Edición del autor.
Esta
tarde de otoño,
la
lluvia deja de ser disciplinada.
Eolo pierde los papeles
y
hacen que rompan filas
las
hojas de los árboles.
A
las palomas,
no
les sirve el chubasquero de sus plumas
y
tiritan de frío en los aleros de las ruinas.
En
el mar,
una
multitud de fieras se desperezan
escondidas
en el oscuro de las olas.
Bajo
los paraguas,
solo
los enamorados acompasan los latidos
y
con los soles de sus besos
consiguen
el milagro
de
nuevos arcos iris.
Lo has dicho tan bonito que hasta la lluvia parece atractiva.
ResponderEliminarBellas letras para una preciosa imagen. En otoño o primavera, verano o invierno, el amor logra hacer brotar los más bellos arco iris.
ResponderEliminarun abrazo
Otoño lluvioso, sintiendo los latidos entre los corazones enamorados.
ResponderEliminarMe encanto tu poema, toda una belleza y sensibilidad.
Un beso dulce de seda.
A mí me gusta la lluvia, siempre y cuando sepa detenerse ...
ResponderEliminarTus versos son tan bellos que hacen que me guste más aún.
Me re gustó ! El otoño es pura poesía y hoy está con ustedes.
Un abrazo inmenso.
Ante la barbarie que hemos vivido estos días (de nuevo), ese arcoiris esperanzado y ese beso, luz visible de un amor inmenso, nos devuelven la esperanza en el ser humano y en todo aquello que brota de su alma con la luz de cien mil estrellas. Me parece, pues, un post sobresaliente, tanto por la forma como por el fondo.
ResponderEliminarUn abrazo
Las inclemencias del tiempo acompañan, totalmente ajenas a los eventos, a los días que vivivimos y a los sentimientos.
ResponderEliminarBss.
Me encanta Juan, todo el conjunto, versos e imagen a la par.
ResponderEliminarPara los enamorados no hay día triste y gris, el arco iris lo llevan siempre encima.
Besos