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Acostumbraba
a decir, que nadie escribía como yo. Solía emocionarse, cuando le leía algunos
de mis poemas. Y eran muchas las veces, que después de leer mis escritos,
terminaba por secarse una lágrima, mientras me sonreía, mirándome embobada.
Hacía
ya mucho tiempo, que su visión no daba para muchas lecturas, y era yo el que
arrimándome a su oído, le leía las palabras que acababa de juntar.
Y
aquí me tienes hoy sin mi mejor oyente, sin mi critico menos severo, queriendo
escribir el mejor poema, pidiéndole a las musas que me bendigan con inéditas
imágenes poéticas, estrujando a fondo las metáforas, pidiéndole al intelecto
palabras definitivas, adentrándome en los diccionarios, rebuscando en las sinfonías…
Escribo
un verso, y siempre termina por rimar con una lágrima. Le digo a mi corazón que
se sosiegue y al momento me desarman los recuerdos.
Y
todo por no pedir explicaciones a este dolor que me barrena. Ya sé que la
naturaleza le ha dado una prorroga con sus 101 años. Que después de una vida
laboriosa y ajetreada, he sido capaz de ofrecerle una vejez regalada y feliz,
pero a pesar de ello, no dejo de lamentar su falta.
Dejad
que recoja los harapos de mi espíritu, que le de descanso a la palabra y en
este ahora, oxidado de otoño y silencio, cuando se acaba el olor a incienso y
el eco de las oraciones, me quede a solas con mi pena.
Cuando
ya creía que ya casi lo sabía todo, tengo que aprender a vivir sin ella. Hacerme cargo del naufragio.
Ya
solo me conocía por el tacto, pero para mí era suficiente saber, que a través
de los dedos de mi madre, la historia de mi vida buscaba nuevas epopeyas.
Ahora
me va ser difícil. Me he quedado sin su
ejemplo.
Lo siendo en el alma Juan, lo siento, nunca aprende uno a vivir sin una madre, yo aun no he aprendido. Me he emocionado mucho con tus palabras, seguro que ella tambien estará emocionada
ResponderEliminarUn abrazo muy fuerte y mi cariño siempre
Juan, que desolación¡¡ y que bien has hecho en escribir, que salga al exterior algo de tu pena, que compartas...seremos y somos muchos los que entendemos y seguimos con nuestra pena.
ResponderEliminarBúscala que sigue contigo, cuando puedas dejar de llorar, cuando el dolor te permita, cuando por favor hagas tu DUELO completo y no disimules, buscala...
Mi mas sentidos sentimientos de consuelo para ti,
Besos fuertes ♥
Lo siento mucho Juan, pero no creas que te has quedado sin ella, no. Ella estará siempre a tu lado dándote energía para que sigas hacia delante, ahora te puede ayudar más que antes esté donde esté
ResponderEliminarLo siento de corazón, esa es una pesadumbre que se arrastra si va acompañada de tan buenos recuerdos, como es tu caso, lo contrario puede suponer una liberación, como el mío. Besos.
ResponderEliminarJuan, no dejo de pensar en tí y necesitaba volver, dificil que te quiero decir, pensé igual lo mejor es ponerme delante de este folio blanco y saldrá, sacaré lo que te deseo, Juan fuerzas muchas fuerzas, excelente memoria para recordar tantos momentos, inventar momentos actuales con ella, hablale tú lo necesitas y ella está en tí.
ResponderEliminarJuan, llora, grita, pasea, anda depresisa, revelate ...haz cuanto necesites...no pares¡¡¡
Besos fuertes ♥♥♥
Lo siento mucho, amigo, un fuerte abrazo.
ResponderEliminarlamento mucho tu dolor....te acompañará y sus buenas críticas y demostraciones te rebrotarán con mas intensidad ahora.....solo que hay que darle lágrimas y tiempo......UN Abrazo compañero....
ResponderEliminarSiento tu dolor, Juan. Te diré y para mí no es una frase hecha porque diariamente percibo su verdad, que mientras una sola de nuestras neuronas sea capaz de recordar, permanecen con nosotros y percibimos esa presencia y su acción benefactora en nuestras vidas.
ResponderEliminarUn abrazo.
Siento muchísimo la pérdida de tu madre, en éstos caso no sé nunca qué decir porque no me salen las palabras, pero sí te dejo un fuerte abrazo.
ResponderEliminarAunque se ha ido físicamente, tu madre está contigo, en tu corazón.
Un beso.
Solo te diré que lo siento mucho, de corazón... el resto lo has dicho desde lo más profundo de tus sentimientos. Te acompaño con un gran abrazo.
ResponderEliminarBesos.
Gaby*
Juan... no hay palabras para consolar de la pérdida de un ser querido.
ResponderEliminarSólo un gran abrazo.
Te acompaño en este dolor. No sé lo que es perder a una madre, pero está claro que ahora que está con vosotros es cuando más reaparecerán los recuerdos, brotaran las imágenes de ayer manipuladas por la conciencia pero lograran alegrar y apaciguar tu alma.
ResponderEliminarUn fuerte abrazo José
perdón... eres Juan. Realmente estaba pensando a qué apellidos corresponde la inicial L. y, mientras recordaba que es López mis dedos se han adelantado y han escrito José.
ResponderEliminar:))
Juan, entiendo que pueda molestar, entiendo que tardarás en leer o puede que leas y por eso me atrevo a seguir a tu lado:
ResponderEliminarEste mundo es el camino
para el otro, que es morada
sin pesar;
mas cumple tener buen tino
para andar esta jornada
sin errar.
Partimos cuando nacemos
andamos mientras vivimos,
y llegamos
al tiempo que fenecemos;
así que cuando morimos
descansamos.
coplas de J. Manrique, elegi la misma que cuando tuve que sanar mi corazón...
Besos y fuerza ♥♥♥
Vengo a dejarte un abrazo enorme que te envuelva en cariño, se que nada de lo que te podamos decir, mitigará tu dolor, pero amigo as tenido la suerte de compartir 101 años con ella en esta vida, como yo creo que siempre nos acompañan, te quedan muchas vidas para tenerla cerquita, en un bolsillo de tu alma, aunque ahora no puedes verla, cuando el tiempo mitigue tu dolor y seque tus lágrimas, te darás cuenta que el amor nunca nos abandona....porque el amor no muere.
ResponderEliminarCuídate mucho...Te espero.
Juan, cuando leí este post, hace ya unos días, tuve que borrar el comentario antes de ser publicado: hay veces que los recuerdos duelen demasiado y no me sentía con alma para decir nada. Y finalmente lo hago: cuando tenía 20 años perdí a mi padre de un accidente de tráfico.
ResponderEliminarYa sé que han pasado los años, pero yo amaba a mi padre, un buen hombre, un esposo modelo que adoraba a mi madre y a sus hijos, cuatro. Se durmió al volante viniendo del trabajo, por el camino de la Plana, el que lleva a la playa y le llevaba a casa.
Recibe mis condolencias.
Un fortísimo abrazo