Foto-montaje del autor
Toma
mi mano, amor: está vacía de regalos,
porque
nunca supe,
como
sería la ofrenda necesaria
que
pudiera demostrar
la
realidad del prodigio de tu nombre.
He
gastado muchas palabras
que
se fueron marchitando,
como
débiles flores invernales,
atosigadas
de grafito y resplandores.
Una
vez, guardé una caracola,
que
olvidó el sentido de los vientos
y
terminó sonando a trueno,
sin
el alegre adelanto de un relámpago.
Plante
una flor,
con
el deseo de eternizar la primavera.
Le
faltó la lluvia
y
aunque le puse esquejes de esperanza.
y
la regué con lágrimas de pena
solo
quedó la triste realidad de la maceta.
Volveré
a lo de siempre:
intentaré
un poema en verso libre,
para
poder exiliarme
en la patria caliente de tu nombre.
O
te ofreceré mi mano,
como
al principio de este verso,
invitándote
a la orilla de nuestro mar,
para
iniciar otra nueva singladura,
sin
timón y sin bandera,
anotando
en la bitácora
coordenadas
de besos y sonrisas
y
solo buscando en la ruta de los vientos
la
brisa más segura, para los días que nos quedan.
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No existe mejor regalo que una mano tendida a quien la necesita e incluso a quien no la necesita.
ResponderEliminarExcelente poema.
Saludos.
Ofrecernos sentimientos, ya es más que suficiente :-)
ResponderEliminarUn abrazo.
Qué hermosura Juan ! ¡Cuánta ternura !... Adoré tu entrada.
ResponderEliminarLeer tu poema es un gozo absoluto.
Para quien vaya destinado morirá de amor. Mira todo lo que ofreces. Me quedo con el final. Un broche de oro.
Un abrazo gigante.
¡Feliz tarde - noche.
Ni se puede pedir más, ni se puede dar más. Me quedo con la última estrofa es descomunal.
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ResponderEliminarToma mi mano, amor: está vacía de regalos,
porque nunca supe,
como sería la ofrenda necesaria....
ni creo que lo sepa yo tampoco nunca, es intenso, fuerte y vehemente, ¡bravo¡
Besos del corazón
tR
Un poema con mucho sentimiento y dulzura. Un cometido muy logrado en la mística del amor.
ResponderEliminarSaluditos
La magia del amor no tiene ataduras, sobre todo cuando éste es correspondido.
ResponderEliminarQué suerte tenemos, amigo mío.
Un abrazo y feliz entrada de verano. Tres abrazos más... me dicen a gritos.
Una ofrenda bellísima dada y dicha de la mejor forma. Quien la recibe debe estar sintiendose más que feliz, halagada y protegida por tus letras y tu amor.
ResponderEliminarbesos y gracias por venir a mi balcón.
Resulta muy bello, pero seré remalona, permítaseme....es que servidora inevitablemente relaciona palabras con hechos....osease .... Terrenal .
ResponderEliminarBesos.
Mis hechos son contundentes: más de 55 años compartiendo la vida y queriendo, a la receptora de esos versos.
EliminarY eso no es nada etéreo, para nosotros dos es muy terrenal y diario.
Un abrazo.
Ahhh y que me gusta mucho la nueva imagen de portada del blog.
ResponderEliminarEl mejor regalo del mundo es esa mano extendida de la cual se sentirá acompañada siempre.
ResponderEliminarUn poema precioso que enamora a quién lo lea.
Un abrazo!
Bello poema, lleno de esperanza y solidaridad.
ResponderEliminarUn abrazo
El mejor regalo que puedes ofrecer Juan
ResponderEliminarAbrazos
Una ofrenda que es todo un regalo. Un bello poema lleno de amor.
ResponderEliminarBesos.
No hay ofrenda con más poder que la del amor sincero...preciosos versos.
ResponderEliminar=)
¡Hermoso! me emociona en verdad!
ResponderEliminarAbrazo Juan
Saben a ternura tus palabras, y es un regalo precioso.
ResponderEliminarSaludos, Juan!
A las buenas tardes, maese Juan. Ya de entrada te invito a un café del tiempo como el que nos estamos tomando en el salón: por cierto, mi esposa se quita el sombrero ante tu poema, y yo la secundo y grito: VIVA LA MADRE QUE TE PARIÓ, porque trajo al mundo a un ser sensible, trajo a un poeta y a un hombre enamorado. No abundaré sobre mi opinión sobre poner por escrito y en público el amor que es, ante todo, vivido, real y privado. Pero, dados los tiempos que corren, dirás que es un ejercicio de pedagogía humana que no tiene precio. ENHORABUENA.
ResponderEliminarNo puedo evitar sonreírme, lo siento...pero me queman los dedos sobre el teclado si no lo escribo: es increíble la osadía e ignorancia; el atrevimiento y estupidez de quien juzga el amor ajeno desde su óptica personal, una óptica que, a todas luces, deriva de una frustración al respecto en toda regla. Personalmente, me congratulo de compartir tu experiencia, aunque sean menos los años (por edad). Pero, como ya sabes, la eternidad es como el infinito: el 27 y el 55 están igual de lejos, e igual de cerca. Amo, y lo hago con locura: por eso te entiendo y aplaudo.
Disculpa si me he extralimitado en lo que se supone es un simple comentario.
Recibid, tú y tu amada esposa, un afectuoso abrazo de parte de nosotros dos.
Pues si, enhorabuena, como dice Valaf.
ResponderEliminar¡un gran poema Juan!
ResponderEliminarPoema sentido y bien recreado.
ResponderEliminarUn abrazo.
Me gustaría saber escribir poemas así, con eso te digo todo!
ResponderEliminarMe resulta un acto humilde de sinceridad, de verdadero amor y de riqueza creativa que siempre han destacado entre tus letras. Es un poema genuino y muy honrado.
ResponderEliminarun fuerte abrazo