Antes que nada, pediros una disculpa. Unas
manos desconocidas, seguro que sin proponerlo, han sido las culpables de mi
inasistencia a vuestros escritos.
He estado tres días sin internet,
debido a una desconexión en el cuadro eléctrico del edificio donde vivo.
Hay manos para todo, aunque yo os
deseo que solo las utilicéis para acariciar.
Se evitan problemas.
BUENA
MANO
Aquella mujer tenía
buena mano para las plantas. Las cuidaba con mimo, les daba agua cuando la
necesitaban y les hablaba con ternura. Sus macetas eran lo más parecido a un
jardín, dentro de su minúsculo piso.
Aquel leve perfume y
la bella sinfonía de sus colores, eran
la mejor medicina para su soledad.
Un mal día aquellos
colores empezaron a difuminarse, un olor a tristeza se adueñó de la pequeña
estancia y las plantas parecían llorar su abandono.
El temblor de las
manos de aquella mujer, a causa del Parkinson, habían acabado con el milagro.
Pensó en enterrar cada
flor marchita, cada verdor amarillento, cada brote no nacido, pero razonó con
lucidez, que eso sería como enterrase a sí misma.
Desde entonces se
apagó el sol de su ventana, gotas de lluvia lloraron en la tarde y las macetas
descubrieron, que también la vida estaba hecha con barro.
Hola Juan, qué preciosidad de relato y al tiempo, triste. Si, la vida también está hecha de barro. Te envío un fuerte abrazo, me encanta la imagen, tiene una personalidad tremenda. Besos :D
ResponderEliminarLa belleza del texto se acrecienta con la belleza de la imagen, y viceversa, Juan. Un abrazo.
ResponderEliminarEn todas partes hay manazas. y las mias son unas de ellas para el cuidado de las plantas, pero para eso está mi mujer, todo lo contrario a mi.
ResponderEliminarUn abrazo.
Las plantas son seres vivos que a mí me alegran todas las mañanas. Es verdad que hay manos más sutiles que saben cuidarlas.
ResponderEliminarUn abrazo Juan.
De nuevo estás comunicado para alegría de todos
ResponderEliminarEl texto es pura ternura, delicadamente bello, las flores necesitan que se les hable, que se les ponga música porque están vivas y nosotros como ellas tenemos ese feo final de la enfermedad que queriendo cuidarlas provocó su final
La fotografía maravillosa
Un abrazo
Una excelente ocasión para reflexionar sobre la debilidad de los sistemas. Internet, cuya importancia nadie puede negar y de la cual cada vez dependemos más... y luego ves esas cajas de conexiones con montones de hilos colgando, en esquinas de las calles o en postes, a la intemperie, bajo la lluvia... O en cajas en armarios abiertos en las comunidades de vecinos al alcance de cualquier desaprensivo, o cualquier idiota.
ResponderEliminarUna lucidez brillando en la negrura de la enfermedad.
ResponderEliminarMe alegra que estés de nuevo comunicado.
Un beso grande
Una triste historia que comueve al leerla. Me encantan las plantas y si bien las mías no florecen tanto en mi balcón, se lo adjudico al clima, que es super tórrido por aquí. Un abrazo y celebro que se haya compuesto la electricidad en tu edificio.
ResponderEliminarBueno es saber que ya estás conectado.
ResponderEliminarTu post es una buena muestra de un fructífero regreso.
Un abrazo.
Me alegro de tu vuelta, mientras sean los cables de internet y no los nuestros vamos bien.
ResponderEliminarEl texto es tan bonito y tan poético, que no necesita métrica para brillar renglón tras renglón para terminar en un final contundente y gratificante, con el descubrimiento de las macetas de que "la vida también estaba hecha con barro"
Genial, Juan, genial.
No sé si hay más poesía en la imagen o en el texto.
ResponderEliminarPolvo somos y en polvo nos convertiremos.
Un abrazo.
Bueno, lo pasado pasado!
ResponderEliminarNos quedan de nuevo tu presencia y tus textos siempre tintados de poesía y ternura.
Abrazos Juan.
Es triste, pero muy bello, hay personas que llevan el sol en sus manos.
ResponderEliminarCosa que pasan :-), mi deseo de que no haya más problemas con el edificio. Felices fiestas, querido Juan. Un fuerte abrazo
Apreciado Juan...
ResponderEliminarUn balcón precioso y más lleno de flores con diferentes fragancias, formas y colores. Mis felicitaciones por tan linda compasión de imagen y texto.
Un fuerte y cálido abrazo.
Ese final me nubló la mirada, Juan, aún en el dolor se encuentra belleza, un abrazo!
ResponderEliminarEstoy contenta de que estés en el "tajo" de nuevo, eso de entrada...
ResponderEliminarMe deja pasmada la sensibilidad y belleza de tu breve relato. Mi aplauso y fuerte abrazo te envío
Me alegra se haya solucionado.
ResponderEliminarPor aquí eres imprescindible, poniendo notas de sensibilidad, de ternura y realidad.
Esa ventana bella habla por sí sola.
Las plantas...las mías en el verano con tanto calor se agostaron.
Y llevan un mes geranios y demás plantas dando las flores más bonitas😍
Es profundo lo del barro, ¿lo sabemos nosotros?
Un abrazo fuerte Juan.