponderEliminarme alegro de verte y leerte.
ahora te leo :))
Ese viejo viento del norte está arrasando con todas nuestras conquistas, con nuestra ideología y con todos nuestros logros.
ResponderEliminarUn abrazo amigo, me alegro de volver a leerte. Ahora más que nunca se necesita leer sobre lo como nos sentimos y sobre todo aquello que está sucediendo.
Un fuerte abrazo
Tu poema empuja a la dignidad solapada a dar la cara y a no estar callada, cuando la injustica campa a sus anchas, que no nos recorten la voz, porque entonces estaremos vencidos.
ResponderEliminarUn abrazo Juan