Cuando el espejo mágico,
cansado y hastiado de tanta pregunta y mentira, al fin reconoció que
Blancanieves era más guapa que la malvada reina, esta, tras sosegarse del
disgusto, terminó por escribir, mojando tinta en su tristeza, este pequeño
poema:
Me miro en el espejo
y veo la que fui,
desde la tristeza desolada,
de lo que soy ahora.
Un azogue de dudas me responde
y acabo por no saber
en qué momento de mi vida
dejó de serme sincera la mirada.
Mas aventuras animadas de ayer y de hoy en
JULIANO
Los espejos engañan siempre, para bien o para mal, empezando por su reflejo asimétrico; y las fotos también a ratos.
ResponderEliminarEntonces ¿qué hacemos para pintarnos los ojos de colorines?...
Un abrazo, JuanL.
Esa afirmación del espejo me parece polémica. Me parece más atractiva la reina malvada, Sólo que la perjudica el estilo de ropa tan severo. Tal vez si dejara descubierto el pelo o no se enojara tan seguido. O ropa menos suelta.
ResponderEliminarQue vuelva a mirarse y se concnetre, se llevará una sopresa.
ResponderEliminarBesos besos
Pues los espejos son curiosos, pero sobre todo el papel que desempeñan "los demás" (me refiero a conocidos sin más) cuando hacen de espejo de nuestra yoidad.
ResponderEliminarPor lo demás y de niño (ya que estamos con los dibus), nunca consentí dormir con un espejo en la habitación y por la noche. De día me daba igual, pero de noche...siempre esperaba que fuera la puerta a "algo"...
Un abrazo
No deberíamos llevarnos estos sustos :)
ResponderEliminarUn abrazo.
Yo, hay días que, me miro al espejo y no me reconozco, otras veces, veo más allá de lo que hay dentro de mí.
ResponderEliminarUn beso.
Dudo que la reina escribiera tan bien como tú.
ResponderEliminarMala cosa lo de la reina, el espejito refleja el hoy que ella no acepta, y la verdad, no está tan mal la señora, va a gustos. Todas las blancanieves han nacido para ganar a las reinas malas, pero ellas acabarán también mirándose en el espejo, es lo que hay.
ResponderEliminarUn poema que va más allá del simple espejo.
Besito
Si que se serenó ràpido; pero ya sabemos que en la realidad fue una malvada, malvada, pobre Blancanieves. Hay que reconocer que tampoco estaba mal; pero era demasiado ambiciosa.
ResponderEliminarMuy original tu punto de vista
Un abrazo
Me parece que has tenido un enorme acierto con este relato, algo genial. Me ha gustado ver recapacitar a la reina.
ResponderEliminarAbrazos.
Tarde o temprano hay que tomar conciencia de lo que se es... y tal vez, a la reina-bruja, le hacía falta mirar el espejo de su alma. La belleza externa no lo es todo. Si de eso llegó a darse cuenta, el final de la historia no fue tan malo para ella, pienso. Lo has escrito genial!
ResponderEliminarBesos!
Gaby*
Desde el momento que tú , no admitiste la verdad, algo corriente por desgracia en la humanidad.
ResponderEliminarAl espejo de nuestra alma tampoco se le puede mentir.
Me encantó
Besos muchos ♥♥♥
Solamente deja de serse sincero el cobarde, amigo mío. Buen texto. Pequeño pero matón :))
ResponderEliminarUn abrazo y tu cafelito.
Estoy con Verónica, un texto breve pero que dice mucho. A ver si sigue un buen rato mirándose en el espejo y se da cuenta también de su maldad. Un beso.
ResponderEliminar¡Buen relato! me ha gustado :)
ResponderEliminarA mi hijo pequeño le daba pánico la reina malvada!
ResponderEliminarBuena reflexión nos has dejado!
Un beso!
Buen poema, aunque triste.
ResponderEliminarUn abrazo.
Es un buen comienzo para empezar a ser un poco más buena ¿no? Quizás se empiece a dar cuenta de que la belleza exterior no lo es todo.
ResponderEliminarA mi la reina-bruja esa siempre me pareció poco segura de sí misma, y muy frívola.
ResponderEliminarMe ha gustado el poema, me deja pensando que en el fondo tenía sensibilidad.
Besos, Jime
Yo, por si acaso, siempre me miro al espejo cuando está empañado de vapor. ¿En qué momento comenzamos a no aceptar reconocer nuestro deterioro físico?, supongo que cada uno tiene un tiempo para eso, incluso es posible que algunos vivan siempre en esa nebulosa de creerse jóvenes eternamente.
ResponderEliminarUn abrazo.
A mi esta pobre reina siempre me dió lástima, la pobre. La encontraba desfasada, amargada y del todo infeliz. Por suerte no convivió demasiado con Blancanieves, y ésta no se contagió de su mal humor. Besos!!!
ResponderEliminarBueno, buenooooooo... En lugar de cabrearse y hacer maldades, la reina cae en depresión aguda...
ResponderEliminarBesos, Juan Luis.
Ah, amigo, si los espejos hablaran...!! Me encantó este cuentipoema. Beso grandote.
ResponderEliminarBreve, pero suficiente para desenmascarar al yo que se disfraza ante un espejo. El espejo es uno de los objetos cotidianos más serios y honesto que tenemos.
ResponderEliminarAbrazos
Los espejos son mi perdicion, sobre todo, aquellos que reflejan el interior.
ResponderEliminarPrecioso el poema.
Un beso
A algunas nos cuesta más que a otras personas aceptar que vamos cambiando jaja
ResponderEliminarEs una idea muy original y como siempre, se siente la gran categoría y la coherencia en todos los versos.
un abrazo
Duele ver la imagen que nos devuelve el espejo cuando van pasando los años. Aceptar el cambio es un signo de madurez. En los ojos seguimos viendo al niño y al joven que hemos sido.
ResponderEliminarBesos.
La mirada, sobre todo la sinceridad de la mirada, no?
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