Publiqué este poema el día 28 de mayo del año 2020. Han pasado solo
cuatro años, pero tal parece que todo sigue igual.
No viene mal recordarlo.
EN ESTOS DÍAS…
Quiero una
España mañanada,donde
el odio y el hoy no maniaticen.
(Blas de
Otero)
En estos días oscuros
de silencios y rejas programadas,
cuanto más necesarias son
la luz, la verdad y una lección de claridades,
hay quien se afana
en hacer de las palabras un coro de ladridos,
de modular las verdades a su antojo,
en poner en el pecho del vecino,
la diana roja del escarnio.
De robar la bandera que es de todos,
para tapar con ella,
sus trazas de feriantes,
de trileros,
mentirosos,
pendencieros,
busca pleitos,
demócratas de conveniencia,
que sólo la utilizan en su propio beneficio.
Y mientras,
¿qué hacemos los que supimos huir de la quema,
los que heredamos el mandato de los sueños,
los que usamos la palabra,
sólo para contar certezas,
los que supimos olvidar todas las afrentas?
Les dejamos para ellos la bandera,
(total, un trozo de tela),
pero no dejemos que nos roben las auroras.
Alguna vez tendremos que decirles
que nuestra voz está hecha de hielo y relámpago
de paciencia y azogue,
de libertad y grito.
Hace una vida,
nos obligaron a otras mordazas
y no pudieron evitar
que la verdad fuera nuestra eterna compañera.
Hace una vida
nos inocularon a conciencia,
pero no fueron capaces
de detener nuestro vuelo
a pesar de vuestros trágicos piquetes.
Por ello, ahora os digo,
que sois la triste fotografía, en blanco y negro,
de algo que ya no habita en las conciencias.
La triste y macilenta escoria
de una historia ya pasada
que nada tiene que ver
con esta alegría de ahora,
con este himno que nos nace,
desde dentro de la luz y la memoria.
El que quiera entender que entienda.
ResponderEliminarDuele saber que España sufre y que hay cegueras dificiles de curar. Desde un país que ha sufrido y sufre, pues no se puede solucionar el mal en pocos meses, te dejo un abrazo.
Bien claro quedó
ResponderEliminarcomo en la tapia
de ese cementerio
donde yacen huesos
quebrados por balas
de medianoche.
Un abrazo.
La verdad no es cierta, tiene dos opiniones y somos tercos. Un abrazo
ResponderEliminar´Mi verdad, no me la tergiversa nadie. Está hecha de sufrimientos y convicciones, de prohibiciones y certezas. De historias con finales inesperados, de hombres buenos, sin apenas historias y vilmente mancillados.
EliminarY, sí. Soy terco con la libertad, con la justicia, con la solidaridad.
No acabo de entender esa extraña paradoja de que la verdad no es cierta, Yo, como Descartes, siempre creo en la verdad que se presenta ante mí, de manera clara y evidente.
Un abrazo.
La única verdad que no es cierta, es aquella que blanden los errados.
ResponderEliminarLas verdades se conocen, según de dónde vengan, hay que creer a los honestos, a los que tienen respeto, a los que no cambian de camisa según el viento, no creer a los que creen que por chillar llevan razón , etc.
ResponderEliminarUn abrazo
Igual o peor.
ResponderEliminarAlgunos siguen en la guerra civil y no les importaría repetirla.
Mal vamos.
Saludos.
Dices 2020. Pues claro: Los que se creen dueños del chiringuito siguen en la oposición. Y con eso sí que no pueden.
ResponderEliminarUn abrazo.
No cabría negar, amigo Juan, la certeza de tu poema en todos sus términos.
ResponderEliminarSi bien el “coro de ladridos” viene oyéndose desde antes, el “modular verdades a su antojo” es un elemento de reciente aparición en esta nuestra sociedad.
El “Laufer”, la utilización partidista y sin tapujos de la Justicia por parte de elementos de la derecha y la extrema derecha, cuya parte visible la representa hoy el juez que lleva el caso de la esposa del Presidente del Gobierno, entre otras instancias de la judicatura, no es sólo algo puntual…
Será, si es que llegasen a gobernar, la utilización espuria de la justicia en sus manos. Tal como han hecho durante 10 años con el CGPJ.
¡Bravo por la claridad y contundencia de tus palabras!
Abrazos Juan.
Cuando la historia se repite como una noria, es inevitable la incertidumbre y el desaliento, un abrazo Juan!
ResponderEliminarPor desgracia, es vigente, como lo fue, porque este país es especialmente cainista y con mucha mala baba.
ResponderEliminarUn abrazo inmenso, Juan
Tú poema pone el vello de punta pero la verdad tiene un solo camino y te felicito por la respuesta que has dado en un comentario que forma y rúbrica tus vivencias y las de media España, pero parece que se han olvidado.
ResponderEliminarUn abrazo