Luché
por la libertad,
pero
no buscaba este sucedáneo
de
un tiempo de mentiras.
Me
enfrenté a cerrados muros,
a
soterradas trampas
de
consignas y panfletos,
de
vítores y escapularios.
Aprendí
a amar al prójimo,
porque
así lo ordenaban los poetas.
Sopesé
la palabra amor,
sin
importarme las conjugaciones.
Recolecté
estrellas en la noche,
para
sembrar un jardín de eternidades
y
solo encuentro ceniza en medio de la herrumbre
de
este tiempo sórdido en que vivo.
Luché
por la libertad,
pero
no era esto.
Este
triste rosario de impúdicas mentiras,
esta
letanía de cajas B y de misales.
este
pestilente olor a cloaca y noticiero,
esta
rendida pleitesía a la impostura.
Luché
tanto que ya no me quedan fuerzas.
He
sumado tantas “nadas”,
que
solo soy dueño de silencios.
¡Quise
emborracharme de libertad!
y
solo me ha quedado esta triste resaca
y
un sabor de ceniza en las entrañas.
¡Y
este doloroso cansancio de Sísifo,
que
no llegó a ninguna parte!
Otro desencantado, somos demasiados.
ResponderEliminarUn abrazo.
¡Muy buen día, Juan! Me han recordado los dos versos de tu quinta estrofa aquello de "no es esto, no es esto", de José Ortega y Gasset. ¡Y claro que no lo es! Tal es la perversión de la palabra "libertad" que, y por poner un ejemplo de actualidad, hasta algo tan sano, humano y necesario como el humor, se ha prostituido bajo las garras de esas hordas de orcos canallas que insultan y se mofan hasta de sus padres en esa nueva cloaca que son las redes sociales. Y como eso, pues todo lo que sucede en este circo social, hijo, efectivamente, de esa Nada socializada (e institucionalizada)
ResponderEliminarSaludos
Siempre ha tocado luchar, siempre hemos terminado desencantados, pero siempre queda esperanza.
ResponderEliminarUn abrazo.
Aunque no lleguemos a la meta, si sentimos que el camino es el correcto, Lo importante es que nós decidimos a intentarlo. Un abrazo
ResponderEliminarEsas luchas, esos enfrentamientos, ese amor, esa recolección, esas borracheras no han sido inútiles: a pesar de tantos "ellos" malditos, el mundo que dejamos a nuestros hijos y que ellos dejarán a sus hijos es mejor que el que recibimos nosotros. La piedra de Sísifo cada vez pesa menos, hasta que sea de cartonpiedra :) Un abrazo,Juan
ResponderEliminarY yo que pienso que cada vez estamos mejor, y nunca me ha faltado la libertad, desde que tengo uso de razón soy libre. Un abrazo
ResponderEliminarMe gustan tus poesías comprometidas.
ResponderEliminarTu maestro y mentor estará muy orgulloso del alumno tan aplicado que eres.
Un beso
Conforme avanzan los años el desencanto va en aumento salvo que la mente se haya deteriorado sin darnos cuenta y no nos enteremos de nada.
ResponderEliminarCreo que ninguna lucha es inútil, Juan. Aunque no se llegue a la meta ansiada, aunque nos sigamos encontrando con pedruscos y sinsabores, se aprende siempre, se recolecta algo y uno sabe que con su camino ha ayudado a las generaciones futuras a abrir más caminos. Así anda la humanidad desde siempre. Pasito a pasito. Y en esta cadena de pasitos, tú eres un eslabón que yo admiro mucho. Y te quedan más cosas con que emborracharte. Así que, con todo el cariño te lo digo: levántate y no te quedes en silencio. Te necesitamos. :)
ResponderEliminarUn abrazo grande. Y una sonrisa. :)
Te leo ...sonrío ....Ya no me hago malasangre con nada relacionado con religión o politica . La vida es demasiado bella como para sufrir por lo que no podemos cambiar
ResponderEliminarUn gran texto compañero !!!!!
Un poema que es una queja de tantos, un grito que sale de tus letras y que tantos tenemos anudado en la garganta. Gracias por tus letras. Un abrazo.
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