Si alguna vez alguien tiene
que encontrarme que no me busque por los caminos que llevan a la tristeza. Si
algo me queda claro de los muchos años que he vivido, es que el mejor antídoto
para ser feliz son unas dosis diarias de alegría.
A pesar de los achaques que
cada vez más se refocilan con mi cuerpo, aún me quedan fuerzas para ponerle
complicidad a los deseos.
Sigo siendo adepto a la risa
y trato por todos los medios que los sueños sean definibles.
Pretendo que las palabras
devengan en talismanes que aclaren laberintos, lirica soldadura para las
desavenencias, llave maestra para las mordazas.
Pero debo reconoceros,
esforzados amigos que seguís leyéndome, que cada día me cuesta más trabajo
ponerle color a la existencia
Todo se mixtifica y tal
parece que estemos en manos de desahogados chamarileros sin escrúpulos. Tahúres
de cuello blanco, siempre con la carta necesaria para el maneje manipulador,
bajo la manga.
Ni las palabras, siempre
ecuánimes, significan aquello que dicen los diccionarios.
Aquello que nos presentan no
deja de ser tristes fotocopias de lo que sucede.
Los días están plenos de
burdas mentiras, de promesas tan falsas, como las monedas que acuñan los
poderosos, de consignas solo entendidas por conmilitones agradecidos.
Hombres que deberían ser
preclaros, se ciscan en sus promesas, entrelazando sonoras y rimbombantes
palabras para fabricar la frase oportuna y enigmática con la que ocultar, como
vulgares trileros, las evidentes infamias.
Mientras, en un desconocido
Olimpo de impostores, aplauden y sonríen los orondos diosecillos del dinero, pensando
en el nuevo golpe de tuerca que les permita ser más poderosos, aunque estemos
más indefensos y pobres los simples
mortales a los que solo nos dejan a la deriva sin la leve esperanza de una Ítaca en el horizonte.
Y lo más triste de todo: una
sociedad temerosa y anestesiada, que permite regalías y ditirambos, a los que
acostumbran a mentirnos con la facilidad de actores consumados.
Por eso dejadme que me
siente al sol de esta plaza de inquietudes y levante mis dos manos ya nudosas y
casi artríticas, pero limpias y blancas, para unirme a los que con su voz más
diáfana se oponen a los marcados designios de los que solo piensan en su sillón
y su faltriquera.
Estoy con los trasparentes,
con los que están dispuestos a descerrajar las herrumbrosas cerraduras que
guardan los espacios en los que se prohíbe la entrada.
Estoy con los insumisos que
no están dispuestos a ese “amén” cotidiano que nos exigen desde los pulpitos,
los despachos enmoquetados y las poltronas.
Estoy con los humillados por
las leyes y las clausulas. Por los concernidos por la letra pequeña de los
contratos corroídos por la usura.
Estoy con los que sufren la
inmisericorde crueldad de una justicia que a pesar de su ceguera, solo ve el
lado por donde transitan los poderosos.
Estoy con los que se atienen
al significado exacto de los evangelios, aunque no participe de costosas
parafernalias ni falsos golpes de pecho.
Estoy con las madres que sufren,
con los padres cansados de soportar colas interminables en una busca
infructuosa de su humano derecho a vivir dignamente.
Estoy con los jóvenes que se
rebelan a las injusticias, con los que luchan por aclarar ese futuro que les es
tan incierto.
Me siento aquí y levanto mi
mano blanca y mi grito, al lado de los dignos, de los honrados, de los
decentes, de los nobles que no necesitan título para serlo, de los honorables a
pesar de su rabia.
Y grito con el coraje de los
insubordinados, porque cada vez son menos los otoños que me esperan y no es esta
la vida por la luché, dejando girones de esperanza, anhelos y trabajos.
Grito por mí y por mis
nietas, por todas las nietas y nietos que miran con limpieza al horizonte del
futuro,
Un futuro donde los sueños
puedan hacerse realidades, usando solo la honradez, el trabajo y la imaginación
que cada uno le ponga a la resolución diaria de todas las incógnitas.
Solo deseo que se haga
realidad el bello pensamiento de Eleonor Roosevelt: " El futuro pertenece a quienes creen en la belleza de los sueños"
!! No permitamos que nadie nos usurpe la alegre rebeldía de soñar con un mundo mejor y mas justo!!
Hola Trujillo,
ResponderEliminarPrimero dejame decirte que me gustan las personas que saben reír sonoramente, les envidio un poco.
Lo que no sé es qué significan los sueños, y ultimamente he tenido sueños raros. Sería bueno desentrañarlos porque esas rarezas son una de mis fascinaciones.
Lo que más temo del mundo es la violencia tácita que se va sembrando en las generaciones venideras.
Tengo dos pequeños por los que me uno a tu clamor de no renunciar a los sueños.
Saludos y un placer.
Permíteme sostener tus brazos ...para que no decaigan las manos.
ResponderEliminarLlega al corazón Juan, gracias por compartir esos deseos tan bellos de soostener los sueños a pesar de las dificultades.
Te dejo un fuerte abrazo, buen martes!
Yo estoy con cada una de las palabras aquí escritas, tu punto de vista es el de un hombre libre que no se deja captar por un sistema claramente corrupto, me siento a tu lado, al sol de esta plaza de inquietudes, sé que estoy en el lugar adecuado.
ResponderEliminarUn abrazo Juan
El anónimo Diego
Yo también apoyo cada una de tus palabras y si hay algo que no nos podrán quitar jamás son los sueños.
ResponderEliminarLa verdad es que te admiro mucho...
Besitos en el alma
Scarlet2807
También me uno a tu alarido, manifestando que estoy de acuerdo con todas tus ideas y sentimientos. Creo que tras leer tu declaración concluyente, clara y directa consigues que aún nos agrade más visitarte, disfrutar de esta lectura, comprometernos más y conmovernos por todo lo que está sucediendo a nuestro alrededor y yo sin mover un dedo. Juan, realmente es para indignarse, enfadarse y mandarlos todos a un penal. Esta tarde he escuchado a Juan José Millás irritado y muy cabrea... con un sindicalista puesto que alegaba que éstos no han hecho nada para culpar a todos los responsables de la gestion de bankia.
ResponderEliminarun fuerte abrazo Juan
se necesita un alma vieja y fuerte para llegar a pensamientos asi de elevados. Los demas seremos fieles seguidores de quien con su valiente encanto lleve una bandera de lealtad principalmentre hacia si mismo.
ResponderEliminarun gusto descubrirte.
saludos